Aunque los contagios por coronavirus van a la baja en el estado de Puebla, las y los enfermeros de los hospitales en la entidad continúan con estrictas medidas sanitarias al interior de sus centros de trabajo para evitar el incremento de contagios o rebrote entre la sociedad y sus compañeros. No obstante, el personal de salud que abandonó sus hogares al inicio de la pandemia por coronavirus tomó la decisión de regresar a sus casas desde hace algunos meses porque gran parte de la población ya se vacunó contra el padecimiento y en las últimas semanas no se registraron decesos.
Dos años después del inicio de la contingencia sanitaria, que de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud estatal ha dejado más de 17 mil muertes en Puebla, personas que se dedican a esta profesión coincidieron en este Día Internacional de la Enfermera, que se celebra cada 12 de mayo, que hacer frente a la pandemia fue uno de los mayores retos profesionales que tuvieron a lo largo de su trayectoria, puesto que tuvieron que alejarse de sus familias para evitar contagiarlos.
En entrevista con El Sol de Puebla, Silvia Villegas Alonso, Oricelga Cruz Díaz, Ana Gabriela Villalba, Patricia Domínguez Cortés, Francisco Javier Romero Reyes y Eve Zoar, todos trabajadores del Hospital General de la Zona 20, La Margarita, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), abrieron su corazón y contaron parte de las vivencias que tuvieron a lo largo de las cuatro olas por COVID-19 que arrasaron en la entidad.
Oricelga Cruz Martínez, quien lleva alrededor de 18 años de servicio, dijo que nunca pensó que una enfermedad tan contagiosa llegaría al mundo y cambiaría la forma de vivir de todos.
Respecto a la rigidez de las medidas sanitarias al interior del nosocomio del IMSS, declaró que aún son muy estrictas, pero para los compañeros del sector ya es algo normal, porque se volvió parte de su nueva normalidad.
“Como personal de salud se te queda muy marcado eso de todo lo que implica utilizar todas las medidas de seguridad de manera correcta y mi vida personal yo la sigo haciendo, o sea no porque hayan bajado los contagios yo ya me relajé, al contrario, sino me contagié cuando fue lo más duro de la pandemia, entonces ahorita también seguimos igual en el hospital”, expresó.
Entre las medidas adoptadas en la actualidad se encuentra la aplicación de gel constante, el lavado correcto de manos, las duchas luego de llegar a su casa y el uso correcto del cubrebocas.
De manera triste narró que un hecho que la marcó mucho fue ver morir a varios de sus compañeros de lucha, con quienes hizo frente a la contingencia sanitaria durante varios meses. Lamentablemente, recordó, se contagiaron, su salud empeoró con los días, los vio ingresar al área COVID y ya no salieron con vida.
“Otro hecho que puedo decir me impactó mucho fue ver cómo ingresaban nuestros compañeros, amigos. En una ocasión ingresó una compañera que era mi amiga y digo era porque desgraciadamente falleció. Un día llegó muy mal, pero aún consciente, me tomó la mano y me dijo ‘por favor ayúdame, no me quiero morir’ y eso se te queda grabado en la mente, en el corazón, es una marca muy dura, ver cómo la enfermedad la va consumiendo y muere”, compartió.
En este sentido, relató que al inicio de la contingencia por el virus SARS-CoV-2 fue necesario dejar a su hija con sus padres para protegerla y evitar un contagio, aunque después de varios meses tuvo la oportunidad de volver a vivir con ella, situación que disfruta mucho porque a lo largo de los meses aprendió que abrazar a los seres queridos es de las cosas más valiosas para la sociedad.
Al igual que Olga, Eve Zoar, una enfermera de Veracruz, embarazada, que en un principio trabajó en el Hospital Ángeles y después en el IMSS, coincidió con su homóloga al decir que la parte más difícil de ejercer su trabajo durante la pandemia fue alejarse de su familia, no poder ver a su hijo, abrazarlo ni hacer actividades juntos, como lo hacían anteriormente.
