Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el otoño en Puebla arrancó siendo más frío que el año pasado, situando a Tlatlauquitepec como el municipio más gélido al inicio de la temporada por segundo año consecutivo.
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De acuerdo con el investigador Francisco Javier Sánchez Ruiz, el repentino descenso térmico en uno de los años más calurosos de la era reciente es producto del calentamiento de los océanos, además de la reducción forestal a nivel local, lo que conduce a la agudización de los fenómenos meteorológicos en Puebla y el mundo.
Durante la última quincena de septiembre, periodo en el que ocurrió el Equinoccio de Otoño –oficialmente la mañana del 22 de septiembre de 2024–, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) dio a conocer que uno de los 48 sensores térmicos ubicados en la entidad poblana registró la temperatura media más baja a nivel estatal, inclusive inferior que en 2023.
Se trató de la estación Oyameles, en el municipio de Tlatlauquitepec, enclavado en la Sierra Norte de Puebla. De acuerdo con la Conagua, la temperatura media en esta localidad fue de 8.6 grados Celsius (°C) durante los últimos días de septiembre. En 2023 el registro fue de 10.13 °C, lo que lo llevó a ser el punto más frío del estado al arranque de la temporada otoñal.
Por otra parte, el SMN evidenció, en su último reporte mensual sobre temperaturas y precipitaciones, que el clima promedio en Puebla en septiembre de 2024 fue de 19.6 °C, que fue 0.5°C más bajo que el año anterior.
De acuerdo con Sánchez Ruiz, académico del Decanato de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), aunque la disminución de temperatura aparente ser baja, a nivel climatológico representa la drástica variación térmica y la modificación de los climas en todo el mundo.
Según el especialista, el hecho de tener un otoño más frío desde su inicio brinda elementos para adelantar temperaturas extremas en lo que resta del año, adelantando incluso una temporada invernal “recrudecida”, intensificando el frío en algunas zonas de la entidad poblana.
Cambio climático agudiza variaciones extremas
Luego de vivir una de las temporadas de estiaje más aguda de los últimos años, inclusive después de pasar la primavera más caliente de los últimos años, Puebla entró a su fase otoñal –al igual que el resto del hemisferio norte– con temperaturas más frías que el año anterior.
Para Sánchez Ruiz, las temperaturas suelen tener comportamientos lineales, es decir, a medida de que los calores se intensifiquen, las temperaturas gélidas serán igualmente extremas. Por lo tanto, a medida que los territorios sean más calientes al pasar de los años, el frío será igualmente severo.
El investigador de la UPAEP destacó que el descenso actual de temperatura al arranque de la temporada otoñal significa que en los próximos meses existirá una fuerte prevalencia de tormentas invernales, incluso con registros más bajos a los registrados en años anteriores.
“Si nosotros tenemos temperaturas elevadas en la temporada de estiaje, en temporadas otoñales e invernales vamos a tener temperaturas muy bajas”, precisó el académico.
Sánchez Ruiz, doctor en Ingeniería Química por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), explicó que la variación climática que se vive actualmente en Puebla y el mundo atiende a una serie de efectos climatológicos globales, muchos de los cuales son ocasionados por el calentamiento del planeta y la modificación de las estaciones del año.
El especialista detalló que actualmente se registra el arrastre del viento polar que proviene del norte de Estados Unidos y Canadá. Dichas corrientes son generadas, entre otras cosas, por el deshielo de los glaciares. Ahora, al mezclarse con el calor que emerge del Golfo de México, y luego de atravesar por diversos procesos químicos, se producen fríos intensos acompañados de fuertes vientos.
“La temporada de frío en todo el país va a ser muy drástica este año, sobre todo en el norte, donde ocurrirán varias tormentas invernales, provocadas en buena medida por el arrastre del viento polar que llega del noroeste de Estados Unidos y Canadá”, explicó el investigador.
Desde su perspectiva, será en las próximas semanas cuando la entidad poblana experimente una serie de cambios climáticos caracterizados por la agudización de las temperaturas gélidas.
En Puebla se prevén entre 2 y 4 semanas con climas por debajo de los 0 grados Celsius, principalmente en las zonas cercanas a los volcanes afirmó.
Fríos extremos pueden aparecer en varias partes de Puebla
Según el investigador de la UPAEP, los municipios que padecerán el ingreso de fríos extremos durante otoño e invierno serán los situados en las cercanías a los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. En dicha región, el especialista adelantó la presencia de corrientes heladas, lo que ocasionará temperaturas aproximadas de 1 o 0 grados Celsius.
Por otra parte, mencionó que en la zona metropolitana de Puebla capital las temperaturas no serán tan bajas, pero las sensaciones térmicas sí lo serán. Esto quiere decir que en sitios bajo sombra o lugares sin luz solar el frío se percibirá de forma más aguda.
Respecto a los municipios de la Sierra Norte, Sánchez Ruiz adelantó que en su mayoría alcanzarán los 9 y 10 grados Celsius, aunque enfatizó que en algunas demarcaciones el frío no será tan extremo.
Se prevé que a finales de noviembre sucedan corrientes de viento que puedan alcanzar hasta los 120 kilómetros por hora, esto por la cantidad de humedad que va a tener el Golfo de México y las corrientes de aire polar que recibiremos del norte del hemisferio añadió Sánchez Ruiz.
Según el investigador de la UPAEP, si bien la variación climática que se vive en Puebla es ocasionada por diversos factores globales, existen múltiples variables locales que agudizan aún más los efectos adversos del cambio climático.
Una de las principales es la pérdida de recurso forestal, ya sea mediante acciones de tala ilegal, incendios o incluso cambio ilegal de uso de suelo, pues ello ocasiona un importante desbalance ecosistémico, afectando desde la obtención de agua hasta la protección del entorno frente a la presencia de hielo.
Aunque resaltó que son varios los servicios ecológicos que realiza la flora, el académico mencionó como ejemplo que las especies arbóreas y vegetales juegan un papel fundamental en la resistencia humana a los climas extremos, pues además de nivelar la temperatura en tiempos de estiaje, en temporadas otoñales e invernales disminuye la presencia de hielo sólido.
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Para finalizar, Sánchez Ruiz señaló que las condiciones de clima extremo se alargarán durante los próximos cinco años, como mínimo. Lo anterior debido a que la temperatura global está experimentando variaciones inéditas que requieren equilibrarse.
