/ viernes 31 de marzo de 2023

Puebla capital, en crisis de abastecimiento de agua ante el consumo excesivo

De tomar las medidas necesarias para revertir este problema ambiental, la recuperación en el suministro empezaría a ser visible a partir del año 2050

La ciudad de Puebla presenta una crisis en el abastecimiento del vital líquido ante el consumo excesivo de agua dulce por encima de la disponible, así como por la sobreexplotación de sus fuentes de suministro, advirtió César Solís Gómez, presidente del Comité Técnico del Agua, perteneciente al Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Puebla (CICEPAC).

De acuerdo con la investigación encabezada por Solís Gómez, de tomar las medidas necesarias para revertir este problema ambiental, la recuperación en el suministro empezaría a ser visible a partir del año 2050, es decir, en 27 años. Sin embargo, los intentos por restituir las fuentes de suministro son nulos y por ende, el panorama a futuro es desfavorable, lamentó.

“Puebla ya no tiene fuentes de abastecimiento de agua seguras, ya estamos adentro del problema”, señaló. Prueba de ello son las constantes faltas de suministro en colonias y juntas auxiliares de la capital poblana, donde en promedio reciben agua a cuentagotas una o dos veces a la semana.

Señaló además que, los principales acuíferos del estado (Manantiales del Popocatépetl, Cuenca del Atoyac y la presa de Valsequillo), encargados de proveer agua dulce a la zona urbana, el sector industrial y agrícola, fueron sobreexplotados y mantienen altos índices de contaminación, provocado principalmente por el sector industrial que, aunque consume menor agua que el agrícola, emite la mayor parte de contaminantes sin que posean un correcto tratamiento para ello.

Las sustancias detectadas en estos cuerpos de agua son anilinas (tóxica al contacto con la piel), colorantes, materia fecal, desechos de mezclilleras, plomo, cromo; y orgánicos volátiles, detalló.

Por lo anterior, el especialista declaró a la ciudad en un estrés hídrico, es decir, consume más agua de la que está disponible. “A esto le sumamos que viene disminuyendo la precipitación, lo que provoca que aumenten las temperaturas, cada vez menos agua se incorpora a la Cuenca del Atoyac, hay menos disponibilidad y mayor demanda, la tendencia que observamos es que cada vez tengamos mayor estrés hídrico es vez de disminuirlo”, lamentó.

Por si esto fuera poco, sentenció que los meses de marzo, abril y mayo son los meses con menor abastecimiento de agua en la capital poblana ante la evaporación del vital líquido, sin embargo, es cuando aumenta la demanda, factor que agudiza este conflicto.

Puntualizó que, la época de lluvia en los próximos meses no traerán consigo respuestas favorables a este fenómeno, pues hasta hace cinco años registraron que únicamente se aprovecha alrededor del 25 o 30 por ciento de las precipitaciones, las cuales se destinan principalmente al sector agrícola.

Urge regulación del sector industrial

Del agua que llega a la ciudad de Puebla, el sector industrial consume el 25 por ciento del abastecimiento del agua, aunque es menor que la cantidad que consume el sector agrícola al interior del estado (60 por ciento), se convirtió en el principal responsable del estrés hídrico.

Además, acusó que este sector, principalmente industrias de alimentos, forzosamente consume agua de muy buena calidad al ser para consumo humano, sin embargo, carece de ejercicios de saneamiento y tratamiento de sus aguas residuales.

“Los consumos industriales comparados con el agrícola y el urbano son menores, pero el agua de la industria se utiliza para los procesos, y entonces el agua que consuman debería ser de menor calidad, a excepción de las refresqueras o de agua potable, pero lo que entregan es agua con altos contenidos de contaminantes”, sentenció.

Por lo anterior, el especialista concluyó que un factor preocupante en este proceso es que la población acaba por recibir, además de poca cantidad, agua contaminada, de la cual, aunque la sociedad reduzca su consumo, no evitará que el problema se agudice a futuro.

“Tenemos un servicio que en muy pocas partes de la ciudad llega los siete días a la semana las 24 horas, la dotación debería ser diaria, pero en promedio resulta ser muy baja, de 70 u 80 litros, por eso es que en la época de marzo, abril y mayo dejan a las viviendas hasta dos o tres días sin suministro y deben usar eficientemente el agua y así se está haciendo”, dijo.

Inaplazable intervención inmediata

“Ya estamos en el problema”, manifestó el especialista, quien urgió a la pronta intervención de las autoridades locales, sociedad civil y, principalmente, representantes del sector industrial a iniciar acciones para revertir el estrés hídrico en Puebla.

Explicó que una estrategia viable es la “cuenca en equilibro”, que consiste en la retención de agua en partes altas para captar más líquido y con ellos disminuir o racionalizar la demanda.

Resaltó además la importancia de la reforestación en los bosques aledaños a la ciudad, pues son los principales captadores o “fábricas” de agua, que pueden otorgar la posibilidad de una cobertura efectiva del vital líquido no solo en la ciudad sino también en las regiones del estado.

“Es importante para la industria el derecho del agua, es decir, que lo que reciban se entregue en buen estado, porque los sistemas de alcantarillado no tienen un labras de tratamiento, entonces están contaminando los cuerpos”, advirtió.

