El Parque Intermunicipal de Cholula no debería funcionar como sede de espectáculos, toda vez que estos eventos masivos afectan la zona arqueológica asentada en el margen de este sitio, señala la investigación “El rol gentrificador del Programa Pueblos Mágicos. El caso de San Pedro y San Andrés Cholula”, realizada por el académico de El Colegio de México, José Álvaro Hernández Flores.
Aunado a ello, y por la falta de ordenamiento territorial, la proliferación de comercios y construcciones aledaños a este parque, ubicado en San Andrés Cholula, rompen con la imagen urbana que debiera prevalecer en el área patrimonial, advierte dicho estudio, publicado en diciembre de 2023 en la plataforma de artículos científicos SciELO (Scientific Electronic Library Online por sus siglas en inglés).
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“En esta área se han llevado a cabo conciertos, festivales y otros espectáculos masivos que han afectado la zona arqueológica, sin que las autoridades tomen acciones preventivas al respecto”, acusa.
La carencia de reglamentación sobre la altura y el tipo que construcciones que, paulatinamente, se instalan en esta zona, han dado libre paso a nuevos establecimientos comerciales que priorizan la ventaja económica por encima del cuidado del área patrimonial.
En el estudio, el académico ejemplifica la Plaza Gran Pirámide, un centro comercial de tres pisos ubicado enfrente de la zona arqueológica, y del cual, pese a las inconformidades de la población originaria cuando inició su construcción, siguió su curso. Actualmente, alberga una serie de tiendas y restaurantes comerciales.
El Parque Intermunicipal, situado entre los municipios de San Andrés y San Pedro Cholula, forma parte de un complejo turístico el que convergen la zona arqueológica, el Santuario de la Virgen de los Remedios, el Museo Regional de Cholula y el Parque Artesanal Soria Xelhua.
Dicho parque es sede de diferentes eventos masivos al año, entre ellos el Festival Volarte, la celebración del Equinoccio, ferias, conciertos, entre otros.
Un proyecto rechazado por la comunidad
El estudio recordó que la construcción de este espacio, originalmente llamado Parque de las Siete Culturas, fue rechazada por los habitantes originarios del municipio cuando se planteó el proyecto en 2014, ya que tendría impactos negativos en su modo de habitar el territorio, aunado a que, en aquel entonces, no hubo ningún acercamiento previo de las autoridades locales para presentar dicho plan.
“La intervención afectaba un área de 8.52 hectáreas pertenecientes a los municipios San Pedro Cholula y San Andrés Cholula, las cuales estaban ubicadas dentro de la Zona de Monumentos Arqueológicos. Dado que en dicho perímetro se ubicaban predios de propiedad particular que albergaban viviendas, estacionamientos y terrenos de cultivo, se planteaba como necesaria la expropiación por causa de utilidad pública”, relata.
El proyecto generó un descontento de la población, la cual creó diversos grupos de resistencia. Ante dicha oposición, el gobierno estatal de aquel entonces desistió de las expropiaciones.
Sin embargo, dos años más tarde, en 2016, único la construcción del sitio, ahora denominado Parque Intermunicipal, sobre el mismo terreno considerado para el proyecto anterior.
“Muchos de los desencuentros entre autoridades y pobladores a propósito de dicho proyecto tuvieron su origen en la intención de controlar los accesos al templo e intervenir en la organización de festividades, procesiones y otros ritos ceremoniales que, a partir del nombramiento, comenzaron a promocionarse como atractivos turístico, proceso que algunos autores describen como tematización o disneyzación”, explica.
Pueblo mágico atrae turismo a la zona
Tras su nombramiento como pueblo mágico, Cholula atrajo mayor número de visitantes locales, nacionales y extranjeros a los municipios que la conforman, por lo que la suspensión de actividades en un sitio tan atractivo como lo es el parque (por su cercanía con la zona arqueológica) significaría una disminución de la derrama económica del territorio.
Por esta razón, las intervenciones realizadas al territorio en los últimos años, no responden a un proyecto de conservación del patrimonio histórico, sino que se tiene tras de sí un interés económico, apunta el estudio.
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“La imagen urbana de ambos municipios se ha visto trastocada no sólo por las obras de mejoramiento (fachadas, cableado subterráneo, pavimentos, iluminación, mobiliario, banquetas, etc.), sino por el surgimiento de nuevos establecimientos y giros comerciales (restaurantes gourmet, hoteles boutique, galerías de arte, estacionamientos y plazas comerciales, entre otros) que evidencian la emergencia de nuevos patrones de consumo”, finaliza.
