A sus 25 años, Osvaldo Coyotl Soriano se convirtió en la persona más joven en ocupar el papel de Cristo en la representación “El Mártir de Gólgota” de San Felipe Hueyotlipan, tradición realizada desde hace 168 años en esta junta auxiliar.
Este 2023 es el segundo año consecutivo que interpretará a Jesús durante el Jueves y Viernes Santo, sin embargo, aún con la experiencia de haber participado antes, los nervios y la emoción son los mismos. “Ya viví esta experiencia, sé lo que va a pasar, pero cada año es distinto, son diferentes sentimientos, llegas de diferente manera”, dijo.
Detalló que su motivación para resistir a los golpes y para cargar la cruz de 90 kilos es su papá, quien, a pesar de estar enfermo, sale todos los días a trabajar para que a él, su madre y sus hermanos no les falte nada.
“A pesar de todo sigue con su vida, él no sabe lo que me motiva cuando lo veo, es un ejemplo para mí, esta interpretación no es solo para mí, es para todos, mis compañeros, mi familia, quienes me acompañan, pero principalmente por mi papá”, señaló.
A su corta edad, explicó que este papel hace sentir indigno a quien lo representa, no solo por ser el principal, también por la naturaleza del ser humano, el cual nunca podrá ser lo suficientemente capaz de transmitir un mensaje de amor tan grande, en cambio, puede otorgar sacrificios. “Hay que ofrecerle este dolor, por nuestra familia, estamos aún muy lejos del salvador”, agregó.
Al ser el actor más joven que ha representado a Cristo en esta demarcación, apuntó que esta oportunidad simboliza una gran responsabilidad, madurez y sobre todo, respeto, de lo contrario, no tendría sentido su espera de 10 años para ocupar dicho papel. “No soy digno, pero lo hago con el mayor respeto posible y así seguirá siendo”, afirmó.
Un sueño desde los 15 años
Cuando Osvaldo cumplió 15 años, en el año 2013, ingresó a la organización teatral de San Felipe Hueyotlipan, encabezada actualmente por César Zamudio Juárez y Juan López Torres, no obstante, las ganas de participar nacieron desde su infancia.
“Cuando era niño una de nuestras vecinas, que en paz descanse, nos llamaba a todos los niños a participar en la Semana Santa, muchos nos ilusionamos con entrar, pero sabíamos que por la edad teníamos que esperar”, compartió.
Osvaldo no desistió de su sueño. “Hay que empezar desde abajo para aspirar a mejores papeles”, precisó, pues para interpretar a Jesús es necesario trabajar no solo en la experiencia y la actuación, sino desde el corazón, compartió.
Fue entonces cuando ingresó como un fariseo y poco a poco escaló en más personajes, hasta que en 2022 y bajo la confianza de sus compañeros y los directores de obra, logró convertirse en Jesucristo, un papel que le dejó grandes satisfacciones en su vida personal. “Soy consciente de la responsabilidad que adquirí”, dijo.
Gracias al entusiasmo que demostró durante sus 10 años al interior de la obra, logró contagiar a su hermano y su cuñado, quienes este año serán dos apóstoles de Jesús en la obra y estarán junto a él durante los golpes que recibirá en su largo recorrido.
“Todos los golpes duelen, son reales, pero todo está en la mente y depende de la fe que uno tenga, así es como aminoramos el dolor”, compartió.
Grandes emociones
Para el gran día de la obra, Osvaldo se preparó físicamente desde diciembre del año pasado, por las tardes y durante las mañanas salió a correr de cuatro a cinco kilómetros para poder resistir el recorrido que le espera el Viernes Santo. Empero, el entrenamiento mental es el más fuerte, afirmó, pues desde que se enteró que ocuparía el papel, mantuvo paz mental consigo mismo y con los demás.
“Debes aprender a estar en paz con Dios, eso es lo más importante, en esos días tienes que tener una fe muy grande para poder soportar todo y saber por qué lo haces, también por el amor a la a la tradición y sobre todo a su pueblo”, expresó.
Para él, su punto emocional más fuerte es cuando baja de la cruz, es decir, al final de la obra, pues según detalló, el cierre provoca miles de sentimientos hasta llegar al llanto.
“Son lágrimas por agradecimiento, por emoción, porque pude terminar bien la obra, a pesar de todo lo que me enfrenté y que pude hacerlo bien, es una experiencia muy bonita, pero también muy fuerte”, apuntó.