Activistas exigieron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) revisar la legalidad de los permisos otorgados a los principales extractores del recurso hídrico en Puebla, pues aseguraron que en muchos casos la permisividad y falta de supervisión de la autoridad ocasiona la sobreexplotación y contaminación de los acuíferos; además de que las supuestas irregularidades afectan los derechos de los pueblos con vocación agrícola del estado.
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Como parte de una estrategia nacional de movilización frente a las delegaciones estatales de la dependencia, personas dedicadas a la defensa de los derechos hídricos en la entidad elevaron una serie de reclamos y propuestas a la titular de Conagua en Puebla, Beatriz Torres.
Esto lo hicieron integrantes de la Contraloría Autónoma del Agua ¨Joel Arriaga” en Puebla, una organización civil que agrupa a gente dedicada a la lucha por el reconocimiento de derechos hídricos, mediante una concentración pacífica a las afueras de la oficina gubernamental, localizada en la capital del estado, sobre el Circuito Juan Pablo II, en la Plaza América.
Mediante una carta, los activistas acentuaron la necesidad de revisar los títulos de concesión vigentes a nivel estatal, específicamente los que acaparan más de un millón de metros cúbicos anuales, que son 251, de acuerdo con el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA).
Aunado a ello, enfatizaron que es fundamental que se investigue si los 26 sistemas operadores de agua en la entidad poblana cumplen con los procesos de extracción sustentable, tratamiento y restitución de las cuencas hidrográficas que explotan todos los días.
Tan sólo en la capital del estado, señaló la organización, el Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Puebla (Soapap) padece un amplio desperdicio del recurso hídrico mediante fugas, el cual se eleva al 40 por ciento.
Según María Eugenia Ochoa García, de la Contraloría Autónoma del Agua en Puebla, durante las últimas décadas la autoridad federal ha sido omisa de la revisión de los permisos de explotación hídrica, pues existen motivos para asegurar que hay usuarios que no emplean el agua para los fines prometidos, o bien que no garantizan el saneamiento de la misma, lo que impide la recuperación de los mantos acuíferos.
También los activistas señalaron que las supuestas irregularidades cometidas en la asignación de concesiones tienen graves consecuencias para los pueblos indígenas y agrícolas.
Lo anterior debido a que, si bien la mayoría de los permisos que concentran más de un millón de metros cúbicos son ocupados por usuarios agrícolas, existen comunidades en la entidad poblana que no tienen siquiera el líquido suficiente para abastecer sus cultivos y necesidades personales, lo que evidencia una deficiente distribución del líquido.
Representación de los pueblos ha sido invisibilizada
Señalaron, además, que es imperativo analizar si los titulares de estas concesiones están efectivamente empleando el recurso hídrico para abastecer cultivos, y, en caso de ser así, corroborar que el uso y tratamiento del agua cumple con las obligaciones legales.
En términos de la distribución proponemos que se deben revisar los procesos de distribución en los distritos de riego y las unidades y núcleos agrícolas, ya que hay regiones y núcleos agrarios que carecen del vital líquido para riego sobre todo para las y los pequeños productores, mientras que otros concentran el agua apuntó la carta dirigida a Conagua.
En ese sentido, los defensores del agua en Puebla resaltaron que la representación comunitaria en los pueblos y comunidades ha sido invisibilizada por la dependencia federal, esto a pesar de que su papel como organizadores del recurso hídrico es reconocido como derecho a mantener usos y costumbres, mismo que garantiza la Carta Magna.
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Para finalizar, los activistas destacaron su voluntad para ser incluidos en la toma de decisiones respecto a la reorganización de concesiones y aplicación de medidas para mejorar la eficiencia del recurso hídrico, como es la tecnificación del riego y la implementación de estrategias para recolectar y utilizar el agua de lluvias, entre otras acciones.