Los intentos de linchamiento se convirtieron en un fenómeno preocupante para la entidad, debido a que, durante los últimos cuatro años, Puebla se convirtió en la entidad con mayor registro de estos actos a nivel nacional, coincidieron académicas de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
De acuerdo con Luz Morales Quintero, investigadora de la máxima casa de estudios, en el 2019 Puebla registró 276 intentos de linchamiento en las cifras oficiales, aunque en medios de comunicación se reportaron 391. Un año después el fenómeno continuó con 148 de estos actos, de los que perdieron la vida nueve personas.
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En 2021 se alcanzó una cifra de 97 inicios de linchamiento en donde dos personas murieron y en 2022 se registraron 22 con una muerte. No obstante, a decir de Morales Quintero, el 2023 se posiciona como el año más violento de este periodo, pues durante el primer trimestre registró entre 26 y 27 casos, siendo el más reciente el intento de unos vecinos de Cholula por matar a un joven acusado de robo.
Estos sucesos se agravaron ante la falta de un protocolo preventivo en la entidad que atienda, efectivamente, los casos antes del linchamiento que después, sentenció Mariana Durán Márquez, académica de la Facultad de Derecho de la UPAEP.
Recordó que, aunque Puebla cuenta con el Protocolo de Actuación para Casos de Intentos de Linchamientos en el Estado de Puebla, este es inoperante para la atención oportuna de estos delitos, pues solo se activa una vez acontece la tragedia, aseguró.
“A pesar de que Puebla es una de las pocas entidades federativas en el país que cuenta con un protocolo para poder evitar este tipo de acontecimientos, es cierto que el protocolo actúa de manera reactiva, no preventiva”, dijo.
Ante ello, las especialistas hicieron un llamado a las autoridades estatales, así como a la sociedad en general, a reflexionar en torno a la violencia y las causas que orillan a que las personas “hagan justicia por su cuenta”, pasando por violaciones muy graves a los Derechos Humanos de otros individuos.
“Vamos a seguir viendo este tipo de acontecimientos porque no logran que se garantice la seguridad y aplicación de la ley (…) tenemos la necesidad de mirar las causas de estos fenómenos, ¿qué es lo que lleva a desatar estos comportamientos?, ¿qué ocurre en el momento álgido de la situación y posterior?”, concluyó Durán Márquez.
