Sin importar el género y el partido del que emane, el próximo gobernador o gobernadora de Puebla debe reunir un conjunto de requisitos indispensables para que la entidad se recupere del rezago y se encamine hacia el desarrollo: tener la capacidad de darle continuidad a las políticas públicas, diversificar la economía y conciliar para lograr la unidad de los sectores sociales.
Puebla requiere un perfil con la capacidad de trazar y seguir una sola ruta para el estado, después de un sexenio atípico que llevó a la entidad a tener seis mandatarios con características diferentes, que incluye la muerte de dos de ellos.
Académicos coinciden que esta debe ser la principal característica que tenga la o el próximo jefe del Ejecutivo estatal, ya que en los últimos años la entidad poblana se ha enfrentado a cambios constantes que no han permitido darle continuidad a un proyecto.
La persona que llegue al mando deberá afrontar retos sociales y económicos, principalmente sobre seguridad pública, altos índices de pobreza y atención a las demandas ciudadanas.
El 2 de junio del próximo año se llevará a cabo la jornada electoral en Puebla, en donde se renovarán dos mil 286 cargos de elección popular, el más importante a nivel local será la gubernatura.
Un perfil que defina hacia dónde va Puebla
El doctor en Sociología por el Colegio de México e investigador de la Universidad Iberoamericana Puebla, Miguel Calderón Chelius, reconoce que en el último lustro en el estado no se ha logrado consolidar un proyecto único, pues el arribo de diversos mandatarios estatales al poder no ha permitido que se defina hacia dónde debe ir el estado.
De acuerdo con el académico, esto ha provocado que el trabajo en diversos rubros, como la erradicación de la pobreza y la inseguridad, no se logren concretar ya que la modificación de los proyectos impide trazar una única ruta, por lo que se debe privilegiar un plan que le dé certeza a la entidad.
Aunado a lo anterior, apunta que el futuro gobernante debe tener el compromiso de diversificar económicamente al estado a través del impulso de un sello o una especialización más allá de la industria automotriz y el turismo, con el objetivo de que en el futuro ayude a erradicar los índices de pobreza.
“Un gobernador o gobernadora que esté claramente comprometida con la diversificación económica del estado (…) se necesita otro tipo de actividades, que vengan otro tipo de empresas manufactureras al estado y que sea una identificación económica en términos territoriales para poder también combatir la pobreza y la desigualdad”, resalta.
Calderón Chelius menciona que esta persona debe tener sentido social, ser capaz de escuchar las demandas ciudadanas, así como dejar atrás el conservadurismo y el clasismo para poner un freno a la polarización y lograr la unidad.
Aunque considera oportuna la llegada de un perfil que no “arrastre” un pasado autoritario, el académico reconoce que la clase política en la entidad aún no cuenta con esos perfiles, por lo que debe mejorarlo.
A la postura sobre la necesidad de tener un líder político que dirija al estado en su solo camino se suma Juan Carlos Espina Von Roehrich, politólogo de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, quien agrega que debe tener capacidad de buscar la concordia con los habitantes.
Según comparte el académico a este diario, se necesita un personaje conciliador, que genere confianza y no polarice a la sociedad, que construya un proyecto que unifique y vaya más allá de las diferencias políticas e ideológicas.
“Es importante que quien resulte ganador de los comicios el año que entra convoque a un ejercicio para definir de manera participativa un rumbo general del Estado (…) De manera plural y amplia Puebla puede hacer un ejercicio para que la sociedad participe en la definición de un rumbo que vaya más allá de un sexenio”, comenta el profesor.
Hace hincapié en que la persona que llegue a Casa Aguayo, sede oficial del gobierno estatal, debe definir con claridad su vocación, es decir, hacer un análisis de las actividades que se desarrollan en el territorio estatal para determinar cuáles van a identificar al estado y que se van a privilegiar.
