Con el fin de detener el crecimiento acelerado de casos y muertes por Covid-19, así como mejorar las condiciones económicas y de empleo, de cara al proceso de recuperación del crecimiento económico nacional, el Diputado Federal por el Distrito 12 de Puebla, Fernando Manzanilla, presentó una serie de propuestas de política pública, en el marco del ensayo que recientemente publicó titulado “La batalla de México y el mundo contra el covid-19: Lecciones, riesgos y oportunidades”.
“México, al igual que el resto del planeta, se encuentra en una encrucijada histórica. La pandemia nos ha abierto la posibilidad de replantear los términos del arreglo económico, social e institucional que sostiene nuestra convivencia. Como nunca antes, se nos presenta la opción de aprovechar esta coyuntura para sumar los consensos necesarios y repensar el contrato social que ha derivado, en los hechos, en una sociedad desigual, injusta y selectivamente próspera”, enfatizó.
Su propuesta se centra en 10 puntos que a continuación se presentan:
Combatir la pobreza estructural y la coyuntural es el primer paso para avanzar hacia la recuperación económica nacional. Lo más importante es que, con un salario mínimo vital de emergencia, al menos 12 millones de mexicanas y mexicanos que perdieron su fuente de ingresos, formal e informal, durante abril, podrían permanecer en casa, evitando contagiar o ser contagiados.
La recuperación económica está atada a la recuperación del empleo. De ahí la importancia de garantizar los ingresos de las familias como un primer paso hacia la reactivación económica vía el consumo. Para ello, resulta vital implementar un plan de incentivos fiscales y financieros para evitar el cierre de micro, pequeñas y medianas industrias y comercios. También, se debe apostar por un amplio programa de reinserción laboral para aquellos que han perdido su puesto de trabajo a partir de mecanismos que faciliten los créditos a las Mipymes en función de la recuperación de empleos formales que se representen.
El país debe apuntalar todas estas acciones mediante el establecimiento de una ruta clara para la recuperación en tres sentidos: infraestructura, atracción de inversión y mayor competitividad global.
En tanto se logra llegar a la meseta de contagios, pero también pensando en una eventual desescalada, es vital poner en operación un Sistema Nacional de Pruebas, Rastreo y Seguimiento Covid. Su objetivo sería tener mejor información respecto al desarrollo de la pandemia en todo el territorio nacional.
La pandemia lamentablemente ha visibilizado y reforzado el diagnóstico negativo del sector salud, el cual requiere un inmediato rediseño y fortalecimiento integral.
Mejoramiento de la salud de la población. Se debe apostar por un ambicioso programa de salud pública enfocado en el mejoramiento de hábitos y un contundente incremento de la actividad física.
Uno de los mayores retos que se enfrentan de cara al regreso a la normalidad consiste en los criterios para la reapertura económica. En primer lugar, se debe estar seguros de que a escala regional la tendencia de contagios se comporta sostenidamente a la baja, y que la capacidad hospitalaria de la región se encuentre al menos al 60%. En segundo lugar, es necesario verificar que los centros de trabajo y consumo hayan tomado las medidas pertinentes para la seguridad sanitaria de sus instalaciones, trabajadores y clientes. Por último, tener claro que la disyuntiva entre priorizar la salud de la población y la salud de la economía es un falso dilema. Sin salud no hay economía y sin economía no puede haber salud.
Frente a la etapa que se vive y en la que está por venir, resulta fundamental reorientar el modelo comunicacional en dos sentidos: en primer lugar, transmitir en su debida proporción los riesgos de la amenaza que significa el virus y la vigencia del mismo. En segundo lugar, alinear la comunicación de los niveles de gobierno con el fin de homogeneizar los criterios de reapertura y el mecanismo de socialización de los mismos.
En el mundo existe ya el consenso de que tendremos que aprender a coexistir con el Covid-19 al menos hasta que tengamos una vacuna y ésta llegue a todos los rincones del planeta. Mientras tanto, se debe adaptar a la nueva realidad no solo en temas específicos como la recuperación económica o la reactivación física, sino también en términos de asimilar una nueva cultura anti Covid.
Un nuevo contrato social para un mejor futuro. Como suele ocurrir después de una situación de guerra o después de un desastre natural, es momento de reinventarse y revolucionar consciencias. Es hora de reconocer a esta tragedia como la mejor oportunidad para ponerse de acuerdo en lo básico y establecer las nuevas reglas de convivencia política y social.
Manzanilla Prieto puntualizó sobre la necesidad de aprovechar esta coyuntura crítica para impulsar el “reinicio” del sistema y la construcción de un nuevo modelo de sociedad más equitativa, justa y solidaria a partir de la construcción de un gran acuerdo social y económico.
“Existe un amplio consenso a nivel global acerca de que la pandemia del Covid-19 ha demostrado que es posible construir un mundo mejor. Los cambios que se han tenido que adoptar en cada rincón del planeta y la respuesta organizada de la sociedad, son pruebas fehacientes de que es factible reconstruir los fundamentos del sistema capitalista”, finalizó.