En 2018, según los datos del último informe de labores del expresidente Enrique Peña Nieto, Puebla se colocó en el quinto estado del país con más personas analfabetas, antecedido únicamente por los estados de Chiapas (13.8 por ciento), Oaxaca (10.9 por ciento), Guerrero (10.8 por ciento) y Veracruz (7.5 por ciento). En las cifras correspondientes a Puebla se detalló que las personas de 15 años y más las mujeres son quienes tienen mayor grado de analfabetismo, por lo que corresponde a un 8.4 por ciento, mientras que los hombres tienen un menor grado con un 5.1 por ciento.
Lo anterior, en el marco del Día Internacional de la Alfabetización que se conmemora cada 8 de septiembre, contexto que además permite recordar un dato que en 2018 la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado publicó en el que detallan las tres regiones del estado con el mayor porcentaje de analfabetismo, siendo la Mixteca con 11.6 por ciento, la Sierra Nororiental con 11.4 por ciento y 12.7 por ciento en la Sierra Norte.
De manera paralela, según datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Puebla hay alrededor de 309 mil 430 personas que a la fecha no saben leer ni escribir, tal es el caso de la señora Esperanza Leal López, de 82 años de edad, quien a pesar de ser hábil en las sumas y restas, la falta de lecto-escritura le ha hecho perder oportunidades.
Doña Esperanza comparte que, en su época, no había escuelas en San José el Aguacate, de donde es originaria. Recuerda que su infancia la vivió con unos tíos, quienes tampoco tuvieron la oportunidad de tener acceso a la educación.
Comparte que cuando ella se casó se vio obligada a dedicarse única y exclusivamente a las labores de la casa y al cuidado de los hijos, por lo que la escuela no era una opción para ella.
Tras el fallecimiento de su esposo, ella tuvo que buscar la manera de solventar el hogar. Fue así que decidió abrir una verdulería y dedicarse a la venta de antojitos, situación que le ayudó a desarrollar su habilidad con los números.
Aunque más tarde empezaron a construir escuelas, su tiempo estaba enfocado al negocio y al cuidado de sus pequeños hijos quienes, a diferencia de ella, sí pudieron asistir a la escuela.
Su hija Verónica reconoce que actualmente hay un abismo entre lo que vivió su madre y lo que están viviendo las nuevas generaciones de su familia, como ejemplo, hace referencia de su nieta quien “prácticamente nació con la tableta en las manos”, mientras que doña Esperanza apenas empieza a reconocer las letras del abecedario.
“Tener acceso a la educación ayuda muchísimo para salir adelante. Yo lo veo con mi mamá, ella tuvo muchas carencias, conmigo también, pero con mis hijos fueron menos. Actualmente tengo tres hijos, ellos tuvieron acceso a la educación y ya terminaron su carrera” comenta.
En el caso de su pequeña nieta, refiere que ella domina muy bien el celular, la computadora y algunas herramientas tecnológicas, situación que ahora la pone en desventaja sobre ella. “Aunque yo sé leer y escribir hay cosas que desconozco de la computadora y yo veo que mi nieta las domina muy bien. Actualmente, podríamos decir que si no sabes usar la computadora, es el equivalente al no saber leer ni escribir en la época de mi mamá”, refiere Verónica.
Según datos del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA), el índice de analfabetismo en Puebla disminuyó al pasar de 10.2 por ciento en 2010 a 6.4 por ciento en 2018, no obstante, aunque aún no hay cifras oficiales, académicos vislumbran que la pandemia abrirá una nueva brecha en el tema de la educación, ahora, ante la falta de conocimientos y acceso a las nuevas tecnologías.