“Yo soy originaria de Veracruz, entonces durante ese tiempo pues corté comunicación con mi familia de ir y visitarlos, por el hecho de que yo estoy en el área de la salud y para no contagiarlas dejé de visitarlas, o sea a mi hijo también, mi mamá, mi abuela. Fue muy frustrante porque fue no verlos, abrazarlos”, contó.
Fue hasta un año después cuando tomó la decisión de regresar a visitarlos, aunque con muchas precauciones para evitar un contagio por la enfermedad. Ahora que ya casi todos están vacunados en su familia se siente más tranquila.
LA LLEGADA DE LAS VACUNAS
Para los seis entrevistados la llegada de las vacunas representó una esperanza y trajo consigo una inmensa alegría, ya que tras miles de muertes y ver a las personas sufrir diariamente, habría una posibilidad de proteger más a la sociedad. Por ello, agradecieron al titular de la Secretaría de Salud, José Antonio Martínez García, y al gobernador Miguel Barbosa Huerta sobre los constantes llamados y esfuerzos que hicieron para aumentar el número de población vacunada.
“En el momento que me dicen, como yo tengo a cargo 132 compañeras, les informaron a todo el personal de enfermería, y todo mundo daba gracias, gracias a Dios, porque ya iban a llegar las vacunas, ya teníamos compañeros caídos, que no lograron salir adelante, fue un momento muy valioso”, dijo Silvia Villegas Alonso, subjefa de enfermeras.
Hay que recordar que el 15 de agosto de 2021 Puebla fue el único estado con menos del 40 por ciento de su población vacunada contra el virus SARS-CoV-2, sin embargo, tras el trabajo de las autoridades estatales, la cifra superó el 90 por ciento a finales de ese año.
En el Día Internacional de la Enfermera, que se celebra cada 12 de mayo, porque se conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, para muchos la creadora de la enfermería moderna, Francisco Javier Romero, quien acumula siete años de experiencia en esta profesión, envió una felicitación a sus colegas y aseguró que son héroes por hacer frente a la pandemia.
“Quiero felicitar a todos mis compañeros y compañeras colegas, somos todos unos héroes, siéntanse orgullosos de ejercer esta noble profesión que busca el satisfacer, el bienestar, la salud física y emocional de una persona, la familia y la comunidad”, subrayó.
MUERTES POR COVID
Según las últimas cifras de la Secretaría de Salud del estado de Puebla, de marzo del 2020 al mismo mes del 2021 fallecieron 211 profesionales de la salud: 161 médicos y 50 enfermeras.
En ese entonces, el total de casos positivos en este sector fue de 6 mil 69, de los cuales 2 mil 587 correspondieron a médicos y 3 mil 482 a enfermeras. Pese a ello, los jubilados (del sector salud) fueron los que más fallecieron, ya que, de 3 mil 652 contagios registrados entre sus integrantes, mil 474 perdieron la vida.
LAS SECUELAS
Pese a su heroico valor, las y los enfermeros cargan con secuelas de la batalla que enfrentaron durante dos años, entre ellos el trauma colectivo por ver diariamente las cifras de contagios, hospitalizados y defunciones relacionados con la nueva enfermedad.
De acuerdo con el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), la COVID-19 provocó mayor angustia psicológica por cargas de trabajo muy grandes y las conclusiones preliminares de una nueva encuesta realizada a sus más de 130 Asociaciones Nacionales de Enfermeras (ANE), junto con estudios efectuados, apuntan a que el efecto es una forma compleja y extraordinaria de trauma con consecuencias potencialmente devastadoras tanto a corto como a largo plazo.
Asimismo, desde la primera ola de la pandemia, las enfermeras han tenido casos de trauma, ansiedad y agotamiento por su profesión.
Ante este panorama, el CIE señaló que se corre el riesgo de que la pandemia dañe a la profesión de enfermería durante las próximas generaciones, por lo que es vital que los gobiernos actúen ahora para afrontar el efecto de la COVID-19, que podría desencadenar un éxodo de la profesión.