¿Cómo sería el escenario ideal para el Centro Histórico de Puebla? Esta es una pregunta que genera diversas respuestas, dependiendo de a quién se consulte y de las iniciativas que se han impulsado en los últimos años. Para activistas en movilidad, comerciantes establecidos, Las Chicas de la 14 A.C., y arquitectos, el corazón de la ciudad podría transformarse en un lugar más armonioso si se llevara a cabo un reordenamiento integral que incluyera todas las voces involucradas.
➡️ Únete al canal de El Sol de Puebla en WhatsApp para no perderte la información más importante
Entre las propuestas destacadas se encuentran reconocer y aceptar el trabajo sexual, mercados rodantes para instalar a los ambulantes, reubicación de las rutas de transporte público fuera del centro, más calles peatonales, continuidad del programa de parquímetros y conservación de las casonas históricas.
Este 20 de noviembre, el regidor Gabriel Biestro Medinilla anunció que el Centro Histórico de Puebla será objeto de un reordenamiento que incluirá a todos los sectores que operan en la zona, con especial atención a los ambulantes y las trabajadoras sexuales.
Biestro aseguró que este proceso se llevará a cabo mediante el diálogo. Sin embargo, varios actores clave del proceso, manifestaron no haber sido consultados, incluso algunos desconocían por completo el anuncio.
Mariela González, líder de Las Chicas de la 14 A.C., expresó su sorpresa al enterarse del reordenamiento a través de los medios de comunicación. González señaló que no ha recibido información oficial sobre el proyecto y planea reunirse con los regidores para obtener más detalles sobre los planes y su posible impacto en las trabajadoras sexuales.
Chicas de la 14 no quieren reordenamiento, solo reconocimiento
Al preguntarle sobre el escenario ideal para el trabajo sexual en el núcleo de la ciudad, González fue clara:
Nosotras solo pedimos que nos dejen trabajar en el espacio que ya tenemos y que se reconozca nuestro trabajo declaró a El Sol de Puebla.
Destacó la necesidad de avanzar en el reconocimiento formal del trabajo sexual, subrayando que, si el bienestar de las trabajadoras sexuales es una prioridad para las autoridades, deberían eliminar las normativas que las criminalizan.
Actualmente, el trabajo sexual se considera una "falta administrativa" según el artículo 209 del COREMUN, lo que implica sanciones como amonestaciones, multas o arrestos. Este artículo califica la prostitución como una actividad que "afecta la moral", lo que contribuye a la estigmatización de las trabajadoras sexuales.
Para González, esta normativa es discriminatoria y la solución, desde su óptica, es reconocer el trabajo sexual como una ocupación legítima, que debe ser tratada con los mismos derechos y garantías que cualquier otra actividad laboral.
Esto incluye la eliminación de la criminalización, el acceso a derechos laborales, la salud y la creación de espacios seguros para que las trabajadoras puedan desempeñar su labor sin miedo a ser víctimas de violencia.
Comerciantes piden espacios dignos y un plan integral para el Centro Histórico
José Juan Ayala, líder de los comerciantes fijos del Centro Histórico, confirmó que, hasta el momento, no han existido reuniones de trabajo con las nuevas autoridades para este presunto reordenamiento. En su opinión, al ser Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, este espacio merece respeto y una intervención profunda.
Si bien, considera que todos los ciudadanos merecen recibir ingresos de forma digna, cree que tiene que ser de manera leal y bajo las mismas condiciones. Para él, el reordenamiento debe ser un trabajo bien pensado y analizado, tomando en cuenta todas las voces involucradas.
Sugirió la creación de mesas de trabajo y buscar espacios para que los comerciantes ambulantes puedan vender, pero estos lugares deben ser dignos y a la vista de todos para que los compradores puedan acudir con facilidad.
También propuso crear mercados o plazas para sus ventas, pero advirtió que estos inmuebles no deben quedar en el olvido como ha sucedido en ocasiones anteriores.
Solo los inauguran, mueven a los ambulantes, pero con el tiempo no les dan mantenimiento ni difusión, y los comerciantes terminan regresando a las calles criticó.
