En San Juan Xiutetelco, municipio ubicado en los límites entre Puebla y Veracruz, la tierra guarda historia, la de un pueblo totonaco cimentada entre 13 pirámides, que mantiene ocultas piezas arqueológicas únicas, vestigios de la cultura olmeca, totonaca y mexica. Sin embargo, con el paso del tiempo y el imparable crecimiento de la mancha urbana, esas reliquias prehispánicas se han ido perdiendo y existe el riesgo de que desaparezcan si no se les protege.
Xiutetelco está enclavado en la Sierra Nororiental de Puebla, a dos horas de distancia de la capital poblana. De acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el año 2020 tenía una población de 42 mil 943 habitantes. Su nombre significa “pirámides entre hierbazal”, pero ahora solo persisten cuatro de ellas, mismas que casas y negocios les empiezan a robar terreno. Por ello, pobladores buscan rescatarlas, pero se requieren 90 millones de pesos –por estructura prehispánica—, al igual que voluntad de autoridades locales, estatales y federales, para lograrlo.
La mayoría de sus habitantes se dedica al comercio y la agricultura. Es en esta última actividad donde los lugareños rascan en la tierra para buscar “chayotextle”, la raíz del chayote, y accidentalmente encuentran tumbas, ollas de exhumación, entre otros fragmentos prehispánicas que actualmente se exhiben en el museo comunitario de la zona, espacio que alberga 3 mil 290 piezas registradas ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
POR EL RESCATE DE UNA PIRÁMIDE
Rafael Julián Montiel es uno de los principales promotores de la cultura en la demarcación, también es fundador del pequeño museo comunitario. Parte de su trabajo desde hace más de 25 años ha sido el rescate de las piezas milenarias, pero el poco interés de los ediles que entran y salen de Xiutetelco no le ha permitido lograr su objetivo: recuperar las pirámides.
El también cronista platicó a El Sol de Puebla que en varias ocasiones ha mantenido diálogo con representantes estatales y federales, siendo los últimos quienes le han asegurado que el proyecto es viable, siempre y cuando obtenga la aprobación, por escrito, del Cabildo municipal. De esta manera el reparto de recursos se dividiría entre los tres poderes, dinero destinado para la indemnización de las personas que se han asentado en las inmediaciones de los monumentos.
“Sabemos que cuando se tienen las ganas, no es imposible para un ayuntamiento, pero no lo quieren hacer. En campaña se prometió, se dijo mucho de esto (del rescate de las pirámides) y estamos en espera de que se logre”, expuso.
A decir de Montiel, existe una respuesta negativa por parte de las familias que albergan alrededor de la zona para cambiarse de predio, empero, aseguró que estarán a favor si se les indemniza para reubicarse.
Por su parte, Baltazar Narciso Baltazar, presidente municipal de San Juan Xiutetelco, afirmó ante esta casa editorial estar trabajando en el rescate de dos estructuras prehispánicas, aunque lo calificó como “un tema complicado”, ya que no cuenta con el respaldo del INAH, y mucho menos con la solvencia económica para lograr el desplazamiento de 15 familias que se encuentran al pie de una de ellas. Según sus cálculos, se requieren 50 millones de pesos, por monumento, para cumplir con la promesa de campaña.
“Es un tema que nos interesa (el rescate de las pirámides), pero el problema más grande es nuestra economía, nuestro techo financiero no alcanzaría para remover a las personas, ellos están abiertos a recibir una oferta para reubicarse, pero ni siquiera tenemos un predio disponible para que se instalen, tendríamos que esperar a que se dé un acuerdo entre autoridades”, reveló.
Este medio acudió al lugar y pudo comprobar que negocios y casas rodean la pirámide del viento, una especie de plataforma ubicada a la orilla de una carretera, por donde residentes y visitantes viajan para llegar al centro de Xiutetelco.
La segunda reliquia que buscan rescatar se encuentra en la plaza del municipio, un tipo cerro que en lo alto resguarda una columna de iglesia, donde, a decir de Rafael, los habitantes han tomado las piedras de éste para uso propio, comenzando a borrar la imagen original del mismo, además de que algunas personas lo utilizan como basurero.
Guadalupe tiene un pequeño local de antojitos a unas calles del zócalo de la capital, ella se pronunció a favor del rescate de las pirámides, ya que coincidió que son parte de la cultura del municipio y que desaparezcan sería como “borrar la historia de Xiutetelco”.
Mariana y Ana son dos estudiantes de educación superior y voluntarias en el museo comunitario del municipio, quienes coinciden en el rescate de los monumentos, aunque al mismo tiempo se dicen “desesperanzadas” ya que el intento se ha hecho en más de dos ocasiones y no han logrado nada.
DESEAN SER PUEBLO MÁGICO
La pequeña ciudad enriquece la antología arqueológica de la sierra de Puebla, que permite revivir y conocer el pasado a través de sus diferentes piezas milenarias, además, conserva 24 danzas autóctonas, preserva su lengua originaria, el náhuatl, y posee un pequeño arroyo, que, en conjunto, resaltan la belleza de la demarcación. No obstante, esto no es suficiente para tener la designación de Pueblo Mágico.
Para Mariana vivir en Xiutetelco es “estar de fiesta todo el tiempo”, ya que no hay día en que danzantes recorran las calles con sus tradicionales bailes, se escuche el mariachi en algún hogar o el tronar de los cohetes por alguna festividad religiosa. “Nadie se debería de perder estas maravillas, todo el mundo debería de conocer el pueblo, se enamorarían”, platicó.
Cuestionado sobre este tema, el munícipe reiteró que trabaja en el rescate de la cultura y tradiciones, con la intención de buscar que San Juan Xiutetelco obtenga dicho nombramiento, pero uno de los impedimentos para obtenerlo es que no cuenta con hoteles para recibir a los visitantes.
Rafael Julián coincidió con esta opinión y agregó que, pese a poseer riqueza tradicional, no es suficiente para “ser mágico”, pero no pierde la esperanza de ver crecer al pueblo y que su historia se conozca en todo el territorio nacional e internacional.