Después de que el gobernador del estado, Miguel Barbosa Huerta informó que Flor del Bosque será declarado área natural protegida, los Defensores del Último Pulmón de Puebla realizaron un recorrido por el bosque de encinos para reconocer los problemas que enfrenta la zona.
Miguel Barbosa expresó hace una semana que el bosque de encinos sería rectificado como un área natural protegida mediante un decreto emitido desde el Ejecutivo, en el que no se descarta la expropiación de algunos terrenos que hayan puesto en riesgo el equilibrio del lugar.
“Estamos también estudiando la posibilidad de expropiar tierras que estén en riesgo de ser afectadas, es un proceso más largo todavía, por lo que vamos a iniciar es por una declaratoria de reserva ecológica en toda esa zona rica en medio ambiente, en flora, en fauna, bosques. No la vamos a perder”, dijo.
Por su parte, la activista ambiental, Pame Tajonar expresó que los títulos de propiedad del área natural fueron otorgados y repartidos a lo largo de los años, lo que dificultó la localización de los dueños de las tierras, así como a los empresarios que planeaban desarrollar zonas habitacionales y comerciales.
En ese sentido, comentó que se han identificado a distintos propietarios, de forma que la probabilidad de que se haya hecho la repartición de tierras es muy alta; por lo que ahora debería haber un número alto de personas con los derechos “legales” de los terrenos.
Pame Tajonar reiteró su aprobación con respecto a las declaraciones del gobernador sobre proteger Flor del Bosque, aunque sea necesario expropiar las tierras en beneficio de los poblanos, a la vez que insistió en que mantendrán la vigilancia del cumplimiento de dicha promesa.
Los Defensores del Último Pulmón de Puebla rechazaron saber quién es el responsable directo de la depredación en el bosque de encinos, señalaron presenciar que los vecinos de fraccionamientos aledaños al área natural se han acercado para talar los árboles y aprovecharlos como leña.
Dentro del área que comprende Flor del Bosque se encuentran caminos de piedra creados recientemente y árboles marcados con números para delimitar los lotes que se planeaban para un nuevo proyecto inmobiliario.
Tras una caminata de 20 minutos adentrándose en el bosque a un costado del Periférico Ecológico de la capital poblana, la intervención humana se hace presente con la separación de los encinos que rodean un camino construido hace varios años, donde una máquina excavadora inundó de tierra lo que solía ser una corriente de agua.
Los árboles a los costados del camino fueron marcados con tarjetas enumeradas engrapadas a sus troncos, mismas que los defensores de Flor del Bosque retiraron para demostrar su rechazo a cualquier proyecto que atente contra el área natural.
Señalaron que durante las excavaciones de las empresas inmobiliarias se encontraron restos humanos que fueron llevados al Museo Regional de Puebla. En el sendero se pueden observar restos de tepalcates tallados, con colores y formas, vestigios claros de que poblaciones prehispánicas ocuparon este bosque como residencia hace miles de años.
Gustavo Juárez agregó que, para formar las calles del proyecto inmobiliario puesto en marcha hace años, se recortó una estructura piramidal por la mitad, es por esa razón que las paredes a los lados del camino están formadas por cúmulos de distintos tipos rocas, así como se aprecia la separación de basamento.
El biólogo, Edgar adelantó que buscarán determinar cuánto dióxido de carbono captura el bosque de encinos, así como cuánto oxígenos emite de regreso. Señaló que tras sus estudios de la zona se identificó que por cada transecto hay más de 60 árboles, a la vez que la FAO cuenta 40 árboles por transecto para determinar una zona como bosque denso.
Después de dos horas de caminata hacia la zona más alta del terreno boscoso la densidad de los árboles que cubren el terreno desaparece por más de 20 metros de ancho y kilómetros de largo donde una excavadora y aplanadora transitaron hace cuatro años para formar lotes, dañando la tierra al punto de imposibilitar la reforestación natural del lugar.
A lo largo de todo el camino se observan árboles marcados con colores brillantes, huellas de máquinas pesadas sobre la tierra y postes pintados clavados al suelo para delimitar los espacios que formarían parte del nuevo proyecto de alguna de las empresas que se empeñan en ocupar el área natural a nombre del “progreso”.
Los Defensores del Último Pulmón de Puebla recordaron que la permanencia y cuidado de Flor del Bosque es un beneficio para millones de personas que habitan las tres ciudades que rodean el área natural, pues su valor es amplio en el medio ambiente de Puebla.