Luego de ser la entidad con el desempeño democrático más bajo del país hace dos años, en 2023 Puebla recuperó al menos cinco posiciones en el Índice de Desarrollo Democrático de México (IDD Mex), donde organismos nacionales e internacionales evaluaron el ejercicio gubernamental a nivel estatal. Pese a ello, se identificaron varias necesidades urgentes, como el fortalecimiento de los derechos políticos y civiles, la inclusión de las poblaciones indígenas, además del combate a la inseguridad y la corrupción en las instituciones públicas, entre otras.
En la última entrega del reporte, en el que se condujo una minuciosa evaluación con metodología científica, se identificó que durante 2023, que fue el primer año en que la entidad estuvo gobernada por Sergio Salomón Céspedes Peregrina, Puebla tuvo mayor apertura a los valores democráticos a nivel institucional.
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Comparado con la rezagada puntuación que obtuvo el Estado poblano durante el último año de la administración del exmandatario Miguel Barbosa Huerta, en 2023 la entidad se posicionó en el lugar 27 a nivel nacional en el IDD Mex, de los 32 escaños existentes.
Roberto Ignacio Alonso Muñoz, maestro en Políticas Públicas por la Universidad Iberoamericana Puebla y coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas e Innovación Democrática de la misma institución, consideró que, si bien no ha sido el único factor de mejora, la llegada de Céspedes Peregrina a la gubernatura, como una figura de conciliación y apertura al diálogo, permitió al estado abandonar “el sótano nacional” en dicho informe.
En entrevista con este diario, el experto sostuvo que si bien el hecho de prescindir de los últimos lugares de la clasificación es importante, Puebla aún es considerado como uno de los estados con mayor rezago a nivel nacional, lo que obliga a repensar las estrategias locales de desarrollo democrático.
Según el Índice, los avances más consistentes en ese sentido fueron en las categorías Democracia de las Instituciones, Democracia Social y Democracia Económica. El único apartado donde se registró una notable regresión fue en Democracia de la Ciudadanía, que contempla violaciones a los derechos y libertades civiles. Sin embargo, en esta ocasión Puebla no fue el estado peor evaluado a nivel nacional en ningún rubro, como sí lo fue en 2022.
Al respecto, Maribel Flores Sánchez, maestra en Gestión Pública por la Universidad Complutense de Madrid y directora de la División de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey Campus Puebla, reconoció que debe fortalecerse la transparencia institucional para obtener mejores resultados en el futuro.
El IDD Mex es elaborado anualmente por el Instituto Nacional Electoral (INE), la Konrad-Adenauer-Stiftung México (KAS), el Centro de Estudios Políticos y Sociales (Cepos), la Unión Social de Empresarios de México (USEM) y la Consultora Polilat. Su metodología, que se encuentra disponible para consulta pública, se fundamenta esencialmente en la utilización de indicadores y datos, así como en la participación de fuentes especializadas de cada región.
Crece calidad institucional
De acuerdo con el reporte, la dimensión Democracia en las Instituciones registró mejoras suficientes como para que Puebla abandonara las últimas posiciones del IDD Mex. En este rubro en particular, la entidad dejó de ocupar el último lugar a nivel nacional para llegar a la vigésima primera posición.
Esto quiere decir que la evaluación de la calidad del sistema institucional y político, así como los mecanismos de rendición de cuentas y la propia división de poderes, principalmente, mejoró conjuntamente en 85 por ciento, esto en comparación con lo analizado en 2022.
Lo anterior es relevante debido a que en los últimos ocho años Puebla se desempeñó como uno de los estados con mayor rezago en la materia de todo el país, por lo tanto, el resultado expuesto en el IDD Mex determinó el rompimiento de la tendencia descendente en la materia.
“En 2023 logra superar los 3 puntos (de los 10 máximos) y cambiar su categoría de desarrollo de mínimo a bajo. Es un gran desafío para Puebla consolidar una tendencia positiva y alcanzar una mayor calidad en sus instituciones”, determinó el informe.
A decir de Alonso Muñoz, es importante identificar la evidente mejoría del estado en este rubro. Sostuvo que el Índice destacó que la rendición de cuentas registró avances en comparación con 2022, esto debido a que en el primer año de gobierno de Céspedes Peregrina se mejoró el panorama democrático en el estado a partir de la apertura al diálogo interinstitucional.
Desde su perspectiva, en la administración actual se ha percibido un “cambio de tono” en el ejercicio gubernamental, lo que se tradujo como la oportunidad de llevar a cabo un ejercicio más libre y desinhibido de las libertades políticas y sociales, esto sin contar que se redujo la persecución estatal hacia activistas y periodistas, por ejemplo.
“Yo destaco que sí, y no siendo el único factor, sí es el factor central, porque me parece que la llegada del nuevo gobernante ha permitido un clima de mayor diálogo, colaboración y coordinación institucional, incluso interinstitucional, que ha permitido que Puebla tenga un mejor desempeño democrático”, consideró el catedrático.
Según el especialista, pese a que Puebla enfrenta rezagos institucionales relevantes, es pertinente reconocer que en 2023 el entorno político y social abandonó el estado de confrontación y rigidez que se estableció en el mandato de Barbosa Huerta.
“Hay que poner la lupa en la Democracia de las Instituciones, porque finalmente la entidad ha pasado por un momento de mayor estabilidad política, así lo acredita el mismo diagnóstico (...) No obstante de la estabilidad que se ha logrado a nivel institucional, y luego del fallecimiento del anterior gobernador, más allá del tono ríspido, confrontativo e impulsivo con el que el gobierno estatal manejaba la administración pública encabezada por Miguel Barbosa, me parece que el Estado poblano no ha podido superar los bajos niveles de desarrollo democrático que ha alcanzado desde que existe esta medición”, declaró Alonso Muñoz.
