En lo que va del año se han registrado 25 casos de labio y paladar hendido en Puebla, un defecto congénito que ocurre cuando ambas partes del rostro no se desarrollan correctamente en el feto y que afecta a uno de cada 750 niños o niñas al año en nuestro país, de acuerdo con la Secretaría de Salud federal.
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A propósito del Día Mundial del Labio y Paladar Hendido, conmemorado el 23 de julio, la dependencia federal expuso que algunos de los factores asociados a estos tipos de malformación son la deficiencia en vitaminas del grupo B, como el ácido fólico; aspectos genéticos, consumo de drogas, alcohol o cigarros e incluso la exposición prolongada a determinados químicos.
Incluso, el Informe del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Defectos al Nacimiento reflejó que en el 32.5 por ciento de niñas y niños que nacen con labio y paladar hendido la madre dijo que no consumió ácido fólico durante el embarazo o lo hizo después del primer trimestre de gestación.
Asimismo, la Secretaría de Salud precisó que estas malformaciones craneofaciales congénitas son las más frecuentes en nuestro país, aunque el también denominado “labio leporino” afecta con mayor frecuencia a los hombres y el paladar hendido a las mujeres, en una escala de siete a tres.
Este padecimiento puede detectarse desde el embarazo, ya que la autoridad sanitaria difundió que a partir de la semana 20 es posible identificar posibles alteraciones anatómicas o en órganos internos a través de una ecografía morfológica, por lo que insistió en que la atención prenatal es indispensable.
¿Cuál es el tratamiento del labio y paladar hendido?
Ambos padecimientos afectan la capacidad del paciente para alimentarse y dificultan aspectos como el habla, incluso al punto de generar alteraciones a nivel de oído, por lo que es importante iniciar el tratamiento a la brevedad posible.
El tratamiento para el labio y paladar hendido se basa en la cirugía, que se sugiere realizar antes de los 12 y 18 meses de edad, respectivamente, explica la fundación AMS, dedicada a apoyar a menores con ambas malformaciones en Puebla.
De acuerdo con la asociación, los pacientes pueden llegar a requerir hasta cuatro intervenciones quirúrgicas para la recomposición de las estructuras faciales, además de asesoría nutricional y terapia de lenguaje. Procesos que pueden llegar a durar hasta 18 años.
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