Con lágrimas en los ojos, fieles creyentes se congregaron frente al santuario de Nuestra Señora De Guadalupe, mejor conocido como "La Villita”, esto en el marco de la celebración a la Virgen guadalupana, tras cerrar sus puertas debido a la pandemia por coronavirus.
Si bien desde hace varios días la Arquidiócesis de Puebla informó que este lugar permanecería cerrado a fin de evitar aglomeraciones y con ello prevenir contagios por Covid-19, la ciudadanía no se enteró de manera exacta, pues acudieron a La Villita con la esperanza de entrar a agradecerle a la morenita por los milagros que les ha concedido.
Tal es el caso de doña Margarita Chavini, quien, a sus 86 años de edad, acudió a rezarle a la virgen para que la pandemia acabe pronto, además de agradecerle la salud con la que goza su familia, así como ella, por lo que con lágrimas en los ojos se hincó frente a las puertas cerradas del santuario para así demostrar su gran fe.
Las ganas de agradecer por un año más no se hicieron esperar, pues don Gerardo Espinoza indicó a El Sol de Puebla que a pesar de que no pueda entrar a ver a la virgen, le ora con fervor desde afuera, además de pedirle que la emergencia sanitaria se termine para poder visitarla el otro de manera habitual como lo ha hecho por más de 10 años.
La Villita lució sin ambulantes
A pesar de ser una celebración en la que se acostumbran los juegos mecánicos, puestos de comida y demás productos, este año, La Villita lució libre de éstos, pues desde semanas pasadas el Cabildo del Ayuntamiento de Puebla anunció la cancelación de las ferias que se acostumbraban en honor a la virgen, con el objetivo de no violar las medidas sanitarias.
Por tanto, este sábado las calles lucieron sin presencia de comercio informal, pues de acuerdo al personal de la Secretaría de Gobernación Municipal, se hicieron mesas de trabajo con los representantes de los informales para determinar que, durante el 11, 12 y 13 de diciembre no se instalaran en el Paseo Bravo.
Una vez pasadas las fechas, los 20 puestos que tienen permiso podrán retomar su lugar, para llevar a cabo sus actividades diarias en este punto de la capital poblana.
Regalan tamales para cumplir la manda a la Guadalupana
Irvin Orea de 25 años de edad, se levantó desde muy tempranas horas de este 12 de diciembre para preparar más de cien tamales de diferentes sabores a fin de regalarlos a los poblanos que transitaran cerca de La Villita.
Este acto fue a manera de agradecer a la virgen del Tepeyac que en medio de la pandemia su familia y él tengan salud y trabajo, algo que en estos meses se ha vuelto un privilegio para quienes lo tienen.
En entrevista con este medio, indicó que desde que tiene uso de razón su familia lo llevaba a la Basílica de Guadalupe, no obstante, debido a la crisis sanitaria por la que atraviesa el país y al informarse de que ésta permanecería cerrada, decidieron no dejar de lado esa fe y llevaron a cabo estas acciones en la entidad poblana.
Asimismo, explicó que es una tradición que se le ha inculcado por lo que seguirá preservándola a lo largo de los años y de generación en generación para demostrar su amor y lealtad a la virgen de Guadalupe.