Inquietud, culpa, resignación y frustración, fueron los principales sentimientos que conmocionaron y encauzaron diversidad de opiniones entre los poblanos este 30 de junio, último día estipulado por la autoridad para llevar a cabo los trámites de canje y baja de placas, así como la expedición de tarjetas de circulación, a un costo reducido.

Pasado el mediodía, el flujo de personas era ascendente en las inmediaciones del edificio sede de la Secretaría de Planeación y Finanzas (SPF). Aún sin conocer que la prórroga para cumplir con esta responsabilidad administrativa estaba a horas de concluir, la realidad era evidente: gente yendo y viniendo, buscando la fila indicada para formarse y llegar a tiempo a su cita, para finalmente poder cambiar sus placas azules por las de color guinda.

Aunque la autoridad instaló una carpa para evitar que la ciudadanía esperara bajo el sol, la afluencia fue tal que algunas personas se quedaron sin espacio en la sombra. La verdad es que para muchos quejarse tampoco era opción, pues encontrar una cita fue casi imposible. Muchos acudieron en compañía de sus bastones, bancos y gorras, conscientes de que la espera tomaría un buen rato.

Para algunas personas, como fue el caso de la señora Sandra Morales, adquirir un folio virtual para garantizar su lugar en la fila fue casi motivo de celebración, pues según relató la ciudadana a El Sol de Puebla, el portal de citas de la SPF se mantuvo desde el fin de semana pasado “sin disponibilidad”.

A consecuencia de su preocupación de llegar al 1 de julio sin sus placas nuevas, Sandra visitó la página de internet día y noche, hasta que finalmente la medianoche del domingo pudo encontrar un lugar desocupado para el 30 de junio.

No obstante, las cosas por su nombre, dice la mujer, pues reconoce que el tiempo para efectuar el trámite fue amplio, empero, tanto ella como su esposo dejaron pasar el momento y cuando menos lo esperaron, el tiempo límite llegó de forma abrupta. Sus razones fueron idénticas a las de Dulce, vecina de La Paz, sólo que en su caso fueron varios pendientes los que se acumularon, entre ellos, la muerte de su familiar, según relató a este medio.

José Mario, por su parte, apuntó que fue incapaz de encontrar citas en el portal, en parte “por dejadez”, aludió. Por esa razón, arribó con la esperanza de ser recibido por la autoridad y cumplir con el requisito; experiencia similar a la de Arturo Garante, quien sí alcanzó lugar, pero que lamentó que, en medio de la quinta ola de Covid-19, el plazo no fue ampliado por el gobierno estatal, ya que ello provocó la aglomeración de mucha gente.

RECHAZADOS POR FALTA DE CITAS

A través de una publicación en el Periódico Oficial del Estado (POE) la SPF reveló que, sólo aquellas personas que lograron obtener una ficha física, o bien, virtual, para ser atendidas en una fecha posterior al 30 de junio, mantendrían los beneficios del precio. No obstante, algunas personas denunciaron que ya no había fichas.

Mediante un recorrido hecho por esta casa editorial a dos Centros Integrales de Servicios (CIS) de Angelópolis y de San Javier, se constataron casos como los de Ismael Cervantes, Susana Melo, Guadalupe Mesa y Natalia, quienes arribaron al filo de las dos de la tarde con toda su documentación, pero que ya no alcanzaron ficha.

A todos ellos, un policía que custodiaba en la entrada sólo les dijo “Por hoy ya no hay fichas. Vengan mañana a partir de las nueve”. Sin embargo, fue el mismo servidor público quien les comunicó que la tarifa sería incrementada al siguiente día.

FALTA DE DINERO, OTRO OBSTÁCULO

En la gran mayoría de casos sondeados por este medio, coincidió la esperanza de que el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, no interponga medidas punitivas ni persecutorias, pues en muchos de ellos se argumentó que así lo declaró el mandatario en rueda de prensa.

“Supuestamente dice el gobernador (...) que no va a haber cacería con los de Tránsito, que vamos a tener libertad porque él entiende también que, pues él careció de ciertas cosas y que nos iban a dar ciertas facilidades”, sostuvo Ismael Cervantes, quien por cierto, externó que hacer acopio del recurso no fue tarea sencilla, pues la pandemia afectó sus finanzas.

En ese mismo supuesto entra la señora Susana Teresa Cuautle, oriunda del municipio de Amozoc. Ella vive con discapacidad, sin embargo, no le quedó de otra más que levantarse temprano y acudir a hacer su trámite.

Por su condición, conducir un automóvil ya no le será posible, sin embargo, reconoce que su vehículo es una herramienta muy útil en su día a día. Por esa razón, su hijo le ayuda a manejarlo, es por ello que su canje de placas no puede esperar.

Para evitar los riesgos de trasladarse al CIS de Angelópolis, tuvo que moverse en taxi, la desventaja es que esto le generó un gasto agregado al que de por sí ya debe pagar para realizar el proceso burocrático. Con resignación, dice que lleva consigo la cantidad exacta para moverse, y aunque le gustaría moverse en otro medio de transporte más económico, debido a su discapacidad sus opciones se ven limitadas.

Caso idéntico fue el que vivió Salvador Méndez, poblano que tuvo que acudir hasta el último día puesto que recabar la cantidad necesaria para completar el trámite fue complejo. Inclusive, mencionó que tuvo que recurrir a un préstamo pues considera que es mejor pagarlo ahora con una cuota inferior a la que con regularidad se cobra.

A su vivencia se suma la del señor Yocundo Rosas, un adulto mayor que tuvo que acudir desde Tepeaca para concluir su trámite, pues según indicó a El Sol de Puebla, en su ciudad natal le pusieron muchas trabas burocráticas para concluir el mismo. Pese a que gastó alrededor de mil 500 pesos en transporte –además de sacrificar su día–, siente alivió de que pronto podrá regresar a su pueblo con sus nuevas placas color guinda.

Finalmente, es importante mencionar que muchas de las personas consultadas por esta casa editorial eran adultos mayores quienes, en su mayoría, encontraron dificultad en encontrar una cita mediante el portal de la SPF.

Ante ese contexto, coincidieron opiniones respecto a las brechas que existen entre este grupo etario para eficientar los procesos burocráticos, para que puedan dar cumplimiento a sus obligaciones administrativas. Así fue el caso del señor Manuel Sánchez, quien acudió al CIS de San Javier de último momento, pues aunado a su imposibilidad de usar una computadora para sacar una cita, tampoco se enteró de la finalidad del plazo.