Pese a los golpes, poblanas prefieren regresar con sus agresores

El 60 % decide vivir en un clima de maltrato

Pilar Pérez

  · jueves 8 de marzo de 2018

Foto ilustrativa

Cada mes acuden, en promedio, 70 usuarias a la Casa de Justicia para las Mujeres (CJM) de la Fiscalía General del Estado (FGE) víctimas de algún tipo de violencia. Alrededor del 60 por ciento de las que acude a recibir ayuda regresa con su agresor y se mantiene en un clima de maltrato, lo cual es normal en la terapia, lamentó la directora de este espacio, Alicia de Lourdes Llamas Martínez.

Lo anterior después de que una decena se usuarias presentó el performance conocido como “La Caja”, un proyecto artístico que sirve como una herramienta catártica para la liberación de emociones luego de vivir una situación de violencia, misma presentación que será repetida este jueves a las 10:00 horas en el Teatro de la Ciudad.

En entrevista Llamas Martínez admitió que el principal tipo de violencia que reciben las mujeres es el emocional y psicológico, siendo aquellas en edad reproductiva las principales víctimas o personas de la tercera edad que son maltratadas por sus hijos, seguida por la violencia física, sexual y patrimonial, en ese orden.

La Casa de Justicia para las Mujeres ha brindado atención a 9 mil mujeres a quienes les han brindado hasta 33 mil servicios en los últimos cinco años y cada mes el promedio de usuarias nuevas es de 70 quienes llegan con la misma problemática: violencia.

“Hay un ciclo de violencia, las mujeres pueden superar ciertas etapas y pueden reincidir o pueden recaer. Nosotros calculamos esta recaída como parte del tratamiento”, dijo la especialista al tiempo de mencionar que hay personas que pueden aguantar hasta 40 años el maltrato de su pareja por miedo a estar solas o a no tener un sustento económico.

Son los momentos de crisis y de violencia muy extrema las principales razones por las que las víctimas acuden a denunciar, pero en sí, las razones son muy variadas.

LA CAJA

Una decena de mujeres se sitúa al centro del escenario. Cada una tiene una historia que contar. Viven una catarsis para hacer a un lado los recuerdos de la violencia que vivieron durante varios años con lágrimas, angustia, dolor y miedo que tuvieron que pasar en silencio.

“Dejar de lamentarse, voltear la caja, vaciarla y seguir. Es creer para crear”, esta es la intención de “La Caja”, que las mujeres tengan la oportunidad de expresarse, hacer frente a su dolor y seguir adelante.

Con el performance las participantes viven una experiencia autosanadora e integral que forja el fortalecimiento de una mujer empoderada.