La erradicación del delito de trata de personas con fines de explotación sexual en el estado de Puebla avanza a paso lento. Pese a que existe una ley en la materia, la falta de estadísticas oficiales, la poca difusión del problema e inexistencia de conciencia social y los aún vigentes estereotipos de género y belleza, minimizan el fenómeno que afecta en gran parte a mujeres.
Este 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, con la clara intención de concientizar a la sociedad acerca de la problemática y buscar erradicarla. Sin embargo, esto no ha sido tarea sencilla para las autoridades de las tres órdenes de gobierno, pues el territorio poblano está considerado como una entidad “foco rojo” debido a su posición geográfica, que permite sea un lugar de captación, tránsito y destino de víctimas.
Esta situación y la creencia de que el hombre es superior en términos económicos, sociales y culturales, ha provocado que la trata de mujeres para ser utilizadas en el comercio sexual o producción de pornografía vaya en incremento al ser una de las formas de explotación más redituables.
No obstante, estos actos son oscuros en su ejecución y difíciles de identificar, pues la constante movilización a las que son sometidas las mujeres para no ser localizadas y la complicidad de las autoridades complican la precisión de las cifras de casos y víctimas existentes.
En los últimos dos años y medio, de 2019 a junio 2022, en la Fiscalía General del Estado (FGE) se abrieron 99 carpetas de investigación por el delito de trata. De ellas, el 68.6 por ciento correspondió a víctimas del sexo femenino.
Puebla es "foco rojo" para la explotación sexual
Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, de la Universidad Iberoamericana campus Puebla, explicó que el estado cuenta con una posición geográfica que permite sea un lugar de captación, traslado y destino de víctimas con fines de explotación sexual. La ubicación céntrica del territorio poblano hace que se convierta en una ruta de tránsito hacia el norte y sur del país.
A esto se suma la cercanía con el estado de Tlaxcala, que mantiene vigente el corredor entre ambas entidades, donde las mujeres son captadas en Puebla y movilizadas a esa entidad para ser usadas en el comercio sexual o pornografía.
Malillani García Ruiz, exdiputada local en Puebla e impulsora de la Ley para Prevenir y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas, publicada en el año 2012, ubicó a los municipios de Puebla, Acajete, Tehuacán e Izúcar de Matamoros como los puntos del estado con mayor incidencia en casos de trata de personas, de acuerdo con el último registro hemerográfico del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla (CCSJP).
La exlegisladora del PRI expuso que la falta de estudios oficiales sobre el tema complica la ubicación precisa sobre zonas de captación y explotación, lo que se agrega a un proceso complejo para que las autoridades realicen operativos de rescate.
Para Mariana Wenzel González, cofundadora de Anthus, asociación civil dedicada luchar contra la trata de personas, es casi imposible identificar zonas debido a que las víctimas salen de un estado del país, llegan a otro para ser explotadas y son rescatadas en una entidad diferente—debido a la constante movilización a la que son sometidas para no ser ubicadas—
“¿En dónde pondrías la estadística? La situación se complica porque (la víctima) es originaria de un lugar, explotada en otro y rescatada en otro más; es muy compleja la estadística”, señaló.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, del 1 de enero de 2019 al 30 de junio de 2022—fechas disponibles en la plataforma— en Puebla se registraron 68 delitos de trata de personas, con un total de 70 víctimas del sexo femenino.
Los municipios que lideraron las cifras fueron Puebla, con 45 delitos y víctimas; Izúcar de Matamoros, con 6 delitos y 7 víctimas; Cuautlancingo, con 3 delitos y 3 víctimas; así como Tepeaca, San Andrés Cholula y Tehuacán, con 2 delitos y 2 víctimas, cada uno.
Enganchadores les prometen un mejor futuro, incluso convertirse en influencers
La activista Rosa María de la Garza Ramírez, conocida como Rosi Orozco, acentuó que la pobreza, la desintegración familiar, así como la vigencia del mito del amor romántico, hacen que el enamoramiento sea el método de enganche más recurrente para los victimarios, pues estas condiciones de vida colocan a la víctima en un alto grado de vulnerabilidad, donde las promesas que les hacen para mejorar su calidad de vida provocan que sean fáciles de sorprender y caigan en la trampa.
“Los tratantes buscan a las chicas que tienen problemas familiares o que el padre las haya abandonado porque son mucho más vulnerables; hay mujeres que están en extrema pobreza y es (ahí) cuando más fácil las puedes deslumbrar y enamorar”, reveló.
