Pérdida de audición inducida por el ruido, muerte por ingerir productos nocivos y estrés por el cambio de hábitat es lo que puede provocar el festival Catrina en los animales que viven en el Parque Ecológico.
En entrevista con este medio, Pablo Candia Salamanca médico veterinario explicó que el ruido del festival sí puede afectar a los loros que viven en el Parque Ecológico, puede causar la muerte de sus crías ya que hay muchos nidos, y puede generar la pérdida de audición inducida por el ruido, esto último puede ser inmediato o puede tomar algunos días.
El ruido en exceso no solamente afectará a esta especie, sino a los patos y a las aves que llegan a este lugar a descansar. En suma, tiene conocimiento de que a este parque llegan tlacuaches y cacomixtles, animales que podrían huir al sentir las vibraciones y que su hogar, fue modificado.
Además de que estos ruidos pueden dañar las estructuras delicadas del oído, en los festivales es muy común que los jóvenes tiren sus colillas de cigarro y que dejen mucha basura. Aunque los animales están luchando para adaptarse a la basura humana, pueden digerirla y enfermarse, o en el peor de los casos morir al consumirlas.
Cualquiera ruido intenso puede afectar, incluso al mismo oído humano porque la vibración será muy fuerte. Hay muchos animales que en esa zona habitan, incluso algunas especies que llegan ahí buscando comida, con esto podrán irse y ya no regresar y no solo es el impacto del ruido sino lo que genera la alteración del espacio acotó.
En su opinión, al ser un evento patrocinado por una cervecera, también habrá jóvenes descontrolados, muchos excesos y eso podría genera afectaciones en los árboles y el pasto. “El alcohol en exceso puede dar como resultado conductas de vandalismo o destrucción de árboles, puede salirse de control. Una cosa es el ruido, pero este tipo de actividades con alcohol mezclado y en lugares impropios lleva al caos, esperemos no sea el caso”, acotó.
Desde su óptica, no se contempló el impacto ambiental para la instalación el festival y las autoridades deberían de dar un espacio a los miembros del Instituto de Bienestar Animal para que si algún animal necesita auxilio lo puedan atender.
