En Coronango, no solo existe un malestar generalizado por la inseguridad que ha rebasado al Ayuntamiento, sino también hay una queja colectiva por la ausencia del presidente municipal, Antonio Teutli Cuautle, quien, desde que arribó al cargo, dejó de escuchar los problemas que aquejan a la población.
En esto coincidieron, habitantes de la cabecera local y las tres juntas auxiliares, San Antonio Mihuacan, San Martín Zoquiapan y San Francisco Ocotlán, en un sondeo realizado por El Sol de Puebla.
Los entrevistados señalaron que al estar ausente el edil, también lo está la Policía Municipal, cuyos elementos, “siempre o casi siempre” llegan después de una hora para atender cualquier llamado de auxilio.
Y esta situación, aseguran, llevó al pueblo de Mihuacan a levantar la voz para protestar por la inseguridad y exigir que el presidente trabaje en la materia.
También refieren que en territorio de Coronango, hay desigualdades en la dotación de obra pública y en la distribución de apoyos para la comunidad, así como siguen persistiendo deficiencias en los centros de salud.
Aunque, puntualizan que, en el apartado de la inseguridad, es donde se tiene el mayor problema, porque los delincuentes cometen ilícitos a cualquier hora del día y en cualquier punto del territorio, para arrebatar a las familias sus pertenecías y ahorros y también la vida de los pobladores.
Ahora, confían en que autoridades estatales, con el anuncio de que dará más apoyo en materia de vigilancia en este municipio, se acaben los asaltos y robos, aunque también eso refleja que el Ayuntamiento de Coronango, encabezado por el morenista, ya fue rebasado por la delincuencia.
POLICÍA MUNICIPAL TARDISTA
El Sol de Puebla, en los últimos días, recorrió varios puntos de Coronango, y específicamente en la cabecera local, conoció el sentir de Don Mauro Torres, una persona de la tercera edad, quien, en su taller mecánico, expresó “aquí los robos, son el problema, porque ya están llevándose bicicletas, tractores y de todo (…) según los policías hacen sus rondines y que investigan, pero sólo los ladrones se burlan de ellos”.
En otro punto de esta demarcación, las pobladoras Karina Rivera, Alejandra Coyotecatl y Rosa Tehuitzi, criticaron la inseguridad que vive Coronango, pero más el trabajo de la Policía Municipal.
“La Policía nunca llega a tiempo y pues qué clase de policías tenemos, porque cuando hay asaltos llegan una hora tarde, pero no fuera que ven un borracho o una persona orinando en la calle, porque entonces si actúan rápido y se los llevan para sacarles dinero”, precisaron.
Otra vecina, que evitó dar sus generales, también lamentó la inseguridad que se vive en la cabecera y pero más, el mal trabajo hecho por Antonio Teutli, al frente de este municipio.
ZOQUIAPAN, TAMBIÉN HAY ASALTOS
En la comunidad de San Martín Zoquiapan, varios pobladores se mostraron afligidos por la inseguridad que prevalece, pues aseguran que delincuentes foráneos llegan a robar todo tipo de mercancía de valor y unidades.
Ana Toxqui, una vecina de la zona, expresó “los rateros siempre escapan porque la Policía siempre llega tarde, una o hasta hora y media tarde”.
Mientras que otra pobladora, quien prefirió el anonimato, mencionó que ojalá Zoquiapan no se convierta en Mihuacan, porque ahí la situación ya está “caliente”.
MIHUACÁN, SIGUEN DELITOS, PESE A PROMESA DE SEGURIDAD
Mientras que en la junta auxiliar de San Antonio Mihuacán, los vecinos lamentaron que los delitos sigan presentándose y más cuando ya hay la promesa del gobierno del estado para reforzar la vigilancia en este punto.
“Anoche (viernes) las autoridades prometieron más rondines y patrullas, para que el pueblo liberara la autopista, que se tomó para pedir más seguridad, pero ese mismo día, balearon a dos jóvenes, eso quiere decir que la inseguridad no se irá”, externó un grupo de pobladores de esta zona.
SAN FRANCISCO OCOTLÁN, SIN PATRULLAS
Es importante decir que el sondeo realizado por este medio, finalizó en la comunidad de San Francisco Ocotlán, en donde, mototaxistas, pobladores y comerciantes, admitieron que la inseguridad va en aumento, pero por temor a ser identificados por las autoridades y los propios policías, evitaron externar sus comentarios de forma pública, pues coincidieron “cada vez que reportamos algo, llamamos a la Policía, pero los policías, inmediatamente nos preguntan, cuál es su nombre, dónde vive, quiénes son sus vecinos, y según los reportes son confidenciales, y todavía llegarán a tiempo, siempre tardan hasta una hora”.
Sin embargo, una vecina de esta junta auxiliar, Guadalupe García, opinó sobre el tema “hay mucha inseguridad y muchos rateros, y pedimos al presidente que nos apoye, porque ya esto es un problema”.