Cabe recordar que Puebla ha registrado una inestabilidad política en los últimos años pues, por diversos motivos, cuatro políticos han tomado las riendas del estado. En 2018 la panista Martha Érika Alonso Hidalgo asumió el cargo como gobernadora, pero días después, 24 de diciembre, falleció en un accidente aéreo.
Ante ello, el entonces secretario general del gobierno de Puebla, Jesús Rodríguez Almeida, asumió el cargo como encargado de despacho y dio avisó al Congreso del Estado, poder encargado de nombrar a un gobernador interino.
En enero de 2019 se nombró a Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino, quien llamó a unas elecciones extraordinarias por la muerte de la panista poblana. Luego de acudir a las urnas, Pacheco Pulido dejó el cargo en julio del mismo año para que el primer día de agosto arribara al poder el morenista Luis Miguel Barbosa Huerta.
Sin embargo, el 13 de diciembre de 2022 Barbosa Huerta falleció tras complicaciones de salud, por lo que la titular de Gobernación, Ana Lucía Mayoral Hill, asumió el cargo, pero esto duró apenas unas horas ya que el Congreso local designó a Sergio Salomón Céspedes como gobernador sustituto en los primeros minutos del 15 de diciembre, quien actualmente se mantiene en el cargo.
Atender las demandas sociales
Desde la perspectiva de José Alejandro Guillén Reyes, politólogo egresado de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), el titular del poder Ejecutivo debe estar abierto al diálogo con los distintos grupos sociales para abonar a la creación de un plan para resolver los pendientes que existen.
“El que aspire a gobernar el estado tendrá que tener oídos abiertos a las expresiones sociales de grupos representativos, organismos de la sociedad civil, yo diría que se debe de dar por hecho”, dice.
De acuerdo con el entrevistado, además de tener capacidad de diálogo también debe ser humilde para reconocer los proyectos que funcionan en otras entidades federativas para poder transformarlas y aplicarlas en Puebla, con la intención de abstenerse de llegar a “inventar el hilo negro”.
Guillén Reyes menciona que el proyecto que se emprenda tiene que buscar el crecimiento del Estado, que quienes residen en la entidad tengan las condiciones necesarias para salir adelante en términos económicos.
“Independientemente del partido del que provengan, hay que ver si tiene un proyecto en el cual busque que el estado pueda salir adelante, que pueda tener progreso, que vayamos dando pasos adelante, que al momento de medir a Puebla con otras entidades de la República ocupe los primeros lugares en cuanto a logros”, opina.
Inseguridad y pobreza, los grandes retos
Los tres académicos consultados por El Sol de Puebla concuerdan en que la o el próximo gobernador del estado se va a enfrentar a grandes retos, los principales en materia de inseguridad y pobreza. Para Espina Von Roehrich es importante sumarse a la estrategia que se establezca a nivel nacional y con los municipios para trabajar en un mismo plan y erradicar los índices de inseguridad.
Ángel Guillen Reyes respalda la postura de Von Roehrich e insiste en la necesidad de analizar y adaptar programas de otros estados para aplicarlos, así como involucrar a las instituciones vinculadas a la seguridad pública para encontrar alternativas sobre la erradicación de esta problemática.
“Necesitamos a alguien que aproveche la institucionalidad que existe todavía y que en lugar de entrar en conflicto con esas instituciones, tanto [con] las autónomas como los otros poderes, se encuentren alternativas para que entre todos se puedan resolver los problemas”, considera.
En lo que respecta a la pobreza, Juan Carlos Espina hace énfasis en que se tiene que trabajar en materia de desigualdad ya que existen zonas con servicios públicos consolidados, hay otros municipios en extrema pobreza, pero no apunta las acciones que pueden desempeñarse.
Finalmente, Calderón Chelius expone que la persona que llegue al máximo poder en el estado debe contar con sensibilidad social para atender las necesidades de la comunidad poblana pues recuerda que Puebla se encuentra entre los estados más pobres del país, además de que su población económicamente activa trabaja en la informalidad.