El Partido Revolucionario Institucional (PRI) pasará de ser la fuerza política que ganaba todos los espacios en las elecciones del siglo pasado y muy a principios del actual a ser un instituto político satélite en peligro de extinción, coinciden especialistas que prevén una muerte lenta del tricolor. Aunque advierten que conservará el registro este año, le auguran una pobre votación, con el riesgo de perder espacios en ayuntamientos y diputaciones locales.
En contraste, pero más motivados por el optimismo, liderazgos priistas se aferran a la idea de que la reciente desbandada, que casi deja al partido sin representantes en el Congreso del estado y le quitó seis alcaldes, generó una militancia más fuerte, en donde “se quedaron (solo) los leales”.
Politólogos y académicos consultados por El Sol de Puebla apuntan que, para prolongar su existencia, el PRI debe mantener alianzas electorales y “amarrar” algunos espacios de poder en las siguientes elecciones, también sugieren una refundación, como sucedió en el año 1946, tras una importante fisura interna.
Según información pública del Instituto Electoral del Estado (IEE), en la elección intermedia de 2007, cuando el gobernador de Puebla era Mario Marín Torres y el partido tenía de aliado al Partido Verde, el tricolor sumó 145 alcaldías.
Para el año 2010, el PRI perdió la gubernatura frente al PAN, que llevaba a Rafael Moreno Valle como candidato, mientras que a nivel municipal ganó 104 espacios, uno menos que el albiazul. En la contienda de 2013, junto con el Partido Verde, obtuvo 86 presidencias municipales.
En los comicios de 2018, la fuerza política compitió en solitario y no pudo recuperar la gubernatura, quedando en tercer lugar de porcentaje de votación frente a Morena y PAN, que obtuvo el triunfo con Martha Érika Alonso. A nivel municipal obtuvo solo 78 presidencias.
Para este momento ya había perdido el 50 por ciento del número de ayuntamientos que gobernaba en una década.
Durante la elección de 2021, el PRI se alió al PAN y al PRD, en donde ganó únicamente 49 presidencias municipales con candidatos propios.
En casi tres lustros se quedó sin dos terceras partes de las alcaldías que poseía en 2007.
Para el proceso electoral vigente, el instituto tricolor va en alianza con PAN, PRD y PSI, con la intención, hasta el momento, de encabezar en 201 alcaldías.
Una muerte lenta
A pesar de que el dirigente estatal del partido tricolor, Néstor Camarillo Medina, es fiel a su argumento de que en todos los procesos electorales se registra una “fuga de cuadros”, los académicos afirman que la actual desbandada no se compara con las del pasado.
El catedrático de la Universidad Iberoamericana en Puebla, Roberto Alonso Muñoz, expresa que en la actual contienda la migración de priistas a otras fuerzas políticas tuvo un mayor impacto, ya que dejó apenas un representante del partido en el Poder Legislativo de los siete que tenía, además de que pasó de 49 a 43 alcaldes priistas.
Esto sin contar a los militantes que han aparecido en eventos públicos de morenistas, sin renunciar a su militancia o ser expulsados, como son los casos de Enrique Doger, Leobardo Soto y Juan Carlos Lastiri, entre otros.
Ante esto, opina que la fuerza se está debilitando, lo que se traduce en perder peso en las decisiones del estado, por lo que prevé una caída en la jornada electoral del 2 de junio. Si bien no visualiza su desaparición, tampoco augura una votación importante para el instituto tricolor, que significa mayor presencia de la que ahora tiene en el Congreso local, municipios y cargos federales.
“No creo que en estas elecciones vayamos a ver la caída al precipicio, pero sí vamos a seguir viendo su caída gradual; dudo que llegue a contar con un legislador, pero no le auguro una decena de diputados porque vamos a ver un número pequeño de legisladores que a ver si da para formar un grupo parlamentario”, expone.
Del partidazo a un partido satélite
El doctor en Ciencias Sociales de la misma casa de estudios, Miguel Calderón Chelius, abona a esta postura al señalar que el partido ha perdido el sentido de su existencia, razón por la que sus miembros optan por buscar un nuevo espacio en donde puedan participar en la política y tener la seguridad de ocupar espacios de poder.
Señala que “el partidazo” terminará por convertirse en un instituto político satélite, es decir, que dejará de ser uno de los partidos dominantes dentro de las coaliciones electorales y pasará a ser un auxiliar.
“Veo una muerte lenta y paulatina del PRI y quedará reducido a un partido satelital y me parece que el escenario electoral dejará a varios partidos compitiendo por el sótano, entre ellos el PRI”, advierte.
Subraya que la jornada electoral de este año será el punto clave para visualizar el nuevo escenario político y con ello la nueva correlación de fuerzas políticas en el país y el estado.
Lucero Saldaña Pérez, priista desde hace 40 años, reconoce que su partido no está pasando por su mejor momento y evita repartir culpas sobre la reciente desbandada, afirma que el PRI no va a desaparecer e incluso la militancia saldrá más fuerte para ganar espacios el 2 de junio.
