/ lunes 8 de enero de 2024

Puebla, entre los proveedores de uvas del país 

En San Salvador el Verde, la familia de Héctor Sánchez decidió cultivar uva de mesa como complemento de un proyecto eco turístico desarrollado en San Andrés Hueyacatitla

Las uvas son de los productos más consumidos durante las celebraciones de fin de año, como las que acaban de pasar, ya sea en racimos de 12 piezas que se comen a la par de las 12 campanadas que anuncian la llegada del mes de enero o en las copas de vino que se levantan durante los brindis, y Puebla es uno de los 14 estados de la República Mexicana en donde se produce este fruto.

A propósito de la transición de un año a otro, El Sol de Puebla entrevistó a productores que han decidido incursionar en este sector de la agricultura, ya que aunque los estados de Sonora, Zacatecas y Baja California son los que aportan la mayor cantidad de uvas de mesa, para vino o uso industrial, en la entidad ya hay personas dedicadas a sembrar cada una de las variedades.

¿En dónde se cultivan las uvas poblanas?

Datos del Servicio Nacional de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) indican que los municipios en donde se producen uvas en la entidad poblana son Santa Rita Tlahuapan, San Felipe Teotlalcingo, San Salvador El Verde, Calpan, Huejotzingo, San Jerónimo Tecuanipan, San Andrés Cholula, Tochtepec y Tepeyahualco.

Asimismo, el sistema tiene registro de que en el 2015 fue cuando Puebla incursionó en la producción de uva y aunque no existe un desglose en cuanto a sus variantes, el enólogo Miguel Hernández, quien trabaja en la recuperación del vino poblano desde el 2011, afirmó que la mayoría de las uvas que genera la entidad son usadas para la industria vitivinícola.

El también director de Casa Miguel Hernández, uno de las dos empresas dedicadas a la producción de vino en Puebla y que además asesora y vende planta de uva vinífera, destacó que la variedad requerida por la industria se cultiva principalmente en las regiones de Izúcar de Matamoros, Tecamachalco y el Valle de Puebla.

Emmanuel Ojeda Ríos, originario de Santa Rita Tlahuapan, fue el primer productor de uva de su municipio y la vende a Casa Miguel Hernández, ya que incursionó en este cultivo por invitación del enólogo, quien lo motivó a modificar la vocación agrícola de su tierra para tener mejor rendimiento.

El enólogo Miguel Hernández, trabaja en la recuperación del vino poblano desde el 2011. Foto: Archivo El Sol de Puebla

En tanto que en el municipio vecino, San Salvador el Verde, la familia de Héctor Sánchez Perea decidió cultivar uva de mesa como complemento de un proyecto eco turístico desarrollado en San Andrés Hueyacatitla, la junta auxiliar de donde son originarios.

Producción de vino acapara uvas poblanas

Fue en 2011 cuando Miguel Hernández comenzó el proyecto para la producción de vino poblano, trayendo plantas de vid de Francia que fueron cultivadas en regiones del estado en donde, de acuerdo con estudios previos, se encontraron condiciones climáticas propicias para su desarrollo.

“Lo que hacemos es recuperar un legado histórico, porque en Puebla fue el primer lugar donde se plantaron viñas en toda América, no solamente para la producción de uva y vino, sino también para su propagación”, dijo al tiempo de expresar que de entre los ocho microclimas que se detectaron en la entidad, Tlahuapan fue el municipio en donde arrancó el proyecto hasta extenderse a otros 13 municipios.

Hernández detalló que actualmente se producen cinco variedades de uva para la producción de vinos tintos y rosados, aunque de entre ellas destaca la Pinot Noir, que se cultiva en regiones muy específicas y ha encontrado en la entidad condiciones propicias.

“Hay pocos lugares donde se puede expresar el Pinot Noir como se expresa aquí, estamos hablando de La Patagonia, estamos hablando de Oregón, de Borgoña, entonces ahí sí tenemos una parte competitiva bastante fuerte porque el Pinot Noir necesita climas muy específicos”, expresó.

El enólogo indicó que cada hectárea puede llegar a producir entre ocho y 10 toneladas de uva cuando el viñedo ha alcanzado una etapa de maduración, lo que se traduce en una ganancia aproximada para el productor de mil 600 dólares.

