La elaboración de los ramilletes de palma son toda una tradición en Santa María Tonantzintla. En esta comunidad de San Andrés Cholula el fervor católico se vive en Semana Santa, donde decenas de familias hacen posible que su iglesia tenga un decorativo, por demás distintivo al resto de los inmuebles de esta índole en la entidad poblana.
Esta tradición, suma al menos un par de siglos que se realiza en los tres barrios de esta junta auxiliar, donde cada uno aporta cuatro ramilletes, que a su decir, cada uno representa un apóstol de los 12 que acompañaron a Jesús.
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En las casas de los “mandones” que fueron los responsables de organizar esta fiesta, no sólo llegaron voluntarios para realizar las palmas, sino también aquellos que cortaron las ramas de los árboles de ocote para dar vida a los adornos que alcanzan alturas de más de 3 metros.
En un ambiente, donde la música de viento se escuchó y donde también prevaleció un brindis, los participantes, desde niños hasta personas adultas hicieron aportaciones para revivir, por un año más, la tradición.
Algunos formaron el ramillete con las ramas de ocotes, mientras otros elaboraron las palmas que fueron colocadas a manera de adorno.
En el barrio de San Pedro, de Santa María Tonantzintla, el “mandón” permitió ver parte de esta costumbre, ya que en su casa fue la elaboración.
A este festejo, que fue emotivo, pero también armonioso, se sumó una comilona ofrecida a los asistentes.
“Es una de nuestras tradiciones realizar estos adornos que dan identidad a nuestras tradiciones y el barrio de San Pedro está presente”, coincidieron familias de esta zona.
Es importante decir que los barrios involucrados, después de concluir las ramilletes, éstos fueron llevados a la iglesia de Santa María Tonantzintla, considerada como una de las más bellas de Puebla, para reforzar el decorado colocado en Semana Santa, donde destacan los pasillos de ocote y otros detalles naturales.