Juan Dabdoub del Consejo Mexicano de la Familia consideró que las relaciones entre personas del mismo sexo no son bienes de interés público, de forma que no se deben legalizar ni imponer el tema en la agenda jurídica.
Rechazó que se realicen consultas a la ciudadanía para determinar si las personas del mismo sexo tienen derecho a contraer nupcias, pues dijo que “las consultas populares en el tema no son válidas, porque la verdad no es democrática”.
El “activista por la familia” expresó que no existen actos de discriminación a las personas de la comunidad LGBTI, pues el término etimológico de la palabra incluye que éstos sucedan entre iguales y “las personas homosexuales no lo son”.
Además, refutó que la legalización del matrimonio igualitario no es la forma correcta para detener los actos violatorios a los derechos humanos, “tenemos que buscar otro mecanismo, pero ese no es el camino”, dijo.
Por otra parte, mencionó que las mujeres feministas radicales “se sienten liberales porque ya se comportan como hombres”, pues han buscado parecerse al otro sexo al grado de querer realizarse abortos en cualquier momento de su gestación.
En la conferencia virtual para la presentación del libro: Intento global para redefinir a la familia, Bernardo Galeazzi Oviedo comentó que la posición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para legalizar el aborto, los matrimonios igualitarios y diversas formas de anticonceptivos son equivocadas.
Agregó que las palabras del Papa Francisco a favor del matrimonio igualitario cambiaron la perspectiva que tenía en cuanto a la no legislación, por lo que ahora se pronuncia a favor de que la ley sea modificada para lograrlo.
En respuesta, Juan Dabdoub se opuso a la legalización diciendo que las personas tienen derecho a actuar conforme su orientación siempre y cuando estén en la intimidad y “si haces una ley ya lo sacaste de la intimidad”.
Destacó la postura del diputado local, Oswaldo Jiménez respecto a que los derechos de las parejas homosexuales a casarse no deben estar por encima de la integridad de las familias, pues la unión matrimonial es, “naturalmente”, entre un hombre y una mujer.