En Santa Rita Tlahuapan, existe un lugar que parece transportarte a otro mundo, donde el aire se llena de una fragancia envolvente: la lavanda. Al cruzar su entrada, el aroma fresco y calmante de esta flor te rodea, creando una atmósfera de tranquilidad que parece disipar todas las preocupaciones. Mientras caminas entre los campos de flores moradas, vibrantes y llenas de vida, el susurro del viento intensifica la experiencia sensorial, llevando la esencia de la lavanda a cada rincón.
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Este espacio es el Rancho San Martín, un lugar que, desde hace más de 30 años, se dedica a la producción de plantas y, desde 2011, a la destilación de esencias naturales. Convertido en la primera destilería del país capaz de extraer aceites de plantas, frutos y árboles para su comercialización, el rancho ha generado empleo directo para 20 familias locales, contribuyendo al desarrollo económico de la región.
Hoy, a pesar de que el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) no reporta cultivos de lavanda en el estado de Puebla, técnicos de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) han comenzado a identificar parcelas en todo el territorio poblano, vislumbrando el potencial de la lavanda no solo como una planta ornamental, sino como un producto con múltiples beneficios en la salud y en la alimentación.
Luis Antonio Santos Martínez, es el encargado de dar la bienvenida al Rancho San Martín, compartió con entusiasmo la importancia de la lavanda en Santa Rita, un municipio de Puebla que ha encontrado en esta planta un cultivo emblemático. Originaria de la región mediterránea, la lavanda ha sido cultivada desde hace miles de años y ha sido apreciada tanto por su fragancia como por sus propiedades medicinales. Su nombre proviene del latín lavare, que significa "lavar", en referencia a su uso histórico en baños y como desinfectante natural.
La lavanda es originaria de zonas del sur de Europa, como el sur de Francia, España, Italia, el Cáucaso y Bulgaria, donde crece de manera natural en terrenos áridos y soleados. Cultivada por los romanos y griegos por sus beneficios para la salud y el bienestar, la lavanda se ha extendido por todo el mundo a lo largo de los siglos, adaptándose a diversas condiciones climáticas.
En Puebla, esta planta ha encontrado un lugar ideal para crecer, destacándose en el Rancho San Martín, donde se cultiva con gran dedicación. En este lugar, se cultivan tres parcelas dedicadas a la lavanda, que albergan un total de ocho especies diferentes. Entre ellas se encuentran:
Provence, esta variedad es mundialmente conocida por su aroma suave y sus propiedades comestibles. Se usa comúnmente en la cocina para dar un toque floral a distintos platillos; la lavanda española, una variedad ornamental que destaca por su color vibrante y su resistencia al clima; La rosita, una planta común en el ámbito botánico, con una fragancia suave y características ornamentales.
La Folgate, apreciada por su capacidad para producir una fragancia duradera y su resistencia a la sequía. Es fácil de cuidar, lo que la convierte en una opción popular entre los jardineros; lavanda francesa, la variedad más conocida en Puebla, utilizada principalmente como planta ornamental en jardines y fraccionamientos.
La lavandula angustifolia (lavanda inglesa), muy valorada en la industria de la belleza por sus propiedades calmantes, antibacterianas e hidratantes. Así como la Royal Velvet y Royal Purple, recientemente introducidas en el rancho, estas variedades son apreciadas por su color morado intenso y su atractivo visual. Además, son excelentes para atraer polinizadores y son muy útiles para la producción de aceites esenciales.
El proceso de cultivo: cuidado y paciencia en cada etapa
El cultivo de lavanda en Rancho San Martín es un proceso que exige tiempo, dedicación y atención a cada detalle. Todo comienza con la selección de las plantas madre, que deben ser saludables y de buena calidad. Una vez elegidas, los esquejes se toman a finales de la primavera o principios de verano, cuando la planta está en pleno crecimiento.
Para obtener los esquejes, se cortan brotes semi-maduros de unos 10 a 15 centímetros de largo, asegurándose de eliminar las hojas inferiores para evitar que se pudran al estar en contacto con el sustrato. Estos esquejes se colocan en invernaderos donde se les proporciona un ambiente controlado con sustratos ligeros y aireados, como una mezcla de perlita y turba, que favorece la formación de raíces.
El proceso de enraizado requiere atención constante. Los esquejes se deben mantener en un entorno con luz indirecta, ya que la exposición directa al sol puede deshidratarlos. A medida que las plantas crecen, se trasplantan al exterior, donde se les cuida para asegurar que reciban la cantidad adecuada de agua, luz y drenaje.
