El estado de Puebla tiene registradas a 20 personas de origen indígena que están desaparecidas, de esta cifra, 13 son hombres y el resto mujeres, así lo informó Luis Javier Cervantes, titular de la Comisión de Búsqueda de Personas, quien aceptó que algunos de los casos, tiene que ver con la defensa de la tierra. Desde su óptica, las autoridades deben de manejar este tipo de casos con un “trato diferencial” por la discriminación histórica que viven, por el idioma y su contexto.
En el foro “Acciones de visibilización para atender la tortura y la desaparición forzada en la población indígena”, que se llevó a cabo en la Universidad Iberoamericana campus Puebla, el comisionado recordó que Puebla tiene una composición pluricultural y multi lingüística, sustentada originalmente en sus pueblos y comunidades. Por ello, es fundamental que exista un trato diferencial y especializado es sus casos.
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No obstante, aceptó que no todos los servidores públicos trabajan bajo estos principios con las víctimas y que aún existen varios retos a los que se enfrentan como Comisión de Búsqueda. Ejemplificó con la reducción de la cifra negra que hay en los reportes de personas desaparecidas pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas del territorio poblano.
También cree que se deben de fortalecer las acciones sustantivas en materia de búsqueda, localización e identificación de personas desaparecidas o no localizadas de estos grupos y, por último, promover y respetar los enfoques pluriculturales que se mencionaron anteriormente.
En la entidad poblana, son 20 indígenas los que están desaparecidos y de este número, 17 hablaban náhuatl en el momento de su desaparición, uno otomí, otro totonaco y uno más mazateco. Cervantes no detalló caso por caso, pero admitió que algunos estuvieron relacionados con la defensa de la tierra, el agua y hasta el “fracking”.
“En el estado de Puebla (…) y lamentablemente hasta la fecha, hay temas de desplazamientos de comunidades que se están extinguiendo o se han extinguido al pasar de los años por actividades comerciales que tienen que ver con la incorporación de nuestro país al tratado de libre comercio (…) se desplaza gente, se rebasan árboles, se quitan cultivos (…) ahí viene la defensa de la tierra”, agregó.
Al preguntarle la temporalidad de estos 20 casos, indicó que la Comisión de Búsqueda se instaló en el 2019, pero si hay conocimiento de que varios ocurrieron antes de esta fecha, como el de Tomás Pérez Francisco, un indígena totonaco desaparecido desde 1990 y que, a 34 años de su desaparición, las investigaciones de búsqueda empezaron apenas hace un año.
“Como Comisión más allá de la temporalidad, queremos ser conscientes del contexto en el que se dan las desapariciones. En el tema de Tomás, somos muy conscientes del por qué y cómo fue que se construyó todo lo que a la fecha es un asunto que no podemos resolver”, declaró.
Sergio Rivera, Tomás Pérez y Alexis Sánchez tienen algo en común: los tres son indígenas que desaparecieron en Puebla
En el foro también estuvo presente la fundadora del Colectivo Voz de los Desaparecidos, María Luisa Núñez Barojas, quien comentó que la traducción del idioma, el origen, la vergüenza y la discriminación, son algunos de los retos a los que se enfrentan los familiares de personas indígenas que fueron desparecidos.
Núñez Barojas expuso tres casos de desaparecidos indígenas. El primero fue el de Sergio Rivera Hernández, defensor de la tierra que estaba en contra de la hidroeléctrica Coyolapa-Atzala. Recordó que este caso fue el primero en México en llegar a un juicio por el tema de desaparición cometida por particulares, sin embargo, los tres implicados ya están en libertad y se desconoce el paradero de Sergio.
El segundo tiene que ver con Tomás Pérez Francisco, un defensor de la tierra en el municipio indígena de Pantepec que desapareció en mayo del año 1990. Alrededor del año 1989 la comunidad fue quemada cuando ingresó la policía judicial del estado y las guardias blancas (brazo armado de los ganaderos). Los pobladores tuvieron que huir para salvar sus vidas y los indígenas se organizaron para defender su hogar.
Por último, el caso de Alexis Sánchez Cabanzo, quien desapareció a los tres años de edad en una escuela de Ízhuapa, comunidad de la Sierra Negra de Puebla. Hasta el momento, se desconoce su paradero. Este último caso, sirvió de ejemplo para que las autoridades apliquen un trato diferencial, ya que al ser indígenas y no hablar el idioma, se hizo una problemática social y ahora los pobladores, excluyen a la familia de Alexis.
Para María Luisa, hablar de las desapariciones de personas es un tema complejo, pero abordar las desapariciones de indígenas, es aun más, ya que se enfrentan a la escasa participación de servidores que saben lenguas indígenas, a la discriminación que viven por parte de las autoridades y dificultad para acceder a la justicia.
Ante este contexto, solicitó a las autoridades sensibilización, así como mecanismos idóneos para que la búsqueda de sus familiares pueda ser más fácil, sin vulnerarlos y sin revictimizarlos.