Sin incidentes se realizó esta mañana la procesión de Viernes Santo en su XXVI edición con el paso de las cinco imágenes religiosas representativas de Puebla a quienes los asistentes elevaron sus oraciones y observaron con admiración desde su salida de Catedral antes de que la lluvia sorprendiera a la ciudad.
La efigie del Señor de las Maravillas, Jesús Nazareno, Cristo de las Tres Caídas, la Virgen de los Dolores y de la Soledad llegaron por la mañana al atrio de Catedral donde el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, dio seguimiento al rito del Viernes Santo posterior al Vía Crucis que se celebró minutos antes del mediodía.
Cada una de las imágenes fue recibida con admiración por todos los espectadores aunque las emociones fueron diferentes. Los creyentes optaron por adorar y orar a las imágenes, aunque frente Señor de las Maravillas, especialmente, varios derramaron lágrimas y a su paso todos ensordecieron con los aplausos y porras.