En Puebla se castiga penalmente a las personas que agreden psicológicamente a niños, discapacitados y adultos mayores, sin embargo, las mujeres que sufren este tipo de violencia registran más obstáculos para demostrar que son víctimas, esto a pesar de que los estragos pueden verse reflejados en su salud física y emocional. Norma Jaramillo, es una de las tantas víctimas que considera que la violencia psicológica puede ser una de las más letales, ya que no hay evidencia del daño.
“A ese hombre le gustó tanto mi sonrisa que se la llevó”, fue con esta frase que comenzó la entrevista de Norma, la conoció en un vídeo de redes sociales y se sintió tan identificada porque eso fue lo que le ocurrió. Conoció a su ex esposo a los 15 años y desde ese momento comenzó a ejercer violencia psicológica para luego convertirse en violencia económica.
“Desde los 15 años comencé mi relación y siempre viví violencia, pero estaba tan acostumbrada que no me di cuenta, para mí era normal que él me mandara a pedirle dinero prestado a mis familiares, que no me dejara trabajar, que yo hiciera todo en la casa y llegué al punto en donde tenía que mendingarle para que me compara objetos de aseo personal (…) hoy tengo 50 años y sigo padeciendo violencia económica porque no quiere pagar pensión alimenticia”, compartió.
Norma en su momento no sabía que estaba sufriendo violencia psicológica ni económica, sólo permitió que este hombre la alejara de sus amigos, de sus familiares y que le controlara todo el dinero, pues así fue educada y creyó que una esposa sólo “servía para atender al marido” y decirle a todo que sí. Incluso, este hombre la castigaba y a sus cinco hijos con no dejarlos comer a sus horas o tratándolos mal al grado de deshumanizarlos.
“Siempre nos hizo acreedores a castigos, si yo no hacía algo que me pedía o me tardaba me castigaba y si el castigo no era suficiente me decía que mis hijos iban a pagar la consecuencia. A los niños los castigaba llegando con comida y haciendo que ellos vieran todo lo que no podían comer, también los castigaba negándoles la palabra -hijo- y ellos crecieron con esa necesidad de aprobación paterna. Me manejó psicológicamente a tal grado que me dejó en soledad”, comentó.
Pasaron los años y cuando sus hijos crecieron, este hombre le pidió a Norma el divorcio, ella accedió, pero no sin antes solicitarle una pensión alimenticia para su hija la más pequeña. Para que fuera todo legal acudió ante las autoridades y un juez determinó que este sujeto tenía que darle pensión tanto a la hija menor como a Norma, ya que nunca la dejó ni estudiar ni trabajar para tener ingresos propios.
Expareja se burlaba porque tratarla mal no tenía ningún castigo
“No sólo se divorció de mí, sino de mis hijas, a los hombres sí los sigue viendo y manipulando. Me di cuenta que era un violentador psicólogo cuando un día me dijo que no me pegaba porque eso lo podría llevar a la cárcel, pero que si me trataba mal, no iba a pasar nada, no había castigo y esa violencia, es la más cañona, es la más letal”, expuso.
Pese a que este hombre ya recibió una sentencia por parte del juez, se niega a pagar su pensión alimenticia y como en todos los casos de este tipo, su argumento es que no tiene el dinero suficiente. No obstante, él ya vive con otra persona y en esta nueva relación no escatima gastos.
“Tengo varias enfermedades que no me traté por esa violencia económica que sufrí. Le pedí dinero muchas veces y nunca me quiso apoyar. Hoy estoy muy mal y sólo le pido lo que merezco después de tanto dolor. Incluso ya en terapia me diagnosticaron síndrome de Estocolmo porque desarrollé un vínculo positivo hacia mi captor como respuesta al trauma”, agregó.
Norma se unió al Frente Poblano de Deudores Alimenticios, en donde compartir su historia le ha ayudado a salir adelante. Desde que su ex pareja se enteró de su activismo la ha tachado de mitotera y que así menos le dará el dinero que le corresponde, pero ella ya no tiene miedo, sólo quiere que sus hijas no vuelvan a repetir la historia y que ni una otra mujer sea víctima de este tipo de violencias.
De igual modo, aprovechó este espacio para lamentar que la violencia psicológica siga siendo una de las menos visibilizadas, ya que hace algunos meses, los legisladores avalaron una iniciativa para reformar el artículo 355 del Código Penal con el objetivo de castigar la violencia psicológica en contra de menores de edad, adultos mayores o personas con discapacidad, pero en las mujeres, no hay un apartado sólo para ellas.
Si bien, se ha abordado el tema en el Artículo 37 bis, 75 fracción VI, el 119 y en la Ley de Acceso de las Mujeres en la fracción III artículo 10, las víctimas tienen más obstáculos para comprobarla.