Esto último lo compartió Venustiano Nájera, quien lleva trabajando 30 años en el rancho. Comentó que la lavanda es una planta muy resistente, pero que en sus primeros meses necesita un cuidado especial. Además, subrayó que la poda es fundamental para mantener la planta saludable, ya que fomenta el crecimiento y previene que se vuelva leñosa.
En su opinión, la lavanda es considerada una planta noble debido a su resistencia y capacidad de adaptación a diversos climas y suelos. Venustiano explica que, una vez establecida, la planta no requiere cuidados intensivos, lo que la hace ideal tanto para jardines domésticos como para cultivos comerciales.
La lavanda no es sólo de ornato, tiene innumerables usos y beneficios
Gracias a todo lo anterior, el rancho cuenta con una cafetería en donde ofrecen diversos productos relacionados con la lavanda. Hay té de lavanda, chocolate con lavanda, latte con lavanda, limonada con lavanda, panqué con lavanda, paletas de nieve con lavanda, lavanda con limón y hasta lavanda con tequila.
De igual modo, cuentan con una tienda en donde hay manualidades con lavanda como peluches con olor a lavanda, cubrebocas de tela con planta de lavanda en su interior, diferentes aceites, velas, aromatizantes, antibacteriales, y en últimos años le han apostado a una línea de belleza.
Dora Luz Ramírez Aguilar lleva 16 años trabajando en el rancho y ella es la encargada de la tienda, comentó que, en el ámbito medicinal, la lavanda se utiliza principalmente por sus propiedades calmantes y analgésicas. El aceite esencial de lavanda es ampliamente reconocido por su capacidad para reducir la ansiedad, el estrés y mejorar el estado de ánimo.
Se ha demostrado que su aroma tiene efectos sedantes sobre el sistema nervioso, ayudando a mejorar el sueño y a aliviar los síntomas de insomnio. Sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas hacen que sea útil en el tratamiento de afecciones de la piel, como quemaduras menores, picaduras de insectos o acné.
La lavanda también se emplea en masajes terapéuticos para aliviar dolores musculares y de cabeza, incluso para disminuir la tensión en los músculos del cuello y los hombros, en Rancho San Martín ya ofrecen este servicio con previa cita. Asimismo, en la medicina tradicional, la lavanda se ha usado para calmar dolores digestivos, como cólicos o gases, y también como un remedio para aliviar resfriados y tos.
Teniendo este contexto, se lanzó la “línea spa”, en donde podrán encontrar shampoo, enjuague, cremas, bases de maquillaje, bálsamo para pies, faciales, exfoliantes, jabones, kits de viaje, lociones repelentes de insectos, spray para blancos, sales para baño, entre otros muchos artículos.
Ramírez agregó que varios estudios científicos han respaldado muchos de estos usos tradicionales, reconociendo el potencial de la lavanda como un remedio natural para el bienestar físico y emocional. Así, la lavanda no solo es apreciada por su belleza estética, sino también como una herramienta terapéutica accesible.
Aceite esencial de lavanda: un proceso artesanal
El proceso de extracción del aceite esencial de lavanda se realiza a través de la destilación al vapor, un método que permite obtener una esencia pura y concentrada. Delfino Nájera, con 17 años de experiencia en el rancho, es el encargado de este proceso. Las flores de lavanda se colocan en un alambique, donde el vapor genera presión que hace que el aceite se libere de las células de la flor. Luego, el vapor y el aceite se pasan por un túnel de enfriamiento, donde el aceite se separa del agua condensada.
Este aceite esencial es almacenado en botellas oscuras para preservarlo de la luz, lo que ayuda a mantener su calidad. Delfino destaca que la lavanda tiene un gran valor económico y ambiental, ya que es una planta resistente que requiere pocos recursos para crecer, lo que la convierte en una excelente opción para diversificar la producción agrícola, especialmente en zonas con climas como el de Santa Rita.
Aunque la Secretaría de Desarrollo Rural de Puebla aún no tiene cifras oficiales sobre el cultivo de lavanda en la región, han identificado varias parcelas durante sus recorridos de campo. Esta planta, con su creciente demanda en mercados nacionales e internacionales, se perfila como una fuente significativa de ingresos para los productores, no sólo locales, sino de todo el territorio poblano.
El Rancho San Martín se encuentra en la carretera federal México-Puebla, en el kilómetro 53.75, en Santa Rita Tlahuapan. Para obtener más información o realizar una visita, pueden comunicarse al teléfono 55 4026 4613 o al correo electrónico manuel.cossio@yahoo.com.