La falta de espacios en el ámbito artístico y deportivo, pueden ser algunos de los factores que motivan la violencia dentro de los jóvenes de Puebla y las autoridades deben de enfocarse en la prevención, atender sus necesidades emocionales y no optar por la expulsión de las instituciones como un tema punitivo, así lo consideró José Leopoldo Castro Fernández de Lara, psicólogo de la Ibero Puebla.
Está a punto de concluir el año y Puebla se vio en vuelta en escándalos nacionales que involucraron a jóvenes y la violencia. Un ejemplo de ello, fue en septiembre, cuando alrededor de ochos sujetos, entre ellos dos estudiantes de la universidad Anáhuac, le dieron una golpiza a un joven afuera de un bar en la zona de Angelópolis.
La víctima, mejor conocido como Neto Calderón, reclamó a los acusados la actitud grosera que tuvieron con la joven que lo acompañó y por los golpes, fue hospitalizado con riesgo de perder la vista. Sin embargo, los gemelos que estuvieron involucrados, continuarán su proceso desde su casa. Ellos son dos de las siete personas que lo golpearon.
Para noviembre se registró otro hecho de este tipo, pues un joven fue señalado de golpear a un guardia de seguridad privada de Lomas de Angelópolis, pues, al no poder ingresar con su aplicación, el vigilante le solicitó mostrar su identificación y esto le molestó. El hecho fue grabado y difundido en redes sociales, donde también se viralizó un segundo video, pero de cámaras de vigilancia del sitio.
Ante este contexto, Castro Fernández de Lara, psicólogo de la Universidad Iberoamericana, campus Puebla, dijo que las autoridades y directivos de las escuelas deben de apostar en la prevención y esto se suma a que Puebla carece de oportunidades en el ámbito artístico-deportivo.
“Lo que la juventud necesita es aprender a controlar sus emociones y eso no se crea en una clase en la aula, lo que en realidad lo que necesitan es una vida en donde puedan canalizar sus frustraciones y aprendan de límites como el arte y el deporte”, comentó.
Desde su óptica, también se necesitan áreas al interior de las escuelas en donde fomenten el desarrollo humano y que aprendan a gestionar sus emociones, ya que, hoy en día, la sociedad está más cerrada y se mueve a través del miedo. “Es importante que los jóvenes se sientan reconocidos y mirados y que aprendan a vivir en comunidad, porque aunque tengan mucho dinero, siguen estando abandonados”, agregó.
El especialista dijo que no se están atendiendo las necesidades emocionales de los jóvenes poblanos, pese a que en últimos años, ha comenzado un auge por la salud metal. En vez de ello, lo que hacen las instituciones es expulsarlos, dejándolos de nueva cuenta en una situación de abandono.
Aprovechó para mencionar que esta ola de violencia dentro de los jóvenes y al interior de escuelas, también es una secuela de la pandemia, puntualmente por el encierro que se vivió. “Es algo que en la teoría ya se comprobó. La pandemia uno de los principales efectos de manera inmediata fue la falta de habilidades emocionales y la poca capacidad para hacer vínculos”, subrayó.
Por todo lo anterior, sugirió poner puntual atención en los sentimientos de los jóvenes, darle el peso que merece al departamento de psicología, no minimizar la ansiedad, ya que se ha disparado en los últimos años y crear espacios artísticos, culturales, así como deportivos al interior de las escuelas y como políticas públicas para quienes no pueden costearlos.
“La ansiedad se manifiesta como violencia cuando no es canalizada y como incapacidad para resolver situaciones. Lo que serían problemas cotidianos, para las personas con ansiedad se convierten en hechos terribles. Es muy habitual ya ver jóvenes con ansiedad, cuando antes no era así y hay muy pocas personas que los acompañan emocionalmente”, concluyó.