En el caso de su empresa, destacó que durante este año se procesaron aproximadamente 168 toneladas de uva para para producción de vino tinto y rosado, sin embargo, debido al incremento en los cultivos que se está registrando, la proyección es que para el próximo año se lleguen a industrializar hasta 260 toneladas.

Falta apoyo gubernamental

Para Hernández, la producción de uva en la entidad poblana necesita de apoyo gubernamental para que aumente la superficie destinada a los viñedos sin que los productores dependan totalmente de la iniciativa privada, ya que de esta manera se mantendrá la rentabilidad de la producción.

Destacó que la superficie cultivada de uva ha ido creciendo paulatinamente en la entidad pero la mayoría de los productores dependen de la iniciativa privada para la venta de sus productos y también para aspectos como la asesoría técnica, de tal forma que el crecimiento del sector está a expensas de la inversión que terceros puedan realizar.

“En Guanajuato y en Querétaro el kilo de uva lo pagan a 16 o 18 pesos, aquí lo pagamos a 32. 89 pesos para fidelizar tanto a los productores chiquitos como a los grandes, la apuesta es demasiado grande y necesitamos del apoyo del Estado, no para la empresa porque la empresa no pide nada, lo que pedimos es que se apoye a los pequeños productores”, señaló.

Puebla, entre los proveedores de uvas del país. Foto: Archivo El Sol de Puebla

El enólogo expuso que si las autoridades decidieran apoyar a este sector, se generaría una reconversión productiva importante en el estado, dando la oportunidad a más personas de obtener mejores ganancias por su trabajo en el campo.

Uva, la alternativa para mejorar el rendimiento agrícola

La familia de Emmanuel Ojeda Ríos fue la primera en apostar por la vinicultura en Santa Rita Tlahuapan, con las variedades Pinot Noir y Syrah. Los productores originarios de la junta auxiliar de San Rafael Ixtapalucan optaron por dejar la siembra de los productos tradicionales en aquella región del estado, como las hortalizas y el maíz, con la finalidad de tener mejores ganancias.

“No nos imaginábamos que en nuestra tierra pudiera darse la uva, pero vinieron a capacitarnos, a decirnos cómo cuidar la planta y ya hemos tenido cosechas, fuimos los primeros en sembrarla con un tanto de duda porque no sabíamos nada de esto, pero ahora que vemos los resultados sí es un gran orgullo”, contó.

Emmanuel destacó que con las uvas cosechadas en sus terrenos se han elaborado vinos como el “Preludio” y afirmó que para su familia es motivo de satisfacción que las primeras botellas de vino poblano se hayan elaborado con las uvas que cultivaron y cuidaron por varios años.

“Sí estuvimos conscientes desde el principio de que esto necesitaba tiempo para que madurara la planta, pero cuando empezamos a ver los resultados nos emocionamos más y nos dedicamos más al viñedo, que le pusimos como nombre La conejera”, narró.

El vinicultor explicó que además del cuidado que requirió el viñedo durante los primeros seis años para empezar a obtener cosechas, otro de los retos a los que se enfrentaron fue el vandalismo, debido a la falta de apoyos gubernamentales para hacer frente a este tipo de contingencias.

Contó que fue en el 2019 cuando al menos 160 plantas de la variedad Pinot Noir fueron cortadas desde el tallo, aparentemente con un machete, lo que significó una pérdida cuantiosa de recursos, teniendo en cuenta que con ese acto de vandalismo se terminó con tres años de trabajo de su familia.

Ojeda subrayó que a pesar de los obstáculos a los que se han enfrentado, él y su familia están convencidos de que la producción de uva fue una buena alternativa para mejorar el rendimiento de sus tierras y continuarán trabajando en mejorar la producción, misma que tienen comprometida con Casa Miguel Hernández.

Uvas de mesa, apuesta para el ecoturismo

A unos 30 minutos del viñedo La Conejera, en la junta auxiliar de San Andrés Hueyacatitla, perteneciente al municipio de San Salvador el Verde, la familia de Héctor Sánchez Perea es una de las pocas en la entidad poblana en cultivar uvas de mesa. Iniciaron el proyecto en el 2019 como apuesta al ecoturismo.

