Poblanos piden protección a la virgen del Carmen

Pilar Pérez

  · lunes 17 de julio de 2017

Foto: Erik Guzmán / Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

“Madre mía, bríndame protección con tu escapulario”,  fuetan solo una de las frases que se pudo escuchar en medio de lamultitud de creyentes que acudieron este domingo a la celebraciónde la virgen del Carmen, quien ataviada con decenas de arreglosflorales recibió a sus devotos.

La lluvia que se registró durante la tarde de ayer dispersó unpoco a los asistentes a la celebración religiosa y fueron,principalmente, los comerciantes por la verbena popular quienesresultaron más afectados, aunque tampoco se retiraron de lascalles aledañas al templo sobre la 16 de Septiembre desde la 13 yhasta la 21 Oriente-Poniente

Principalmente personas de la tercera edad o con enfermedades ydiscapacidad acudieron durante la mañana al templo para pasar pordebajo del manto de la virgen, a la cual le hicieron extensivas unaserie de peticiones, relacionadas principalmente con la salud.

La venta del escapulario de la virgen del Carmen en toda laexplanada del templo fue la escena más repetitiva. Representa,según contaron los creyentes y los propios vendedores, laprotección de la madre de Dios en una de sus advocacionespertenecientes a la orden de los Frailes Carmelitas Descalzos.

A diferencia de años anteriores por su condición de salud nofue el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, quienofició la misa solemne, aunque no por esto los creyentes dejaronde asistir y abarrotar el templo al grado de que ninguna personapudiera entrar o salir.

El obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, explicóque el escapulario brinda protección a quienes lo usan, pues es unsigno de consagración de la virgen María.

Este signo religioso se compone por dos piezas de tela que secoloca alrededor del cuello y en una de las partes se presenta laimagen del Sagrado Corazón de Jesús y por el otro a la SantísimaVirgen, convirtiéndose en uno de los símbolos representativos,pues significa el amor de María, la confianza y compromiso deimitar su vida.

El olor a chalupas, cemitas de milanesa y carne enchilada,elotes preparados, pan de fiesta, gelatinas así como la típicabebida de cacao que se caracteriza por su espuma, entre otros,invadieron cuatro calles atrayendo con su consistencia a quienespasaron por el parque, aun por la tarde cuando la lluviasorprendió a los visitantes y comerciantes por algunosminutos.

Formados en varias filas por los pasillos entre loscomerciantes, cada uno de los asistentes buscaba aquel vendedor quelo conquistara con sus platillos. El sazón en cada puesto fueevaluado por los asistentes, algunos se dieron el gusto de comprarmás de una orden de chalupas y aun los menos hambrientos seacercaron a los elotes y esquites preparados, al pan de fiesta yhasta a los postres “para llenar el huequito”.

No faltó quien se topó con el típico vendedor de pestañas,pelucas y lentes de broma que atrajo las miradas de los máspequeños quienes convencieron a sus papás de adquirir alguna delas piezas.