Ante el aumento de la violencia contra niñas, adolescentes y mujeres durante el confinamiento social, integrantes de organizaciones de la sociedad civil presentaron un manifiesto para exhortar a los tres niveles de gobierno a generar planes de emergencia frente al Covid-19, así como mecanismos preventivos, de atención y sanción.
Una de las propuestas es promover un programa integral para la atención de la violencia machista y refugios, priorizando que los agresores sean separados del hogar, trabajen sus violencias y las mujeres se fortalezcan emocionalmente y reactiven sus redes de apoyo.
Natali Arias, presidenta de la asociación civil Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (CAFIS), refirió que a nivel nacional la violencia familiar es el segundo delito más denunciado, después del homicidio, y que en el estado de Puebla la situación es similar.
“Ocurre en el espacio privado, lo que consideramos espacio seguro en esta pandemia y se ha recrudecido. Al interior de las familias se producen muchas violencias, ahora se permite observar de otra manera”, dijo en la presentación del manifiesto en el que urgieron:
1.- Intensificar las campañas preventivas dirigidas a la población masculina para prevenir, sancionar la violencia de género, en todos los medios de comunicación y de afluencia física, dar a conocer los números de emergencia y acompañamiento a las mujeres, que incluya lenguaje de señas, braille y lenguas indígenas.
2.- Fortalecer las campañas de promoción de los derechos sexuales y reproductivos, la consejería de salud sexual y reproductiva y el acceso a los métodos anticonceptivos como la pastilla de emergencia.
3.- Utilizar las nuevas tecnologías para generar mecanismos accesibles de denuncia, dirigidos a las mujeres, que faciliten su registro, atención y sanción.
4.- Fortalecer la infraestructura de los Institutos Municipales de las Mujeres dotándoles de recursos humanos y económicos, en las áreas de atención prioritaria: jurídica, psicológica y trabajo social; por ser la atención municipal el primer contacto con la población.
5.- Contar con personal suficiente y capacitado en diferentes lenguas para poder levantar denuncias en el 911 y asegurar que todas las mujeres tengan acceso a este mecanismo.
6.- Garantizar el acompañamiento de las mujeres que viven violencia en estos momentos de confinamiento por el Covid-19, a través del seguimiento integral de los casos.
7.- Fortalecer la capacidad operativa de los refugios, casas de acogida, -de ser necesario instalar nuevos- y centros de justicia para las mujeres con recursos materiales y humanos, asistencia sanitaria y alimentaria para ellas y sus hijos, con énfasis en los municipios con mayor incidencia de violencia machista.
8.- Promover un programa integral para la atención de la violencia machista y refugios, priorizando que sean los agresores quienes sean separados del hogar, trabajen sus violencias y las mujeres se fortalezcan emocionalmente y reactiven sus redes de apoyo.
9.- Generar programas para atender la salud mental en esta contingencia a través de brigadas de protección y atención continua las 24 horas, ya que el impacto de las medidas de confinamiento sobre las mujeres las hace susceptibles de crisis de ansiedad, depresión, pensamientos suicidas, entre otras afectaciones emocionales.
10.- Garantizar el pago de cuotas alimentarias inmediatas durante la cuarentena, así como patrullaje policial preventivo para las mujeres que tienen órdenes de restricción y protección.
11.- Reconocer las especificidades que enfrentan las mujeres de contextos rurales e indígenas en la contingencia y redirigir esfuerzos y programas para atender