La encargada de despacho de la Secretaría de Medio Ambiente y Coordinadora del Organismo Operador del Servicio de Limpia, Myriam Arabian Couttolenc, informó que el dictamen sobre las palmeras infectadas en el barrio de Analco se hizo desde febrero, sin embargo, no se actuó a tiempo y tuvieron que talarlas.
En entrevista, a pregunta expresa de los dictámenes que se realizaron a dichas especies arbóreas durante la gestión de Claudia Rivera Vivanco, puntualizó que sí se les encontró una plaga, pero el tiempo fue fundamental para poder salvar las palmeras, lo cual no se hizo.
Agregó que fue desde febrero cuando se hicieron los análisis, sin embargo, fue hasta agosto cuando se les atendió, por lo que esos seis meses fueron fundamentales para que se dejara morir a parte de la paleta vegetal que hay en Analco.
“Lo que pasó ahí fue un tema de tiempo, cuando revisamos los dictámenes se habían hecho desde febrero y no los hicieron hasta agosto, tuvieron ahí seis meses en donde se pudo haber salvado la palmera, pero al no hacer nada la palmera siguió enfermando hasta morir”, dijo.
La funcionaria aseveró que con la nueva administración esto cambiará, pues al momento los dictaminadores realizan una revisión de los árboles en el Parque Cerro de Amalucan, ya que, se han encontrado algunas plagas, por lo que se van a atender para mejorar la salud de los árboles, mismos que sirven como madrigueras o ayudan a la permeabilidad del cerro.
Informó que el trabajo es mucho, ya que solo hay dos dictaminadores en el municipio de Puebla, por ello se abrirá en un mes la capacitación para que quienes quieran se especialicen en este trabajo y así dar mayor atención a las áreas verdes.
“Hay dos dictaminadores para todo Puebla, los árboles se tienen que dictaminar, ahorita tenemos que hacer un inventario y por lo menos en forma aleatoria identificar a algunos para saber qué está pasando con los árboles urbanos”.
Cabe recordar que el pasado 17 de agosto el derribo de 13 palmeras en el barrio de Analco desató una confrontación entre el gobierno del estado y el ayuntamiento de Puebla, lo que desencadenó en la clausura de la zona y la exigencia de los estudios que justificaran el retiro de éstas, posterior a ello no se continuó con la tala.