Integrantes del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (SUNTUAP) mantienen guardias en el predio Vaquerías para evitar que les sea despojado, luego de que durante las primeras horas del día el juez tercero en materia civil del Poder Judicial ordenó que la propiedad pasara a manos de José Luis Espinoza Vega.
Juan Francisco Estrada García, Secretario General del Sindicato, explicó que el conflicto legal por el predio inició en 1994, cuando Espinoza Vega era abogado del sindicato y se le quedaron a deber 60 mil pesos, motivo por el que inició una demanda para reclamar los recursos y al paso del tiempo señaló que el monto de la deuda ya ascendía a un millón 800 mil pesos.
Estrada señaló que las 14 hectáreas del predio Vaquerías fueron adquiridas con recursos de los sindicalizados, incluso unas 150 familias ya construyeron y viven en parte del terreno, sin embargo ahora Espinoza pretende cobrar la deuda que tienen con él quedándose con la zona donde todavía no hay viviendas.
Los diligenciarios y otros que vinieron con ellos nos decían que a todos los que tenemos construido nos van a respetar, que de hecho nos van a pagar las escrituras y no sé qué tantas cosas más, pero que les cediéramos, que les firmáramos de que cedíamos el terreno vacío, esa es la triquiñuela que quisieron hacer hoy y no se consiguió, porque ninguno de los vecinos les firmó, así que el pleito sigue dijo.
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El líder del SUNTUAP señaló que en los últimos 20 años el sindicato estuvo imposibilitado para defender el predio porque perdió su toma de nota; sin embargo, una vez que la recuperó en noviembre pasado ha retomado la defensa legal.
Lo anterior, dijo, porque Espinoza pretende arrebatarles un predio para cobrarse un millón 800 mil pesos, cuando el valor real de los terrenos es superior a la cantidad que reclama.
Explicó que el sindicato ya impugnó la resolución judicial que obliga a entregar el terreno al ex abogado del SUNTUAP y se encuentra a la espera de recibir una resolución sobre un juicio de amparo que promovieron para evitar el despojo.
Mientras tanto, la zona en disputa es resguardada por grupos de sindicalizados y en las inmediaciones del lugar se mantiene presencia de policías estatales.