Ante la preocupación por la violencia hacia las mujeres y la falta de respuesta por parte de las autoridades a esta problemática, el 14 de octubre se llevará a cabo en Puebla la octava edición de la “Marcha de las Putas”, que se realizará de El Gallito al Zócalo a partir del mediodía.
El movimiento nació en Canadá en 2011, el nombre surgió por un policía que argumentó que “si las mujeres no querían ser violadas deberían dejar de vestirse como putas”, sin embargo, a lo largo de los años se ha desvirtuado el sentido y la marcha, incluso en los medios de comunicación, se ha manejado como una manifestación de sexoservidoras y con otros encabezados fuera del propósito.
En Puebla, explicó Gabriela Cortés, integrante de la organización El Taller Centro de Sensibilización y Educación Humana, la primera marcha inició denunciando el acoso hacia las mujeres y en ocho años el movimiento ha crecido al grado de que se suman madres de víctimas de feminicidio y hay diversidad sexual.
Ruby Cervantes y Mónica Ponce, integrantes del movimiento, añadieron que buscan que las autoridades entrantes den una respuesta a la sociedad ante los actos de violencia, toda vez que aseguraron que los ataques en contra de las mujeres van en aumento.
Dieron a conocer que de acuerdo con datos del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr) entre 2013 y 2018 alrededor de 405 mujeres fueron víctimas de feminicidio, de cuyos casos solo ha habido un sentenciado.
Por lo anterior hicieron un llamado a las autoridades para tomar en cuenta la activación de la Alerta de Género como una muestra del interés para combatir la violencia hacia las mujeres, toda vez que acusaron que la respuesta de los gobernantes a esta solicitud desde 2016 ha sido nula y por el contrario han querido minimizar la situación.
“Reconocemos la diversidad de mujeres así como las diferentes formas de violencia ejercida hacia nosotras, por edad, por razas, por etnia, por orientación e identidad sexual. Estamos ante un estado que no nos reconocen en la diferencia; la ciudad y las leyes no están pensadas para nosotras, nos invisibiliza, nos discrimina, nos segrega”, lamentaron.