Finalmente, exhortó a la sociedad a racionar sus consumos de agua, no especialmente por responsabilidad ambiental sino para mitigar la escasez de agua que se prevé durante los próximos meses cuando el calor se intensifica.


La ciudad de Puebla presenta una crisis en el abastecimiento del vital líquido ante el consumo excesivo de agua dulce por encima de la disponible, así como por la sobreexplotación de sus fuentes de suministro, advirtió César Solís Gómez, presidente del Comité Técnico del Agua, perteneciente al Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Puebla (CICEPAC).

De acuerdo con la investigación encabezada por Solís Gómez, de tomar las medidas necesarias para revertir este problema ambiental, la recuperación en el suministro empezaría a ser visible a partir del año 2050, es decir, en 27 años. Sin embargo, los intentos por restituir las fuentes de suministro son nulos y por ende, el panorama a futuro es desfavorable, lamentó.

“Puebla ya no tiene fuentes de abastecimiento de agua seguras, ya estamos adentro del problema”, señaló. Prueba de ello son las constantes faltas de suministro en colonias y juntas auxiliares de la capital poblana, donde en promedio reciben agua a cuentagotas una o dos veces a la semana.

Señaló además que, los principales acuíferos del estado (Manantiales del Popocatépetl, Cuenca del Atoyac y la presa de Valsequillo), encargados de proveer agua dulce a la zona urbana, el sector industrial y agrícola, fueron sobreexplotados y mantienen altos índices de contaminación, provocado principalmente por el sector industrial que, aunque consume menor agua que el agrícola, emite la mayor parte de contaminantes sin que posean un correcto tratamiento para ello.

Las sustancias detectadas en estos cuerpos de agua son anilinas (tóxica al contacto con la piel), colorantes, materia fecal, desechos de mezclilleras, plomo, cromo; y orgánicos volátiles, detalló.

Por lo anterior, el especialista declaró a la ciudad en un estrés hídrico, es decir, consume más agua de la que está disponible. “A esto le sumamos que viene disminuyendo la precipitación, lo que provoca que aumenten las temperaturas, cada vez menos agua se incorpora a la Cuenca del Atoyac, hay menos disponibilidad y mayor demanda, la tendencia que observamos es que cada vez tengamos mayor estrés hídrico es vez de disminuirlo”, lamentó.

Por si esto fuera poco, sentenció que los meses de marzo, abril y mayo son los meses con menor abastecimiento de agua en la capital poblana ante la evaporación del vital líquido, sin embargo, es cuando aumenta la demanda, factor que agudiza este conflicto.

Puntualizó que, la época de lluvia en los próximos meses no traerán consigo respuestas favorables a este fenómeno, pues hasta hace cinco años registraron que únicamente se aprovecha alrededor del 25 o 30 por ciento de las precipitaciones, las cuales se destinan principalmente al sector agrícola.

Urge regulación del sector industrial

Del agua que llega a la ciudad de Puebla, el sector industrial consume el 25 por ciento del abastecimiento del agua, aunque es menor que la cantidad que consume el sector agrícola al interior del estado (60 por ciento), se convirtió en el principal responsable del estrés hídrico.

Además, acusó que este sector, principalmente industrias de alimentos, forzosamente consume agua de muy buena calidad al ser para consumo humano, sin embargo, carece de ejercicios de saneamiento y tratamiento de sus aguas residuales.

“Los consumos industriales comparados con el agrícola y el urbano son menores, pero el agua de la industria se utiliza para los procesos, y entonces el agua que consuman debería ser de menor calidad, a excepción de las refresqueras o de agua potable, pero lo que entregan es agua con altos contenidos de contaminantes”, sentenció.

Por lo anterior, el especialista concluyó que un factor preocupante en este proceso es que la población acaba por recibir, además de poca cantidad, agua contaminada, de la cual, aunque la sociedad reduzca su consumo, no evitará que el problema se agudice a futuro.

“Tenemos un servicio que en muy pocas partes de la ciudad llega los siete días a la semana las 24 horas, la dotación debería ser diaria, pero en promedio resulta ser muy baja, de 70 u 80 litros, por eso es que en la época de marzo, abril y mayo dejan a las viviendas hasta dos o tres días sin suministro y deben usar eficientemente el agua y así se está haciendo”, dijo.

Inaplazable intervención inmediata

“Ya estamos en el problema”, manifestó el especialista, quien urgió a la pronta intervención de las autoridades locales, sociedad civil y, principalmente, representantes del sector industrial a iniciar acciones para revertir el estrés hídrico en Puebla.

Explicó que una estrategia viable es la “cuenca en equilibro”, que consiste en la retención de agua en partes altas para captar más líquido y con ellos disminuir o racionalizar la demanda.

Resaltó además la importancia de la reforestación en los bosques aledaños a la ciudad, pues son los principales captadores o “fábricas” de agua, que pueden otorgar la posibilidad de una cobertura efectiva del vital líquido no solo en la ciudad sino también en las regiones del estado.

“Es importante para la industria el derecho del agua, es decir, que lo que reciban se entregue en buen estado, porque los sistemas de alcantarillado no tienen un labras de tratamiento, entonces están contaminando los cuerpos”, advirtió.

Finalmente, exhortó a la sociedad a racionar sus consumos de agua, no especialmente por responsabilidad ambiental sino para mitigar la escasez de agua que se prevé durante los próximos meses cuando el calor se intensifica.


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