El antiguo Palacio de Gobierno, ubicado en el número 711 de la Avenida Reforma, en el Centro Histórico y en donde despachará el próximo gobernador, Alejandro Armenta Mier, tiene una amplia historia, aunque la relacionada con el aspecto gubernamental comenzó en 1965, cuando reemplazó al Antiguo Banco Oriental como sede del Poder Ejecutivo.
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Fue el entonces gobernador Aaron Merino Fernández quien tomó la decisión de despachar desde el inmueble ubicado en Reforma y, aunque ordenó el traslado en 1965, fue un año después cuando se concretó la mudanza y a partir de ahí otros mandatarios siguieron ocupándolo.
A partir de 1967 se añadieron elementos que dieron mayor funcionalidad gubernamental a la propiedad, aunque se fueron deteriorando con el paso del tiempo.
En el antiguo palacio de gobierno despacharon los gobernadores Rafael Moreno Valle, Mario Mellado, Gonzalo Bautista, Guillermo Morales, Alfredo Toxqui Fernández de Lara, Guillermo Jiménez Morales, Mariano Piña Olaya, Manuel Bartlett y Melquiades Morales Flores, quien se encargó de habilitar e inaugurar Casa Aguayo como sede del ejecutivo estatal en el 2001.
Fue hasta el 2020 que el ex gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, emitió un decreto para iniciar el proceso de recuperación del inmueble y lo dejó establecido como sede oficial del Poder Ejecutivo, igual que Casa Aguayo, aunque esta última la rehabilitó y abrió al público, ya que no despachó ahí.
Fue el Colegio de San Ignacio de Loyola
La casa marcada con el 711 de la Avenida Reforma fue ocupada por el Colegio de San Ignacio de Loyola, perteneciente a la Orden de la Compañía de Jesús. Fue fundado el 7 de mayo de 1702 y el día 18 de ese mismo año se colocó simbólicamente su primera piedra, ya que la mayor parte de la construcción ya estaba concluida.
Entre los estudiantes de dicho colegio hubo personajes como Francisco Javier Clavijero, quien como jesuita aportó una de las mejores obras para conocer la historia de México, aunque la labor académica de dicho espacio quedó interrumpida en 1767, cuando el rey Carlos III firmó la orden para expulsar a los Jesuitas de todos los territorios hispanos.
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Dicho acontecimiento generó que la edificación y su patrimonio arquitectónico sufriera numerosas modificaciones, tanto en su configuración como en los espacios que originalmente ocupó el colegio y en el siglo XIX, un año antes de la intervención imperialista francesa de 1862 y tras la aplicación de las Leyes de Reforma, el inmueble sufrió otra transformación que, en gran medida, le otorgó el aspecto que tiene en la actualidad.