Desde el año 2015, el Centro de Reinserción Social de San Miguel ha presentado problemas de autogobierno, falta de seguridad, entre otros, por lo que en los Diagnósticos Nacionales de Supervisión Penitenciaria realizados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ha obtenido calificaciones reprobatorias.
Deficiencia del personal de seguridad y custodia, prácticas de autogobierno, presencia de objetos y sustancias prohibidas dentro del centro penitenciario y falta de procedimientos para la revisión de visitantes, son algunas de las actividades que persistieron dentro del centro penitenciario ubicado en el municipio de Puebla desde el año previamente mencionado hasta 2019, último diagnóstico en el que fue visitado.
De acuerdo con información de la CNDH, este CERESO mantuvo una calificación de seis, es decir qué pasó de “panzazo” desde 2015 hasta 2019 cuando obtuvo una calificación de 6.6.
En el primer diagnóstico se especifica que se encontró deficiencia en personal para atender a los internos, notificación de irregularidades detectadas, seguimiento a la atención de irregularidades, prevención de incidentes violentos y acciones para atender los incidentes.
Así como no tener una normativa para el procedimiento para la revisión de visitantes, poco personal de seguridad y custodia, así como sobrepoblación. En los rubros mencionados, el centro penitenciario obtuvo una calificación de cero.
Estas condiciones persistieron durante el año siguiente pues de acuerdo con el Diagnóstico Nacional del órgano defensor de los derechos humanos, en 2016 obtuvo una calificación de 6.9. La sobrepoblación y hacinamiento se mantuvo con cero puntos, sin embargo, la notificación de irregularidades y el seguimiento a las mismas obtuvo un puntaje de 10.
En contraste, el número de personal de seguridad siguió siendo insuficiente y las acciones de autogobierno continuaron pues el control de la seguridad obtuvo 1.6 puntos de los diez posibles.
Para el año 2017, el Centro de Reinserción Social de Puebla bajó su calificación a 6.4. En el desglose de datos, el número de personal de seguridad seguía siendo insuficiente por lo que no existía control.
En el siguiente año, el puntaje general subió a 7 pero las acciones para atender incidentes violentos eran nulas, el personal persistió con insuficiencia, las condiciones de autogobierno seguían presentes, los objetos y sustancias prohibidas aún se encontraban dentro de la cárcel.
Para el 2019, último año que fue analizado este centro penitenciario por la CNDH, la calificación global fue de 6.6 y después de cuatro años la seguridad no era suficiente, no existían acciones de cateo, aunado a ello, los objetos y sustancias prohibidas persistían.
Cabe recordar que el pasado 11 de enero, el CERESO estuvo en el ojo público debido al hallazgo del cadáver de un bebé al interior de un contendedor de basura de la prisión, acción que provocó la intervención de la CNDH para la investigación del caso.