La académica García Ruiz respaldó el comentario de la activista sobre la falta de presencia paterna o materna dentro de hogar, así como la violencia familiar, que convierten a las mujeres en ‘blancos’ fáciles de persuadir y sucumbir en las redes de los tratantes mediante el enamoramiento.
La cofundadora de Anthus agregó que la oferta falsa de empleo también forma parte de los principales métodos de captación bajo la promesa de convertirles en “influencers” a través de redes sociales u ofreciendo empleo en agencias de viaje.
“El internet y con ello las redes sociales se han convertido en el método más fácil, económico y menos riesgoso para la captación de víctimas. El enamoramiento y las falsas ofertas de empleo siguen predominando en el enganche”, declaró.
Pero, ¿por qué existe este delito? Aunque son diversos los factores que influyen en la persistencia de la trata con fines de explotación sexual, las académicas y activistas consultadas por este medio de comunicación coincidieron en que los estereotipos de género y belleza, la cosificación de los cuerpos, la creencia de que las mujeres son desechables y la persistencia de una educación machista, son algunos factores que impactan en la permanencia del delito que atenta contra los derechos humanos de las mujeres.
Bajo la frase de “sin demanda no hubiera trata”, es como la exdiputada local reconoció la vigencia del comercio sexual en bares, centros nocturnos, centros de masaje, la calle y, debido a la pandemia, domicilios particulares.
García Ruiz aseguró que, si también se castigara a la persona que acude a estos espacios y se convierte en cliente, se avanzaría en el tema de la erradicación del delito.
“La pornografía es una de las escuelas y también está muy ligada a la trata de personas y se nos dice cómo debería ser usado el cuerpo de las mujeres; (en los videos de esa industria) la mujer se convierte en objeto ante los deseos sexuales de quienes lo pueden comprar”, acusó.
La directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría también dijo que las mujeres son visualizadas como objetos al ser sexualizadas y vistas como una mercancía, basada en estereotipos de género.
Tercia de delitos contra la mujer
La desaparición de mujeres, la trata con fines de explotación sexual y el feminicidio son violaciones a los derechos humanos que están vinculados, pero que aún no cuentan con los estudios o diagnósticos suficientes para identificar los nexos entre las agresiones.
Rosario Arrambide explicó que cualquier mujer que ha sido captada, trasladada mediante engaños y explotada, se encuentra en situación de desaparición, cuente o no con una ficha de búsqueda, ya que se desconoce de su paradero y es movilizada con frecuencia para evitar su localización.
No obstante, declaró que la FGE no cuenta con información sobre cuántas mujeres rescatadas en operativos estaban reportadas como desaparecidas o, al contrario, lo que impide ubicar la relación entre estos delitos.
En tanto que la vinculación de la trata con el feminicidio se debe a la ideología sobre que las mujeres son vistas como mercancía y, cuando ya no son funcionales para los tratantes, se convierten en cuerpos desechables y eso lo hacen a través del asesinato violento, tipificado como feminicidio.
“Las mujeres son vistas como objetos, son sexualizadas, son mercancía sustentada en estereotipos de género y belleza. Cuando ésta ya no es funcional para los tratantes, son cuerpos desechables, y ¿cómo se desecha? A través de los feminicidios. Por supuesto que existe una relación entre estas tres grave violaciones”, reiteró.
A decir de Mariana Wenzel, la desaparición de mujeres está relacionada con la trata de personas con fines de explotación sexual o secuestro, sin embargo, insistió en que la falta de información entorpece conocer la relación entre los delitos, que al mismo tiempo desemboca en la nula creación de políticas públicas para la atención y prevención de casos de manera conjunta.
Tan solo en el último año, en el estado de Puebla se abrieron 705 carpetas de investigación por desaparición de mujeres, cifra que representa más de la mitad de las mil 317 investigaciones iniciadas en 2021, aunque se desconoce cuántas de ellas están vinculadas con el delito de trata de personas.
La prostitución no ocurre por voluntad propia
Aun cuando existen voces que hablan sobre la prostitución como una elección personal de las mujeres que, llevada a la reglamentación, sería una forma de reivindicar la actividad como una fuente legítima de ingresos, las posturas abolicionistas consideran que es imposible que el comercio sexual ocurra por voluntad propia.
