En traje de baño, con pelotas y salvavidas cientos de poblanos, principalmente los más pequeños de las familias, se divirtieron y refrescaron en el lago de cristal, arenero y juegos infantiles del Parque Amalucan.
Aún no comenzaba el horario oficial de acceso al cuerpo de agua, marcado a las 11:00 horas, cuando varios poblanos ya se alistaban para disfrutar de él, instalándose en algún lugar con sombra, colocando bloqueador solar a los hijos y sobrinos y alentándolos posteriormente a zambullirse.
Nataly, de 3 años de edad, y Ashlyn, de 4, fueron de las primeras pequeñas en sumergirse en el lago de cristal, quienes cumplieron con el requisito de vestir traje de baño y luego, entusiasmadas, se internaron a la que ellas consideraron como una playa en plena ciudad.
Ambas supieron hace algunos días del lago de cristal. Nataly porque es vecina del Parque Amalucan y Ashlyn porque, junto con su familia, solía visitar el área verde cada fin de semana. A decir de sus mamás, Erika y Laura, respectivamente, estaban ansiosas por mojarse en él: “¿ya me vas a llevar a la playa?, ¿ya vamos a ir?, me decía y me decía”, recuerda la primera de ellas.
La emoción de Ashlyn la llevaba una y otra vez a entrar y salir del agua, jugando a la pelota con su hermano y sus padres, como un pretexto para zambullirse confiadamente, aunque no sabe nadar y sufrió un resbalón que la espantó por algunos segundos.
Según Laura Conde, mamá de Ashlyn, quien junto con su esposo Salvador y su hijo mayor, Eduardo, solían caminar frecuentemente por aquí, el Parque Amalucan en el que el Gobierno del Estado invirtió 324 millones de pesos fue un atino, pues antes parecía descuidado: “nosotros vimos la maquinaria, la transformación. Y la verdad es que superó mis expectativas, ahora da más confianza venir, (porque) antes estaba muy solitario”, abundó.
Para los papás el lago de cristal del Parque Amalucan se convirtió en un sitio de reunión para toda la familia, pues no faltaron los abuelos, hermanos, tíos o sobrinos que se citaron alrededor para pasar un rato agradable compartiendo botanas y algunas bebidas.
ARENERO Y CABALLOS, OTROS ATRACTIVOS
Ángel, otro de los pequeños vecinos de la zona de 10 años de edad, fue con sus tíos simplemente con la intención de reconocer el cerro en el que meses atrás solían caminar. No iba preparado para sumergirse en el agua; sin embargo, la falta de traje de baño no fue impedimento para que se divirtiera por un momento.
Y es que, igual que como le gustaría hacerlo en la playa, Ángel enterró sus piernas en la arena y jugó con ella por un largo rato, pensando en que para su próxima visita podría llevar algunas herramientas para incentivar la diversión.
De hecho, agregó, pediría a sus abuelos que este domingo lo lleven nuevamente, ahora sí listo con traje de baño para que, además de jugar en el arenero, pueda zambullirse en el agua.
Cuando parecía que se había terminado el asombro, porque sus tíos le dijeron que era hora de volver a casa, la Policía Montada de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) hizo su aparición y sus imponentes equinos llamaron la atención de pequeños y adultos.
Decenas de personas se acercaron para acariciar a los caballos, algunos pequeños incluso se olvidaron del agua por algunos minutos y permanecieron sorprendidos viendo a estos elegantes animales.
YA HAY REGLAMENTOS A LA VISTA
Es importante agregar que personal de la Secretaría de Infraestructura, Movilidad y Transportes (SIMT) colocó la mañana de ayer los reglamentos por áreas en el Parque Amalucan, de los que resaltan los horarios, la restricción para el consumo de bebidas alcohólicas y drogas, para encender fogatas, respetar las áreas de prohibición de ingreso de mascotas y, para el caso del lago de cristal, usar preferentemente traje de baño, no internarse con zapatos, pañales ni alimentos o bebidas, observar permanentemente a los menores y atender las indicaciones del personal de seguridad del lugar.