Las nueve recomendaciones de derechos humanos que recibió la Secretaría de Salud por denuncias de violencia obstétrica, obliga al Congreso del Estado a realizar modificaciones a la ley para proteger a las víctimas de estos abusos, reconoció la diputada local y coordinadora del grupo parlamentario de Encuentro Social, Nora Merino Escamilla, quien estimó que dichas reformas se discutan a partir de septiembre que inicia el segundo año de trabajo legislativo.
En entrevista con El Sol de Puebla, la legisladora señaló que en los próximos meses se busca realizar mesas de trabajo y foros con médicos, organizaciones de la sociedad civil y mujeres víctimas de violencia obstétrica para definir las reformas que requiere la ley en este rubro y ponerlas a consideración de los demás diputados a partir del 15 de septiembre.
“Lo que tenemos como propuesta es una primera mesa de trabajo, un primer foro para escuchar el tema de violencia obstétrica. Posterior a eso, en nuestra agenda del segundo año legislativo que iniciará el 15 de septiembre, entraremos de fondo para hacer cambios en materia de la legislación”.
Reconoció que estas recomendaciones hechas entre 2015 y 2018 obligan a los legisladores a volver a revisar la legislación relacionada con la violencia obstétrica, pues reconoció que muchas veces en los hospitales se comete violencia en contra de la salud reproductiva de las mujeres que a veces pasa desapercibida.
“Hay veces que no nos damos cuenta que llegar al hospital y que nos den la opción de tener una cesárea, pero nunca te dan la opción de tener un parto natural o llegan y te ligan, o llegan y hacen cosas que nos violentan al final, eso es parte de lo que debemos estudiar, porque, así como hay microformas de violencia política, de machismo y demás, también hay formas de violencia obstétrica que estamos naturalizando y que no podemos seguir permitiendo en nuestro estado”.
Para ello, consideró necesario los foros y mesas de trabajo con la participación de médicos, organizaciones civiles y víctimas, para llegar a un consenso que permita a los especialistas ejercer su profesión sin atentar con los derechos de las pacientes.
“Tenemos que ser muy claros en que el trabajo del médico y su profesionalismo y qué él decide cuando una paciente está en la plancha y está en una situación de vida o muerte es decisión del doctor, pero también tenemos que dejar en claro que sus derechos como médicos terminan donde nuestros derechos como mujeres empiezan”, concluyó.