Vale la pena señalar que la entidad poblana se ha mantenido históricamente en las últimas posiciones en esta categoría. El año en que obtuvo las mediciones más altas fue en 2011, cuando registró un puntaje de seis, donde 10 era la calificación máxima.
Posteriormente, en 2019, Puebla alcanzó su mínimo histórico, y también fue evaluada como la entidad más rezagada en la dimensión Democracia de las Instituciones.
Aunque el estado ya no se identificó como uno de los territorios con “mínimo desarrollo”, es necesario indicar que se encuentra dentro de las entidades federativas con “bajo desarrollo” de sus instituciones.
En todo México, las cuatro entidades con el mejor desempeño en ese sentido fueron Baja California Sur, Quintana Roo, Yucatán y Tabasco; mientras que las peor evaluadas fueron Guerrero, Morelos, Veracruz y Michoacán.
Empeora cuidado de derechos políticos y civiles
En contraste al rubro anterior, la categoría que presentó incluso una regresión fue la de Democracia de la Ciudadanía, la cual evalúa las oportunidades y condiciones que ofrece un estado a su población para ejercer con plenitud sus derechos políticos y civiles, mismos que implican una participación socialmente activa en las decisiones públicas.
Los resultados del reciente informe evidenciaron que Puebla pasó del lugar décimo cuarto al décimo noveno, lo que implica un retroceso de cinco posiciones.
Según el IDD Mex, la involución de la entidad en ese sentido no se dio a raíz de que las condiciones sociales en el estado empeoraron, sino más bien ocurrió a partir de que otros gobiernos locales tuvieron evaluaciones más altas.
Dicho de otra manera, Puebla se mantuvo y, de hecho, tuvo un mejor desempeño en esa área –de 14.8 por ciento– respecto a 2022, sin embargo, no mejoró al mismo ritmo que lo hicieron otros estados. Por ese motivo, mientras otros gobiernos obtuvieron mejores resultados, la entidad poblana descendió en la clasificación.
El informe también expuso que en Puebla se incrementó la adhesión política de la ciudadanía. De forma opuesta también creció el condicionamiento de las libertades políticas y civiles por la inseguridad.
Del mismo modo, se reveló que la participación equitativa de mujeres y hombres en las funciones gubernamentales es todavía un rezago importante para el Estado poblano en sus diferentes niveles.
Retos son democracia social y económica
En relación a las dimensiones Democracia Económica y Democracia Social, destacó que las mejoras fueron similares. En el primer caso la movilidad del estado fue de cuatro posiciones, mientras que en el segundo fue de dos lugares únicamente.
A pesar de que la Democracia Económica obtuvo mejoras en su desempeño, el IDD Mex reveló que el estado se mantiene dentro de los lugares más bajos del país. Inclusive lo calificó como uno de los territorios con “mínimo desarrollo” en ese sentido.
Sobre el tema, Flores Sánchez consideró que es necesario que la entidad poblana fortalezca su capacidad de recaudación, pues enfatizó que el reporte acentuó la dependencia que existe del presupuesto federal.
La investigadora del Tec de Monterrey Campus Puebla consideró que la legislación en materia fiscal debe reformarse en el futuro cercano, ya que la planeación de los ingresos derivará en un ejercicio más eficiente de los recursos para el fortalecimiento de la democracia, entre otros aspectos.
“También se podrían impulsar políticas públicas en materia de inversión y en materia de infraestructura de formación de capital fijo, eso podría también favorecer evidentemente la Democracia Económica”, expuso la académica.
Respecto a las libertades sociales, Puebla mejoró en comparación con el año anterior. No obstante, Alonso Muñoz explicó que el cambio fue menor que en otras entidades del país, por lo que su cambio en la clasificación no fue tan alto. Sin embargo, compartió que esta ha sido una condición generalizada en el país y el estado desde el inicio de las mediciones en 2010.
En ese tenor, el IDD Mex condujo una serie de recomendaciones generales para el Estado poblano. Entre ellas destacan fortalecer el cuidado a los derechos políticos y civiles de la población, establecer más políticas de participación ciudadana, incentivar la inversión, promover la democratización de los partidos políticos y trabajar por mayor inclusión de las poblaciones indígenas.
Por otra parte, se incluyó robustecer el combate a la inseguridad y la corrupción, implementar más instrumentos de transparencia y fiscalización gubernamental, además de sistematizar y atender las demandas de las poblaciones excluidas.
Del mismo modo se planteó profundizar la lucha contra la pobreza y mejorar la recaudación fiscal local para reducir la dependencia de la Federación.
A manera de conclusión, Flores Sánchez señaló que una de las áreas de oportunidad más grandes para el Estado poblano es garantizar la equidad de género en la toma de decisiones.
“En este proceso electoral es importante analizar en qué espacios podemos observar la equidad de género. Evidentemente en la participación política, pero también analizar si se cumplen o no los principios de paridad en el Poder Legislativo y en el ámbito local en los distintos ayuntamientos”, consideró la catedrática.
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En ese tenor, Alonso Muñoz destacó que los resultados del IDD Mex deben tomarse en cuenta por los candidatos a la gubernatura del estado, pues el informe es una radiografía con alta precisión de lo que actualmente ocurre en Puebla.
“Las candidaturas a la gubernatura tendrían que poner especial atención en las oportunidades de mejora que plantea el Índice, y asumir con criterio, incluso con autocrítica en algunos casos donde no se ha logrado avanzar como se había esperado, y cómo podría ser el estado, en el entendido de que hay otras entidades que sí han logrado mejorar”, concluyó el profesor.