“Nosotros en el municipio ya tenemos otros atractivos como el avistamiento de la luciérnaga, tenemos un familiar en Zacatecas que nos ayudó a conseguir la planta y como nos habían comentado que por aquí el clima era bueno para la uva nos animamos a sembrarla y ya en este año tuvimos nuestra segunda cosecha, esta vez estuvo mejor que el año pasado”, explicó.

Sánchez destacó que actualmente su viñedo, en donde sembró la variedad conocida como “globo rojo”, ocupa una superficie de tres cuartos de hectárea, aunque debido a los resultados que ha tenido en sus cosechas no descartó la posibilidad de ampliarlo en los próximos años.

“En este año que tuvimos una mejor cosecha ya tuvimos más visitantes, hubo agencias de viajes que trajeron a gente en agosto y septiembre para que cortaran sus propias uvas y recorrieran el viñedo, nosotros también cortamos y las vendimos aquí en el municipio, varias personas se asombraban cuando les decíamos que nosotros las habíamos sembrado”, señaló.

Los estados de Sonora, Zacatecas y Baja California son los que aportan la mayor cantidad de uvas de mesa. Foto: Archivo El Sol de Puebla

Héctor consideró que aunque la producción de uva de mesa en Puebla no se puede comparar con los estados que lideran en este sector, como es el caso de Sinaloa, su proyecto es muestra de que en la entidad hay condiciones propicias para seguir impulsando este cultivo, ya sea con fines específicos de comercialización o, como en su caso, como propuesta para el ecoturismo.

A propósito del cambio de año, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural desglosó que son 14 estados los dedicados al cultivo de uva, generando una producción de 477 mil 304 toneladas, de las cuales, la mayoría es vendida para ser consumida como fruta, con un total de 380 mil 998 toneladas, seguida de las 78 mil 93 toneladas destinadas al uso industrial y las 18 mil 212 toneladas de uva pasa.

Los tres estados que lideran la producción son Sonora, con 326 mil 849 toneladas; Zacatecas, con 88 mil 195 toneladas y Baja California con 29 mil 839 toneladas, de tal forma que en conjunto aportan hasta el 90 por ciento de la superficie cultivable y el 96 por ciento del valor generado por este sector de la agricultura.

El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera indicó que durante el 2022 en la entidad poblana se produjeron 286 toneladas de uva, con una superficie cultivable de 53 hectáreas y una derrama económica de 7 millones 66 mil pesos.

Las uvas son de los productos más consumidos durante las celebraciones de fin de año, como las que acaban de pasar, ya sea en racimos de 12 piezas que se comen a la par de las 12 campanadas que anuncian la llegada del mes de enero o en las copas de vino que se levantan durante los brindis, y Puebla es uno de los 14 estados de la República Mexicana en donde se produce este fruto.

A propósito de la transición de un año a otro, El Sol de Puebla entrevistó a productores que han decidido incursionar en este sector de la agricultura, ya que aunque los estados de Sonora, Zacatecas y Baja California son los que aportan la mayor cantidad de uvas de mesa, para vino o uso industrial, en la entidad ya hay personas dedicadas a sembrar cada una de las variedades.

¿En dónde se cultivan las uvas poblanas?

Datos del Servicio Nacional de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) indican que los municipios en donde se producen uvas en la entidad poblana son Santa Rita Tlahuapan, San Felipe Teotlalcingo, San Salvador El Verde, Calpan, Huejotzingo, San Jerónimo Tecuanipan, San Andrés Cholula, Tochtepec y Tepeyahualco.

Asimismo, el sistema tiene registro de que en el 2015 fue cuando Puebla incursionó en la producción de uva y aunque no existe un desglose en cuanto a sus variantes, el enólogo Miguel Hernández, quien trabaja en la recuperación del vino poblano desde el 2011, afirmó que la mayoría de las uvas que genera la entidad son usadas para la industria vitivinícola.

El también director de Casa Miguel Hernández, uno de las dos empresas dedicadas a la producción de vino en Puebla y que además asesora y vende planta de uva vinífera, destacó que la variedad requerida por la industria se cultiva principalmente en las regiones de Izúcar de Matamoros, Tecamachalco y el Valle de Puebla.

Emmanuel Ojeda Ríos, originario de Santa Rita Tlahuapan, fue el primer productor de uva de su municipio y la vende a Casa Miguel Hernández, ya que incursionó en este cultivo por invitación del enólogo, quien lo motivó a modificar la vocación agrícola de su tierra para tener mejor rendimiento.