Tal es el caso de la activista Rosi Orozco, quien consideró que el trabajo sexual es una forma extrema de violencia contra las mujeres, pues rechazó la posibilidad de que la prostitución ocurra por voluntad propia, puesto que, lejos de ofrecer condiciones dignas de trabajo, las pone en situaciones de riesgo. Según su análisis, la mayoría de las personas que se desempeña en esto morirá de forma violenta.
Una postura similar es la de la politóloga Malillani García, quien expresó que las víctimas venden su cuerpo sin recibir ganancias, en donde los ‘prostituyentes’ son los más beneficiados, pues son ellos los que se quedan con el dinero, dejando en vulnerabilidad a las mujeres que son explotadas.
“No quiere decir que vamos a criminalizar a las prostitutas. Buscamos un enfoque integral a las víctimas de prostitución porque siempre llevan las de perder pues es el proxeneta quien se lleva las ganancias, las mujeres que venden su cuerpo no. Es una explotación y ellos están pagando por una violación”, expuso.
A decir de la cofundadora de Anthus, la comercialización de la mujer tiene un precio aproximado de 150 pesos por servicio.
Urgen estudios y campañas de difusión
Las académicas y activistas coincidieron en que es urgente contar con estudios, investigaciones y diagnósticos integrales que permitan conocer las formas y lugares en que se cometen los delitos de la trata de personas, la política gubernamental de prevención y erradicación de este delito, así como la atención y protección de las víctimas.
Desde el enfoque de la académica Arrambide González, la trata de personas con fines de explotación sexual afronta un cúmulo de problemas, entre los que destaca la falta de visibilidad y la poca sensibilización de la sociedad ante la persistencia y replicación de estereotipos de género en las nuevas generaciones.
Incluso, señaló que, en la mayoría de las víctimas y agresores persiste la ideología del amor romántico. En el caso de los hombres la ideología de que el consumo de mujeres es parte de su naturalización y el desecho de estas cuando creen que ya no les son útiles.
A esto se le suma el poco interés de las instituciones públicas, de los gobiernos, de garantizar el acceso a la justicia, de generar información desagregada, que permita conocer las causas y frecuencias de las diferentes formas de violencia contra las mujeres con la intención de generar políticas públicas, pues actualmente estos datos no existen y por ello se complica el estudio de este fenómeno.
“Los retos son inmensos (…) no escucho políticas de prevención, campañas de difusión, talleres por parte de la estructura gubernamental en la materia, pareciera que en Puebla no se habla de la trata de personas (…) Actualmente no existe información estadística que permita conocer las causas de las violencias contra las mujeres y por tanto no se puede estudiar la complejidad. El gran reto es la educación en materia de género para hombres y mujeres, deconstruir las masculinidades tóxicas”, subrayó.
Para García Ruíz la educación desde los primeros años de vida es el ‘arma’ principal para erradicar esta problemática, por lo que consideró importante que se impartan materias que permitan el conocimiento del delito y las formas de prevención. También garantizar que, quienes tienen la posibilidad de acceder a la educación formal, la concluyan y eviten la deserción escolar.
Asimismo, consideró importante que existan más y mejores condiciones económicas en el país, a través de fuentes de empleo, pues recordó que la mayoría de las víctimas son personas en situación de pobreza.
“No veo la voluntad política, veo indiferencia, mucho silencio y creo que deberíamos de seguir hablando, concientizando y luchando. La prevención, persecución del delito y atención a las víctimas son tres áreas que no se les ha dedicado la atención y el presupuesto que requieren. Falta especialización de personal autorizado en el tema de trata de personas, desde lo judicial, legislativo y cuando llegan a la Fiscalía”, subrayó.
Wenzel González consideró que es necesario que las autoridades destinen capital económico y humano para emprender operativos de rescate, además de que el personal sea capacitado en materia de perspectiva de género, pues en muchas ocasiones las mujeres son revictimizadas.
Finalmente, declaró que es importante que la ciudadanía esté informada sobre el tema para que identifique el delito y pueda denunciar. A ello sumó la creación y apoyo de refugios especializados para personas en una situación de explotación y trata, que atiendan la diversidad de poblaciones víctimas.
Quien quiera denunciar la trata de personas puede llamar a la Línea Nacional contra la Trata de Personas, dispuesta por el gobierno federal: 800 5533 000, o acudir, en el caso de Puebla, a la Fiscalía General del Estado (FGE), ubicada en Bulevar Héroes del 5 de Mayo, en la esquina con 31 Oriente.