No obstante, la actual funcionaria del ayuntamiento de Puebla comenta que la dirigencia estatal debe medir el riesgo de la fuga de liderazgos para poder actuar y, de ser necesario, generar diálogo entre los priistas que se quedaron para mantener la unidad.
Insiste en que el partido cuenta con estructura en los municipios al interior del estado y en la capital poblana, por lo que todos los cuadros deben de trabajar para “buscar el bien superior” y no el interés de unos cuantos.
La senadora Nancy de la Sierra Arámburo, por su parte, quien recientemente se reintegró a las filas del tricolor tras llegar al Senado de la República con Morena y después formar un Grupo Plural, minimiza la salida de los cuadros priista pues afirma que sólo afectan a un grupo, ya que la militancia está al interior del estado.
“El PRI no va a desaparecer, la fuerza del partido está en su gente y eso es lo que tenemos que ver. Tenemos que estar dispuestos a recorrer el estado y puedo garantizar que en todos los lugares a donde yo voy me encuentro a un priista dispuesto a acompañar y a todo (…) el priismo está vivo”, enfatiza.
Mantener alianzas para sobrevivir
Ante el inminente declive político, Calderón Chelius expresa que la única alternativa para mantener vivo por más tiempo el partido de Néstor Camarillo es seguir conformando alianzas electorales, con la intención de retener los espacios de poder actuales.
Descarta que las nuevas generaciones priistas logren “revivir” al instituto político, pues no visualiza que tengan nuevos ideales que pudieran revitalizarlo.
Lucero Saldaña, secretaria general en el gobierno municipal de Puebla, al que llegó por la coalición del PAN con el PRI efectuada en 2021, se pronuncia a favor de esta estrategia, ya que considera que las alianzas electorales son necesarias para mantener su registro como partido político y enfatiza en la no desaparición de la fuerza en la entidad.
Por su parte, la doctora de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Claudia Ramón Pérez, indica que los acontecimientos recientes encaminan al instituto para que se abra a la sociedad civil y apueste por nuevas generaciones.
Añade que las negociaciones en donde se incluyan a todos los interesados y las mesas de diálogo tienen que ser factores claves para el partido, de lo contrario seguirán perdiendo militantes y fuerza.
“Las dirigencias tienen que ser conscientes de los retos que están enfrentando, tienen que estar abiertos al diálogo porque esto es un reto, compiten entre sí para ganar elecciones, pero no son capaces de tomar en cuenta las corrientes de opinión que están presentes”, manifiesta.
Urge refundar al partido tricolor
Sin embargo, la especialista en temas electorales plantea la idea de refundar al partido, ante la caída a la que se enfrenta, bajo el argumento de que la historia y los institutos de formación política que posee (como el instituto Jesús Reyes Heroles) pueden aportar en este proceso de resurgimiento.
Ramón Pérez recuerda la refundación del partido llevada a cabo en el año 1946, en donde nació formalmente el Revolucionario Institucional, tras enfrentar una crisis interna. Con este ejemplo, indica que actualmente el tricolor se encuentra en una etapa similar y que le urge la refundación para poder sobrevivir.
Subraya que la actitud de la dirigencia, de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, a cargo en este momento de Alejandro Moreno Cñardenas, juega un papel fundamental en esta renovación, por lo que deben hacer a un lado el “sentido de ambición por ostentar el poder” y ser generosos en la repartición de candidaturas, abrirse al diálogo y no sólo tachar de traidores a quienes se fueron.
De la Sierra Arámburo coincide con la postura de renovar al partido, pero puntualiza que esto debe suceder después del proceso electoral, ya que lo que ahora importa es arropar a la candidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruiz y al candidato a la gubernatura Eduardo Rivera Pérez.
“Después de las elecciones habrá tiempo de hacer evaluaciones y podremos hacer modificaciones, planteamientos o buscar cómo mejorar lo que no funcionó, pero ahorita ya no hay tiempo más que de trabajar, recorrer y convencer y por supuesto que el proyecto que traemos tiene las cualidades para que el PRI siga vigente”, destaca.
En contraste, Calderón Chelius comenta que no existe la necesidad de refundarlo, pues insiste en que ya no tiene espacio político a nivel estatal y nacional. Recuerda que fue un partido amplio ideológicamente, pero con el paso del tiempo estos lugares ya fueron ocupados por Morena, PAN y recientemente por partidos emergentes como Movimiento Ciudadano. Con ello el PRI perdió su identidad histórica, afirma.
“Estamos en el nacimiento de un nuevo escenario político, con nuevos actores, incluyendo actores partidistas, incluyendo a Morena, pero partidos como Movimiento Ciudadano van a ser una alternativa, y otros tendrán que irse, como el PRD y el PRI”, vaticina.
Para concluir, estima que la desaparición de perfiles priistas tomará más tiempo, pues aquellos que se formaron con el cobijo de estas siglas actualmente se encuentran militando en otras fuerzas políticas y prevalecerán varios años más.