A las mujeres que sufren violencia, migrantes, perseguidos, madres, las personas sin techo, en torno a la drogadicción, por los que quebrantan la ley, a los abuelos y al aborto, se ofrecieron las 14 estaciones del Vía Crucis Angelopolitano que se llevó a cabo la tarde este viernes en su segunda edición.
A media luz fue que procesionaron representaciones religiosas las cuales desfilaron por 14 capillas que salieron de Templo de San Francisco hacia el Calvario, mismos recorridos en el que se reunieron más de dos mil personas.
La séptima estación en la capilla Las Piadosas fue dedicada a las mujeres que sufren violencia por lo que el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, dijo que Cristo está presente cuando hay injusticia y se opone cuando en los hogares falta amor y cuando las comunidades son intoxicadas por ideologías antihumanas.
"Hemos de llorar, sobre todo, por tantas mujeres maltratadas, usa-das y desplazadas. Llorar por nuestras mamás, esposas y hermanas que aún viven bajo la opresión de nuestro egoísmo. Hemos de llorar y hacernos conscientes que la violencia se opone al Reino de Dios, engendra más violencia y destruye la vida que Jesús nos ha dado con su muerte", reflexionó.
Durante más de dos horas cientos de personas caminaron y acompañaron a las tres representaciones entre las que hubo una reliquia de la Cruz en la que murió Jesús. Avanzaron en medio de cantos, cruces y más tarde encendieron veladoras con las que subieron hasta el Calvario cuando cayó la noche.
Personas de la tercera edad, principalmente, aunque también familias enteras fueron quienes participaron en el recorrido de las 14 estaciones, quienes llenos de fe en cada una de las paradas, pidió y dio gracias por diferentes dones.
De los migrantes aseguró que todas las personas tienen derecho a una vida digna y los representantes de la sociedad tienen la obligación de proveer de medios que ayuden a alcanzar dicho objetivo.
"El hecho de la migración y en especial el de la migración juvenil a ciudades económicamente ricas para alabanzas una mejor forma de vida, es el nuevo camino hacia el calvario que Jesús emprende y que busca ante todo el respeto a la persona", concluyó.A las mujeres que sufren violencia, migrantes, perseguidos, madres, las personas sin techo, en torno a la drogadicción, por los que quebrantan la ley, a los abuelos y al aborto, se ofrecieron las 14 estaciones del Vía Crucis Angelopolitano que se llevó a cabo la tarde este viernes en su segunda edición.
A media luz fue que procesionaron representaciones religiosas las cuales desfilaron por 14 capillas que salieron de Templo de San Francisco hacia el Calvario, mismos recorridos en el que se reunieron más de dos mil personas.
La séptima estación en la capilla Las Piadosas fue dedicada a las mujeres que sufren violencia por lo que el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, dijo que Cristo está presente cuando hay injusticia y se opone cuando en los hogares falta amor y cuando las comunidades son intoxicadas por ideologías antihumanas.
"Hemos de llorar, sobre todo, por tantas mujeres maltratadas, usa-das y desplazadas. Llorar por nuestras mamás, esposas y hermanas que aún viven bajo la opresión de nuestro egoísmo. Hemos de llorar y hacernos conscientes que la violencia se opone al Reino de Dios, engendra más violencia y destruye la vida que Jesús nos ha dado con su muerte", reflexionó.
Durante más de dos horas cientos de personas caminaron y acompañaron a las tres representaciones entre las que hubo una reliquia de la Cruz en la que murió Jesús. Avanzaron en medio de cantos, cruces y más tarde encendieron veladoras con las que subieron hasta el Calvario cuando cayó la noche.
Personas de la tercera edad, principalmente, aunque también familias enteras fueron quienes participaron en el recorrido de las 14 estaciones, quienes llenos de fe en cada una de las paradas, pidió y dio gracias por diferentes dones.
De los migrantes aseguró que todas las personas tienen derecho a una vida digna y los representantes de la sociedad tienen la obligación de proveer de medios que ayuden a alcanzar dicho objetivo.
"El hecho de la migración y en especial el de la migración juvenil a ciudades económicamente ricas para alabanzas una mejor forma de vida, es el nuevo camino hacia el calvario que Jesús emprende y que busca ante todo el respeto a la persona", concluyó.