Puebla será sede del Encuentro Nacional de luchas contra Gasoductos y Proyectos de Muerte, desde donde pueblos unidos e indígenas de diferentes entidades del país, rechazarán el sistema neoliberal que impulsa el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza la cuarta “traición”, por apoyar este tipo de obras.
En rueda de prensa, integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, así como del Movimiento Agrario Zapatista y del Consejo Nacional Indígena, dijeron que este sábado y domingo, la Casa Altepelmecalli, -anteriormente las instalaciones de la empresa Bonafont en Santa María Zacatepec, comunidad de Juan Crisóstomo Bonilla-, coincidieron en que en este foro, también refrendarán su postura de oposición al Tren Maya, Gasoducto Integral Morelos y el Corredor Interoceánico, los cuales traerán graves afectaciones a la población, porque tienen muchas objetivos dolosos, entre ellos controlar las fronteras y frenar la migración en apoyo de Estados Unidos, así como el despojo de tierras.
Al igual, dijeron que en una sola voz, reprobarán el decreto presidencial que califica como “terrorismo” a los pueblos organizados en México, porque ahora a iniciativa del Ejecutivo nacional, las empresas de los “proyectos de muerte” podrán continuarlos y hasta un año después, evaluar si dañan o no a la población.
Juan Carlos Flores, uno de los activistas, ante medios de comunicación, informó que ante dicho Decreto violatorio de la propia Ley, se interpusieron varios amparos, de los cuales uno de ellos, emitió una resolución favorable para las comunidades indígenas, porque el juez del Segundo Distrito en Materia Administrativa, concedió la suspensión provisional y de esa manera exista la información correspondiente, pero sobretodo sean consultados los habitantes.
En tanto, Miguel López Vega, un habitante de Santa María Zacatepec, dio a conocer que la intención de este foro es ventilar el rechazo a las acciones neoliberales del gobierno federal, porque dicho decreto difundido en noviembre del año pasado, da la categoría de “terroristas” a quienes defienden el agua y la tierra.