"Pensé que íbamos a morir ahogadas", comenta la señora Fabiola García con los ojos llorosos al mismo tiempo que se fuma el último cigarrillo de su cajetilla para tratar de calmar la tensión que le provoca el recordar que, ella como su hija, quedaron atrapadas en el lodo tras el desbordamiento del río Alseseca.
Aunque ella trata de ser fuerte y aguantarse las lágrimas, el sentimiento la sobrepasa y deja salir su tristeza mientras camina en el fango que aún hay en el patio de su casa ubicada en la calle La Herradura de la colonia La Hacienda.
"Todo fue en cuestión de minutos", comenta en voz entre cortada mientras sus vecinas le ayudan a sacar el agua de su sala y de su papelería, de la cual, perdió todo el producto.
Recuerda que fue al filo de las 10 de la noche cuando la lluvia empezó a caer. Conforme pasaron los minutos la intensidad de la precipitación aumentó y junto con ello, el nivel del río empezó a subir.
"Vi que el agua empezó a entrar por mi casa y lo que hice fue sacar mi camioneta. La moví a unas cuantas calles de aquí y cuando quise regresar por mi hija el agua ya me llegaba a la cintura.
"Entré rápido y cuando quisimos salir ya no pude abrir; la puerta de la casa estaba atascada con el lodo", comenta con tristeza mientras su hija le ayuda a embolsar todas las cosas que se irán a la basura.
Su temor, dice, se hizo más grande cuando vio que el nivel del agua subía y la lluvia no cesaba. A pesar de que buscaban la manera de salir no había forma de hacerlo.
"Hace poco entraron a robarnos y decidí asegurar todas las ventanas con herrería, no teníamos por donde salir. Yo gritaba desesperada: ¡ayúdenos a salir, estamos atrapadas! En ese momento el nivel del agua ya me llegaba hasta aquí", dice mientras señala el cuarto escalón de la escalera que alcanza casi el metro de altura.
En cuanto paró la lluvia sus vecinos le ayudaron a salir de la casa y fue en la madrugada del sábado cuando empezó a limpiar los estragos que le dejó el desbordamiento, situación que asegura, han padecido desde hace varios años.
"PERDÍ TODO MI NEGOCIO"
Además de perder algunas cosas de su hogar, su angustia se hizo más aguda cuando vio todas las libretas y los artículos de su papelería flotando entre el lodo.
"Perdí todo mi negocio, este era todo mi sustento. Tenía 29 listas de útiles para vender; todas se me echaron a perder", comenta entre lágrimas.
Con cubetas de agua, sus vecinas y amigas le ayudan a limpiar sus mostradores de donde únicamente salen capas de lodo, porque de lo demás ya no hay nada que se pueda rescatar.
PIDE DESAZOLVE PARA EL RÍO
Desde hace 14 años la señora Fabiola ha vivido en este lugar y aunque esta es la primera vez que le pasa a la señora, reconoce que a sus vecinos ya le ha pasado en otras ocasiones, motivo por el cual pide a las autoridades locales actuar ante esta problemática mediante el desazolve y vigilancia del río que muchos daños dejaron durante este fin de semana.