Después de que se diera a conocer la cancelación de operaciones, el resguardo e investigación de presunto robo de hidrocarburo, la empresa Gas de Oriente informó que pueden demostrar la procedencia lícita de su producto, pero que no se hacen responsable de lo que realicen los proveedores independientes.
A través de un comunicado de prensa, la compañía rechazó anomalías y avaló el operativo del pasado 14 de agosto de 2020 que estuvo a cargo de la Guardia Nacional y Fiscalía General de la República (FGR).
El Sol de Puebla publicó que por tras el operativo se inició la carpeta de investigación (CDI) número 0000056/2020 radicada en la Unidad Especializada en Investigación de Asalto y Robo de Vehículos (UEIARV), cuya línea de averiguación es el presunto robo de hidrocarburos.
“Apoyamos la realización de operativos de las autoridades para verificar el origen y destino del Gas L.P que se comercializa en el Estado, sin duda alguna el compromiso que se tiene es de transparentar todo el proceso de comercialización”, respondió la empresa al referir que colaboraran con las autoridades.
Asimismo, Gas Oriente aclaró que tiene un control sobre el producto que es despachado tanto a las distribuidoras de la empresa como a los proveedores independientes, sin embargo, con este último segmento no se puede tener ningún tipo de control después de que sale de las instalaciones de la planta.
“Es decir, no somos responsables de su forma de actuar”, sentencia sobre los proveedores independientes.
“Todo el gas, el 100 por ciento del mismo, que se vende en esta planta de distribución podemos demostrar la procedencia en su totalidad y no hay duda alguna sobre el origen de todo el producto (nacional y de importación) que tiene como origen este punto de venta”, insiste el oficio.
La empresa aclara que, como consecuencia de la apertura del mercado de distribución de gas LP, hay “elementos maliciosos que usurpan las marcas que trabajan de manera formal en la atención directa al cliente”, no obstante, de ninguna manera Gas Oriente –con 65 años en el mercado– está a favor de este tipo de prácticas que implican un “incremento irracional en el riesgo en una industria que necesita formalidad y seguridad”.