Entre la suciedad, la oscuridad y delincuentes, centenas de hombres y mujeres caminan a lo largo de un paso inferior en la autopista México-Puebla.
Aunque es un paso vehicular de solo un carril justo debajo de las casetas de cobro del segundo piso de la autopista, a la altura del Outlet Puebla, es un paso prácticamente obligado para estudiantes y trabajadores que viven o laboran en las comunidades y establecimientos cercanos.
Está pavimentado pero a medida que han pasado los años, las lluvias y autos, el asfalto está casi totalmente cubierto de tierra y piedras, que en los últimos días, a consecuencia de las lluvias que se han presentado en la zona ya se han convertido en charcos y lodo.
En una parte, casi a la salida que conduce al Outlet Puebla, una charca se extiende de lado a lado, y pasar es un ejercicio de equilibrio, pues la única manera de hacerlo es mediante una serie de piedras con las que apenas se libra el agua sucia.
Nadie sabe quién puso las piedras ahí, pero a decir de Yair, Héctor y Manuel, tres hombres que pasan todos los días por ahí, es la única forma en que pueden circular, “pues es que es la peor parte”, agregó el primero de ellos.
Por si fuera poco, el mayor riesgo a decir de don Manuel y de un policía auxiliar asignado a un establecimiento cercano es ser asaltado.
Y es que ambos explicaron que es común que los delincuentes aprovechen que el paso está oscuro y en malas condiciones desde hace varios años para sorprender a quienes caminan por ahí y despojarlos de sus pertenencias. Según el policía auxiliar, hay al menos un atraco diario en el lugar.
Por esta razón, continuó, en las horas en que comienza a oscurecer e incluso por la madrugada o muy temprano por las mañanas, algunas personas prefieren arriesgarse cruzando entre los autos a toda velocidad la autopista.
Don Manuel es uno de ellos, quien prefiere esperar algún momento en que se distancien los carros y correr de un extremo a otro de la vialidad, “pues a cruzar entre los carros, no hay de otra, ¿qué hacemos?”, expresó.