El enólogo Miguel Hernández, trabaja en la recuperación del vino poblano desde el 2011. Foto: Archivo El Sol de Puebla

En tanto que en el municipio vecino, San Salvador el Verde, la familia de Héctor Sánchez Perea decidió cultivar uva de mesa como complemento de un proyecto eco turístico desarrollado en San Andrés Hueyacatitla, la junta auxiliar de donde son originarios.

Producción de vino acapara uvas poblanas

Fue en 2011 cuando Miguel Hernández comenzó el proyecto para la producción de vino poblano, trayendo plantas de vid de Francia que fueron cultivadas en regiones del estado en donde, de acuerdo con estudios previos, se encontraron condiciones climáticas propicias para su desarrollo.

“Lo que hacemos es recuperar un legado histórico, porque en Puebla fue el primer lugar donde se plantaron viñas en toda América, no solamente para la producción de uva y vino, sino también para su propagación”, dijo al tiempo de expresar que de entre los ocho microclimas que se detectaron en la entidad, Tlahuapan fue el municipio en donde arrancó el proyecto hasta extenderse a otros 13 municipios.

Hernández detalló que actualmente se producen cinco variedades de uva para la producción de vinos tintos y rosados, aunque de entre ellas destaca la Pinot Noir, que se cultiva en regiones muy específicas y ha encontrado en la entidad condiciones propicias.

“Hay pocos lugares donde se puede expresar el Pinot Noir como se expresa aquí, estamos hablando de La Patagonia, estamos hablando de Oregón, de Borgoña, entonces ahí sí tenemos una parte competitiva bastante fuerte porque el Pinot Noir necesita climas muy específicos”, expresó.

El enólogo indicó que cada hectárea puede llegar a producir entre ocho y 10 toneladas de uva cuando el viñedo ha alcanzado una etapa de maduración, lo que se traduce en una ganancia aproximada para el productor de mil 600 dólares.

En el caso de su empresa, destacó que durante este año se procesaron aproximadamente 168 toneladas de uva para para producción de vino tinto y rosado, sin embargo, debido al incremento en los cultivos que se está registrando, la proyección es que para el próximo año se lleguen a industrializar hasta 260 toneladas.

Falta apoyo gubernamental

Para Hernández, la producción de uva en la entidad poblana necesita de apoyo gubernamental para que aumente la superficie destinada a los viñedos sin que los productores dependan totalmente de la iniciativa privada, ya que de esta manera se mantendrá la rentabilidad de la producción.

Destacó que la superficie cultivada de uva ha ido creciendo paulatinamente en la entidad pero la mayoría de los productores dependen de la iniciativa privada para la venta de sus productos y también para aspectos como la asesoría técnica, de tal forma que el crecimiento del sector está a expensas de la inversión que terceros puedan realizar.

“En Guanajuato y en Querétaro el kilo de uva lo pagan a 16 o 18 pesos, aquí lo pagamos a 32. 89 pesos para fidelizar tanto a los productores chiquitos como a los grandes, la apuesta es demasiado grande y necesitamos del apoyo del Estado, no para la empresa porque la empresa no pide nada, lo que pedimos es que se apoye a los pequeños productores”, señaló.

Puebla, entre los proveedores de uvas del país. Foto: Archivo El Sol de Puebla

El enólogo expuso que si las autoridades decidieran apoyar a este sector, se generaría una reconversión productiva importante en el estado, dando la oportunidad a más personas de obtener mejores ganancias por su trabajo en el campo.

Uva, la alternativa para mejorar el rendimiento agrícola

La familia de Emmanuel Ojeda Ríos fue la primera en apostar por la vinicultura en Santa Rita Tlahuapan, con las variedades Pinot Noir y Syrah. Los productores originarios de la junta auxiliar de San Rafael Ixtapalucan optaron por dejar la siembra de los productos tradicionales en aquella región del estado, como las hortalizas y el maíz, con la finalidad de tener mejores ganancias.

“No nos imaginábamos que en nuestra tierra pudiera darse la uva, pero vinieron a capacitarnos, a decirnos cómo cuidar la planta y ya hemos tenido cosechas, fuimos los primeros en sembrarla con un tanto de duda porque no sabíamos nada de esto, pero ahora que vemos los resultados sí es un gran orgullo”, contó.

