El Centro Histórico de Puebla, con 391 manzanas y 2 mil 619 edificios catalogados, fue merecedor el 11 de diciembre de 1987 de un nombramiento otorgado por la UNESCO y del que solo 34 sitios en todo México ostentan tener, nos referimos a la denominación como Ciudad Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Fue hace 32 años que el nombre del estado entró en la prestigiada lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO por su legado histórico-cultural y que, de acuerdo a los lineamientos que establece la Organización de las Naciones Unidas, la obtuvo entre otras, por su autenticidad, traza, integridad y joyas de la arquitectura que ofrece al mundo.
David Ramírez Huitrón, fundador de Puebla Antigua y divulgador de la historia, comparte que los hechos históricos ocurridos en las iglesias, patios, casonas, plazuelas y jardines del Centro Histórico son puntos clave para “leer y conocer los diversos momentos de la de la humanidad, ejemplo de ello es la propia fundación de la ciudad. Hay edificios que dan cuenta de la arquitectura española que se trajo para adaptarla a estos territorios y posteriormente podemos identificar claramente el periodo barroco con la talavera, las cúpulas, la decoración abundante, la argamasa y el ladrillo, donde el nacionalismo criollo se ve implícito” comenta.
Detalla que la arquitectura civil fue mayor a la arquitectura religiosa, pues se tiene que, del total, 61 pertenecen al ámbito religioso, 71 son de tipo educativo y alrededor de 2 mil 500 son de tipo civil, mientras que el resto fueron de tipo residencial y públicos.
Bernardo Ortiz Vite, secretario general del Colegio de Arquitectos, reconoce que si bien hubo otros elementos culturales para que Puebla lograra el nombramiento, la arquitectura destaca por la armonía y belleza de sus trazos reticulares que no se encuentran en otras ciudades.
La también llamada Puebla de Los Ángeles, cuenta con un sistema constructivo único al que se suma el manejo de los material y decoraciones que dan fe de los diversos estilos arquitectónicos que se fueron sumando a través del tiempo y por los hechos históricos que marcaron a la entidad.
El arquitecto Ortiz Vite, menciona que la propia Catedral es uno de los símbolos histórico más representativos al que se suma la Iglesia de Santa Rosa, Santa Mónica, San Francisco, la Biblioteca Palafoxiana.
REFLEXIÓN PARA EL RESCATE Y PRESERVACIÓN DE INMUEBLES
Ramírez Huitrón consideró importante que en la sociedad esté presente la reflexión sobre el ciudad, interés y preservación del patrimonio pues asegura que aquello que puede poner en peligro a una ciudad son tres factores: el desgaste por el tiempo, el desconocimiento y el desinterés.
“Si los tres se conjuntan provocan pérdida. Si la gente desconoce el valor de su edificio no tiene un interés por conservarlo y por lo tanto el tiempo no perdona, esto a su vez provoca que las casas se deterioren rápidamente”, dijo.
Al preguntarle sobre aquellos espacios que han mostrado este tipo de abandono y deterioro comentó que se nota principalmente en los barrios de la periferia. A raíz de la descentralización del comercio a partir de los años 80, la ciudad “se ha ido hacia afuera, a las juntas auxiliares”, lo que ha generado abandono y descuido en la zona de San Antonio, El Refugio, Santa Ana, el Barrio de San Miguelito, San Sebastián y Analco.
Recordó que recientemente se registró un saqueo en el Antiguo Hospital de San Roque que estuvo en abandono tras el sismo del 2017 y en el que además desparecieron algunas piezas, y aunque se logró detener el hurto y se levantó la denuncia correspondiente, consideró importante que la sociedad se interese por conocer más el valor histórico que hay en cada rincón para sumarse a la preservación y cuidado de los mismos.