Este domingo, 3 de noviembre, por decimocuarto año consecutivo, las habitantes de Puebla se movilizaron en la capital para recordarle a la sociedad que no permitirán que la violencia de género siga impune, así como para honrar a las víctimas de feminicidio.
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Bajo el nombre “Marcha de las putas”, que busca resaltar la idea de equivocada de que las mujeres provocan los ataques en su contra, por su forma de vestir o comportarse, un grupo de mujeres diversas salió a visibilizar el aumento de la violencia de género en todas sus formas: abusos, violaciones, desapariciones y feminicidios.
Vestidas de negro, pelucas rosas y colgando del cuello un dibujo de calavera con el nombre de víctimas de violencia, las mujeres se congregaron en el reloj El Gallito en el Paseo Bravo con dirección al zócalo capitalino.
Previo a dar inicio en la caminata, las inconformes emitieron un pronunciamiento en donde recordaron a las más de 300 mujeres víctimas de feminicidio en la entidad, en los últimos seis años, y acusaron que las administraciones salientes no cumplieron con sus promesas de proteger a esta población.
“Nos hacemos visibles las mujeres a quienes han llamado putas (…) Marchamos porque el ser putas nos atraviesa a todas, remueve emociones, memorias, nos abraza y nos redignifica; si ser puta significa revelarme contra la heteronorma, entonces sí lo soy”, dijeron.
De igual manera, exigieron al actual presidente municipal de Puebla, José Chedraui Budib, así como el próximo gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, atender los pendientes en materia de género.
“Salimos a recordarle a las autoridades entrantes que hay leyes que deben hacer cumplir y exigir que se hagan responsables de sus promesas de campaña. Hay mujeres que siguen sin justicia, hay familia que siguen esperando respuesta”, agregaron.
En este sentido, solicitaron a las nuevas autoridades crear políticas públicas integrales para que disminuyan los estigmas, prejuicios, la discriminación y la persecución contra las trabajadoras sexuales.
Posterior al pronunciamiento, las inconformes caminaron con dirección al zócalo capitalino en donde colocaron los dibujos de calaveras con los nombres de víctimas de feminicidio en el piso, acompañado de una veladora y flor de cempasúchil.