Otras de sus sugerencias para el reordenamiento fueron los mercados rodantes, que pueden instalarse en colonias alejadas. Esto reduciría el ambulantaje en el Centro Histórico y ayudaría a que los vecinos del sur o el norte de la ciudad no tengan que acudir hasta el centro, sino que encontrarían estos productos más cerca de sus hogares.
“A finales de los 80’s se creó la Central de Abasto, y gran parte del comercio que estaba en el Centro se movió hacia allá, así que es un ejemplo de que sí es posible reubicarlos, pero debe ser un espacio cuidado, accesible, que no se inaugure y se olvide a los pocos meses. Un espacio al que se le dé difusión. La fuerza pública no sirve de nada si no se hace un proyecto integral en donde se involucren todas las voces”, concluyó.
Mejorar la movilidad y proteger el patrimonio sacando vehículos pesados
El Centro Histórico es un punto clave para la movilidad en la ciudad. No solo recibe a miles de turistas nacionales e internacionales, sino que también es un nodo importante para trabajadores, estudiantes y personas que se desplazan por la zona en coche, moto o bicicleta. Ante esta compleja dinámica, los problemas de tráfico y accidentes viales son cada vez más evidentes.
Armando Pliego Ishikawa, coordinador de comunicación de Ciudad Activa, destacó que debería ser un espacio libre de accidentes viales, ya que la velocidad permitida en muchas de sus calles es baja. Sin embargo, la saturación vehicular y la falta de medidas eficaces para regular el tránsito contribuyen al alto número de siniestros.
Para el reordenamiento, Pliego defendió la continuidad del programa de parquímetros, señalando que este sistema reduce el tiempo que los vehículos permanecen estacionados, lo que libera espacio en la vía pública y mejora la movilidad para peatones y ciclistas.
Además, destacó la importancia de ampliar las calles peatonales, ya que estos espacios exclusivos para caminantes no solo aumentan la seguridad, sino que también fomentan un entorno urbano más saludable y accesible.
También hizo un llamado para limitar la circulación de vehículos pesados, una medida que, según él, no solo protegería la infraestructura, sino que contribuiría a la conservación del patrimonio arquitectónico.
Los edificios antiguos de la zona no están diseñados para soportar el peso y las vibraciones de camiones y vehículos grandes, lo que puede dañar las fachadas, las estructuras subterráneas y el pavimento.
Por último, el coordinador de Ciudad Activa apoyó la reubicación de las rutas de transporte público fuera del Centro, argumentando que esta medida no solo aliviaría el tráfico en la zona, sino que también mejoraría la calidad del aire y favorecería en la conservación del patrimonio. Sin embargo, reconoció que esta decisión depende tanto del ayuntamiento como del gobierno estatal.
Preservar las casonas: clave para el reordenamiento y el patrimonio cultural de Puebla
Para concluir, Dolores Dib Álvarez, profesora investigadora de la Facultad de Arquitectura de la UPAEP, destacó que, en este reordenamiento, no se debe dejar de lado el mantenimiento de las casonas, ya que es fundamental para la preservación del patrimonio cultural y arquitectónico de una ciudad.
Estos edificios son testigos de la historia, la identidad y la evolución de la comunidad, y su conservación no solo es una cuestión estética, sino una responsabilidad hacia las generaciones futuras.
En un proceso de reordenamiento urbano, es esencial identificar a los propietarios de estas casonas y asegurarse de que se les otorgue un uso adecuado que respete su valor histórico.
Esto implica que las autoridades locales y los propietarios trabajen juntos para implementar un plan de conservación que contemple tanto el mantenimiento estructural como la actualización funcional de los edificios. Un plan integral debe garantizar que los espacios sean utilizados de manera sostenible, permitiendo que sigan siendo parte activa de la vida urbana sin perder su esencia histórica.
Estos edificios pueden transformarse en centros culturales, museos, escuelas, inclusive en espacios de esparcimiento, contribuyendo al desarrollo social y económico de la zona. Además, su rehabilitación puede fomentar el turismo cultural, creando una fuente de ingresos para la ciudad y generando empleo.
El uso de estos espacios debe alinearse con un proyecto que promueva la interacción comunitaria y el acceso a la cultura, asegurando que se mantengan como lugares vivos y útiles para las generaciones actuales y futuras.