La Casa de la Familia Juan Pablo II de la Arquidiócesis de Puebla, informó que el domingo 11 de agosto se llevará a cabo una jornada para las familias que viven situaciones difíciles, con el fin de tener un tiempo de reflexión que permitan iniciar una recuperación interior y desarrollo personal, de la mano de Jesucristo.
Desde las instalaciones del lugar ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, Mariano Montes Huerta, Coordinador Diocesano de la Dimensión, explicó que pueden participar los matrimonios con problemas, personas divorciadas, solteros, solteras, madres solteras o parejas que viven en unión libre.
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Resaltó la necesidad de participar por la necesidad de atención y acompañamiento a las familias, un núcleo que en los últimos años ha vivido con una serie de grandes cambios.
“La familia en los tiempos modernos ha sufrido como quizá en ninguna otra institución, la cometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y la cultura, muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores de la institución familiar, otras se sienten inciertas y desanimadas”, comentó.
Expuso que, la postura de la iglesia respecto a situaciones de la irregularidad de la familia, se considera necesario comunicar, en un tiempo y una cultura profundamente cambiada, que es necesaria una nueva mirada a la familia por parte de la autoridad religiosa.
El evento será el próximo domingo en la Casa de la Familia San Pablo II ubicada en la 9 Oriente número 5 de Puebla. El horario será de las nueve de la mañana a las seis de la tarde. La misa de ese día será presidida por Monseñor Francisco Javier Martínez Castillo.
La cuota de recuperación es de 50 pesos y en el lugar habrá venta de alimentos y bebidas para las personas que quieran adquirir algún producto. De igual forma, cuentan con guardería para niños entre 5 y 11 años.
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Las autoridades de La Casa de la Familia Juan Pablo II de la Arquidiócesis de Puebla, reiteraron que las puertas del recinto están abiertas, sin importar que las personas ya no estén casadas o las mujeres sean madres solteras, porque lo importante es acercarse a Jesucristo.