En la Cámara de Diputados existe un punto de acuerdo para pedir que el gobierno de Puebla proteja los derechos humanos de las comunidades indígenas que son violentadas por el fracking hidráulico y las minas a cielo abierto, que dañan el ecosistema y la salud.
El exhorto fue presentado el pasado 1 de octubre por el diputado federal de Morena, David Bautista Rivera, y fue enviado a la Comisión de Pueblos Indígenas para su estudio.
El legislador destacó que el actual sistema económico, aunado a la reforma energética que entró en vigor en 2014, permite la implementación de proyectos extractivos o los llamados “proyectos de muerte”, como la minería a cielo abierto, hidroeléctricas, gasoductos, parques eólicos, geotérmicos y los pozos de explotación de fracking, que han provocado violaciones a derechos humanos y graves riesgos de destrucción del medio ambiente.
Refirió que los proyectos que más afectan a Puebla son el fracking y las minerías a cielo abierto y puso como ejemplo los datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que hasta mediados de 2018 contabilizó mil 440 pozos perforados con técnica “no convencional” para extraer gas y petróleo, a pesar de que genera temblores e impactos adversos en el agua, aire, agricultura, salud y seguridad pública.
Explicó que el “Estudio sobre protección de ríos, lagos, acuíferos desde la perspectiva de los derechos humanos”, indica que la técnica no convencional o fractura hidráulica, conocida como fracking, requiere el uso y contaminación de 9 millones a 29 millones de litros de agua por pozo, mezclados con arena y hasta 750 químicos tóxicos, que pueden causar cáncer y mutaciones, alergias, afectaciones al sistema endocrino y nervioso.
En la actualidad, aseguró el legislador de Morena, Puebla cuenta con cuatro minas en construcción (en Francisco Z. Mena, Jalpan, Pantepec y Venustiano Carranza) y los impactos negativos van desde la contaminación del suelo, agua y aire, así como en la producción de miel, establos lecheros, granjas acuícolas y la crianza de cabras.
A principios de 2019 la organización CartoCrítica informó que en Puebla existen mil 288 pozos, verticales, horizontales y direccionales y 7 mil 202 fracturas, además refirió que en México la fracturación hidráulica comenzó a utilizarse el 26 de enero de 1996 en Tabasco.