Emmanuel destacó que con las uvas cosechadas en sus terrenos se han elaborado vinos como el “Preludio” y afirmó que para su familia es motivo de satisfacción que las primeras botellas de vino poblano se hayan elaborado con las uvas que cultivaron y cuidaron por varios años.

“Sí estuvimos conscientes desde el principio de que esto necesitaba tiempo para que madurara la planta, pero cuando empezamos a ver los resultados nos emocionamos más y nos dedicamos más al viñedo, que le pusimos como nombre La conejera”, narró.

El vinicultor explicó que además del cuidado que requirió el viñedo durante los primeros seis años para empezar a obtener cosechas, otro de los retos a los que se enfrentaron fue el vandalismo, debido a la falta de apoyos gubernamentales para hacer frente a este tipo de contingencias.

Contó que fue en el 2019 cuando al menos 160 plantas de la variedad Pinot Noir fueron cortadas desde el tallo, aparentemente con un machete, lo que significó una pérdida cuantiosa de recursos, teniendo en cuenta que con ese acto de vandalismo se terminó con tres años de trabajo de su familia.

Ojeda subrayó que a pesar de los obstáculos a los que se han enfrentado, él y su familia están convencidos de que la producción de uva fue una buena alternativa para mejorar el rendimiento de sus tierras y continuarán trabajando en mejorar la producción, misma que tienen comprometida con Casa Miguel Hernández.

Uvas de mesa, apuesta para el ecoturismo

A unos 30 minutos del viñedo La Conejera, en la junta auxiliar de San Andrés Hueyacatitla, perteneciente al municipio de San Salvador el Verde, la familia de Héctor Sánchez Perea es una de las pocas en la entidad poblana en cultivar uvas de mesa. Iniciaron el proyecto en el 2019 como apuesta al ecoturismo.

“Nosotros en el municipio ya tenemos otros atractivos como el avistamiento de la luciérnaga, tenemos un familiar en Zacatecas que nos ayudó a conseguir la planta y como nos habían comentado que por aquí el clima era bueno para la uva nos animamos a sembrarla y ya en este año tuvimos nuestra segunda cosecha, esta vez estuvo mejor que el año pasado”, explicó.

Sánchez destacó que actualmente su viñedo, en donde sembró la variedad conocida como “globo rojo”, ocupa una superficie de tres cuartos de hectárea, aunque debido a los resultados que ha tenido en sus cosechas no descartó la posibilidad de ampliarlo en los próximos años.

“En este año que tuvimos una mejor cosecha ya tuvimos más visitantes, hubo agencias de viajes que trajeron a gente en agosto y septiembre para que cortaran sus propias uvas y recorrieran el viñedo, nosotros también cortamos y las vendimos aquí en el municipio, varias personas se asombraban cuando les decíamos que nosotros las habíamos sembrado”, señaló.

Los estados de Sonora, Zacatecas y Baja California son los que aportan la mayor cantidad de uvas de mesa. Foto: Archivo El Sol de Puebla

Héctor consideró que aunque la producción de uva de mesa en Puebla no se puede comparar con los estados que lideran en este sector, como es el caso de Sinaloa, su proyecto es muestra de que en la entidad hay condiciones propicias para seguir impulsando este cultivo, ya sea con fines específicos de comercialización o, como en su caso, como propuesta para el ecoturismo.

A propósito del cambio de año, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural desglosó que son 14 estados los dedicados al cultivo de uva, generando una producción de 477 mil 304 toneladas, de las cuales, la mayoría es vendida para ser consumida como fruta, con un total de 380 mil 998 toneladas, seguida de las 78 mil 93 toneladas destinadas al uso industrial y las 18 mil 212 toneladas de uva pasa.

Los tres estados que lideran la producción son Sonora, con 326 mil 849 toneladas; Zacatecas, con 88 mil 195 toneladas y Baja California con 29 mil 839 toneladas, de tal forma que en conjunto aportan hasta el 90 por ciento de la superficie cultivable y el 96 por ciento del valor generado por este sector de la agricultura.

El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera indicó que durante el 2022 en la entidad poblana se produjeron 286 toneladas de uva, con una superficie cultivable de 53 hectáreas y una derrama económica de 7 millones 66 mil pesos.

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