Con 25 incendios forestales en lo que va del año, la entidad poblana ocupa el séptimo lugar en cuando a número de siniestros a nivel nacional y el décimo en superficie afectada, con un total de 210 hectáreas, de acuerdo con el último informe de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
El informe con corte al pasado 7 de marzo detalla que de las hectáreas perjudicadas por el fuego 11.30 correspondieron a sitios con especies de renuevo, 32.86 con arbustos y 166.30 con hierba, siendo de este último la mayor afectación.
Respecto a la intervención para combatir el fuego, se indica que los siniestros fueron detectados a los 41 minutos y el tiempo promedio para llegar al sitio a apagarlos fue de una hora con 15 minutos, aunque regularmente la duración de los incendios fue de 10 horas.
Asimismo, se señala que Puebla ocupó el décimo lugar a nivel nacional en superficie afectada con vegetación sensible, al registrar dos incendios en zonas con esta característica y 97.50 hectáreas dañadas.
A nivel nacional, en la semana del 1 al 7 de marzo ocurrieron 24 incendios forestales y ninguno de ellos se registró en Puebla, sin embargo, dejaron como saldo una superficie de 430.83 hectáreas afectadas y los estados en donde ocurrieron la mayoría de las conflagraciones fueron Durango, Chiapas, Tlaxcala y Veracruz.
Hasta la fecha del corte, el Estado de México, Morelos y Veracruz fueron las entidades con mayor número de incendios forestales ocurridos, con 63, 51 y 50 respectivamente, aunque por superficie afectada las tres primeras posiciones las ocuparon Chiapas, Chihuahua y Oaxaca.
Cabe mencionar que Puebla cuenta con 29 cámaras de videovigilancia, que permiten monitorear el 80 por ciento de la superficie forestal para detectar y combatir a tiempo incendios forestales, mientras que el otro 20 por ciento de la zona boscosa se vigila con apoyo de satélites, a fin de intervenir de la forma más rápida posible.
Recientemente, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina exhortó a la población a evitar las quemas controladas como medida para preparar los terrenos agrícolas, ya que esta práctica es una de las principales causas de incendios forestales.