Debido a la estabilidad que ha alcanzado el valor del peso mexicano frente al dólar, por el momento, los restauranteros poblanos no pronostican cambiar los costos en sus cartas, como se había planteado al iniciar el año, dijo el representante del gremio, Ignacio Alarcón.

El empresario del sector servicios comentó que sus pares aprecian estabilidad en el precio de los insumos, por lo que “aguantarán” manteniendo los costos de los platillos y bebidas que tienen desde el año 2017, con la expectativa de conservar a la clientela y seguir fomentando la economía local.

“Debido a que muchos insumos nuestros son importados, nos basamos mucho en la fluctuación del dólar. No los compramos así directamente nosotros pero el proveedor nos cotiza en dólares y la situación actual nos ha beneficiado en estos momentos”, dijo el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).

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Reconoció que ante las elecciones del 1 de julio, decenas de empresarios mantenían el temor de que se disparara el costo del peso frente al dólar estadounidense, empero, la situación del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, no fue causal de algún efecto de esa naturaleza.

Ante ello, debido a que el tipo de cambio se ha mantenido estable durante los últimos días (este viernes el dólar interbancario se cotizaba en 18.63 pesos), Alarcón consideró que no será necesario hacer un cambio generalizado en las cartas de los restaurantes poblanos.

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“Vamos bien por el tema de que los insumos no han incrementado como pensábamos, después de las elecciones. Al fin de cuentas vimos que mejoró más la percepción económica”, dijo el presidente. Luego desglosó que hubo aumentos que se han visto, fueron del 12 por ciento en destilados, vegetales y carne, pero ocurrieron por la fluctuación del tipo de cambio.

En entrevista, recordó que la segunda mitad del año tiene mejores expectativas para el sector que representa, por lo que significa la temporada de chiles en nogada y las festividades del 15 de septiembre, sin olvidar la venta del mole de caderas y las celebraciones decembrinas, con lo que aumenta la clientela de los restaurantes de todos los tamaños.